Salir de la ?zona de confort?, es encontrar un objetivo. Es resituarte en ese espacio de nadie donde encontrarse solo para seguir avanzando. Es trabajar desde el convencimiento de que es posible hacer que tus metas sean reales.
¿Cómo lo hago?, te preguntarás. Te propongo ir de lo general a lo concreto.
Primero tienes que plantearte un gran objetivo; una meta poderosa en la que creas y que sientas como posible aunque te suponga un enorme esfuerzo.
Tras reafirmarte en esa meta, lo mejor es marcarte una temporalización?¿Cuando quiero conseguir esa meta?. El siguiente paso es descomponer ese gran objetivo en tareas más pequeñas y accesibles en el tiempo. Lo importante en esta etapa, es empezar poco a poco y sin prisas para ir aumentando nuestra exigencia paulatinamente.
En realidad, es como ponerse a los mandos de un barco. Es como agarrar con fuerza el timón conociendo las coordenadas del lugar al que tienes que llegar, pero desconociendo el mar que te vas a encontrar en cada momento. Pero sabiendo también, que ese mar no lo podrás sustituir por otra cosa, puesto que para poder avanzar, tu barco sólo lo hace en el agua.
Es decir, hablamos de aceptación sin resignación. Ahí está tu avance como persona hacia tu objetivo y ahí estará la realidad que te has de encontrar en cada momento. No puedes dominar ni el mar ni la realidad que te encuentres. Sólo avanzar sobre ella con aceptación, pero sin resignación. El timón que sujetas te ayudará.
Es importante, por tanto, aprender a vivir con la atención situada en el instante presente, pues es desde ahí, desde donde podemos ir construyendo los pasos que nos van a determinar el camino que nos habrá de llevar al objetivo propuesto.
Ir asumiendo pequeñas ?batallas? que has de vivir con plena consciencia, es un buen pasaporte hacia el éxito, sabiendo que el concepto de fracaso, sólo depende de cómo te sitúes frente a la adversidad.
La vida, incluso en el peor de los momentos, no es un fracaso; más bien, el aprendizaje de mover el timón que tienes entre tus manos, de forma correcta. Esa ?corrección? es la que te señalará si el camino que atraviesas está en la buena dirección o, frente a todo, has de dar un golpe de timón para enfocar tu atención en el camino correcto.
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