Acumulamos con el tiempo altos niveles de toxinas en el organismo capaces de provocarnos las más diversas manifestaciones de que hemos llevado nuestro organismo al límite.
Normalmente tras un largo período sin prestar demasiada atención a la dieta ni cuidarnos con suplementos detoxificantes notamos las típicas consecuencias de una alimentación que tiende más bien hacia el espectro ácido.
Esto nos acaba pasando factura y encontrarnos con nuestro organismo en ese estado conlleva padecer síntomas tales como:
Fatiga
Falta de concentración, bajo nivel de memoria e intelectual
Dolores articulares y musculares
Dolores de espalda
Falta de energía vital
Desánimo, tristeza y estados depresivos
Somnolencia a deshoras
Baja resistencia física al ejercicio
Digestiones difíciles y pesadas
Trastornos intestinales (estreñimiento o diarreas)
Hinchazón abdominal y aumento de peso en general
Alergias en la piel y rinitis alérgicas
Candidiasis intestinal crónica
Falta de motivación e interés
Irritabilidad y mal humor
Sueño alterado (insomnio, dormir demasiadas horas)Los alimentos que acidifican el organismo y lo pone en estos aprietos son:
Refinados: harinas, pastas, panes, galletas y bollos industriales
Embutidos industriales: de todo tipo (excepto el jamón serrano) incluidas las salchichas y los patés
Café: en exceso con azúcar y leche y el té
Alcohol: en exceso y refrescos azucarados
Alimentos industrializados: en sobre, congelados, pre-cocinados
Golosinas: de todo tipo, chocolate (cacao) y frutos secos (pistachos, anacardos y cacahuetes)
Carnes: sobre todo rojas si se comen periódicamente y todas las carnes en general (cerdo, pollo), mariscos y vísceras
Edulcorantes: aspartamo y sacarina
Mantequilla y margarina, leche y quesos curados y semicurados y huevos
Aceite de maíz
Salsas industriales: mayonesa, ketchup, mostaza, soja, y vinagre
Legumbres y cereales (tanto refinados como integrales)Estos grupos de alimentos, aunque no todos son especialmente perjudiciales, sí son los encargados de acidificar el organismo, no obstante el equilibrio se produce cuando en nuestra dieta somos capaces de combinar la suficiente cantidad de alimentos acidificantes con los alcalinizantes logrando así un pH regular y más alcalino.
El pH debe mantenerse en una franja que va desde de 0 a 14. Si nuestro pH es exactamente de 7 entonces está en perfecto equilibrio y es neutro o base, un pH por debajo de 7 representa acidez y por encima de 7 alcalinidad. Lo cual significa que el pH de nuestro organismo debería situarse en una franja media de 7 a 7,5 para estar en perfecta armonía y disfrutar de un estado de salud general excelente.
Para llevar nuestro organismo al estado alcalino de pH, deberíamos consumir más de estos alimentos alcalinizantes:
Los alimentos que alcalinizan nuestro organismo proporcionando armonía y bienestar son:
Hortalizas de hojas verdes y todas las demás (excepto el tomate) y patatas
Castañas, almendras, uva pasas, dátiles
Aguas minerales y filtradas
Aguacate y aceitunas, aceite de oliva virgen
Azúcar integral, miel natural cruda y estevia
Frutas frescas (naranja, mandarina, plátano, cereza, piña, melocotón, mora, frambuesa, albaricoque, fresa, dátil, higo, kiwi, manzana, pera, limón, pomelo, sandía, lima, uva, mango y papaya)
Semillas (lino, calabaza, girasol, sésamo)
Leche fresca biológica, yogur natural, huevos y mantequilla de buena calidad
Té de jengibre, té verde, de hierbas y agua caliente con limón natural
Tofu y soja, quinoa, arroz salvaje, mijo
Algas, brotes y legumbresUna dieta altamente ácida predispone además a un mayor riesgo de padecer algún tipo de cáncer, algo que se reduce notablemente cuando llevamos una dieta más alcalina.
Además evitaremos la osteoporosis, el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares o degenerativas.
La dieta alcalinizante presenta una especial similitud con todo aquello que presenta un equilibrio entre dos puntos: pues consumir solamente alimentos de un tipo u otro también llevaría al desequilibrio y a tener problemas de salud. Se trata de moderarlos en nuestra dieta, pero hacia una tendencia más alcalina que ácida.
Los beneficios de llevar una dieta más alcalina los encontramos en:
Un aumento notable de la vitalidad y la resistencia física
Estabilidad emocional y psicológica
Reducción del sobrepeso
Mejor funcionamiento de todos los órganos: riñones, páncreas, hígado, intestinos, etc.
Mayor claridad mental y mejor nivel de concentración y memoria
Menos dolores musculares y en articulaciones
Menor riesgo de desarrollar cáncer, enfermedades cardiovasculares o degenerativas
Más juventud y belleza
Piel más suave, más brillante (con menor tendencia a tener celulitis)
Remineralización del organismo y mayor aporte de vitaminas y nutrientes
Estado de ánimo constante y tranquilo, menor nivel de estrés
Mejor descanso nocturno
Mejores digestiones
Mayor confianza en uno mismo y un alto nivel de bienestar generalEn general la dieta alcalinizante es beneficiosa para todos, hombres y mujeres de todas las edades y con cualquier trastorno de tipo de crónico que no encuentren soluciones en otros tipos de alimentación.
Sofía Pencef