La dieta alcalina pone especial atención en aquellos alimentos que ingerimos. No desde el punto de vista de si estos nos harán engordar o adelgazar, sino desde la perspectiva de cómo estos afectan a nuestra salud. Este tipo de dieta defiende la ingesta de alimentos alcalinos (hortalizas)frente a los de tipo ácido (azúcares y harinas), ya que según los defensores de este método alimenticio, el consumo de alimentos alcalinos y su efecto inmediato en el pH de nuestro cuerpo (nivel de acidez del mismo), nos protegen de ciertas enfermedades.
Sabemos que la salud de nuestro cuerpo depende de cómo nos alimentamos. Por lo tanto, una mala alimentación es sinónimo de padecer algún tipo de dolencia, mientras que una alimentación equilibrada nos protegerá de sufrir enfermedades. Y en esta misma premisa se sustenta la dieta alcalina dado que ciertos estudios científicos vaticinan que las enfermedades de tipo cardiovascular, de pulmón, riñones, cerebrales e incluso el cáncer, tienen más tendencia a desarrollarse en un cuerpo con un elevado porcentaje de acidez que en un cuerpo más de tipo alcalino.
El pH de nuestro cuerpo, o lo que es lo mismo, el nivel de acidez de nuestro organismo, se mide en una escala de 0 al 14. De 0 a 7 se consideraría un cuerpo ácido mientras que de 7 a 14 sería alcalino. Para buscar el equilibrio, la dieta alcalina apuesta por una alimentación a base de frutas y verduras dejando de lado a las carnes rojas, de cerdo, aves de corral, etc. así como a los lácteos. Por supuesto, las grasas y los azúcares también están excluidos de esta dieta.
Con este tipo de alimentación más saludable, conseguiremos, en primer lugar, desintoxicar nuestro cuerpo. Y lo haremos a través de la orina. Ésta será más fluida y alcalina, lo que favorecerá la eliminación de toxinas al mismo tiempo que nos protegerá de padecer cualquier infección en los riñones. Y en segundo lugar, puesto que hemos dejado fuera de nuestra alimentación aquellos productos grasientos, nuestro peso disminuirá.
La dieta alcalina no alberga en sí ninguna pócima mágica. Simplemente, apuesta por una alimentación adecuada dando prioridad a las frutas y verduras en detrimento de las comidas rápidas, productos industrializados, aquellos con elevado contenido en azúcares y harina. Se trata, de tener y seguir ciertas rutinas alimenticias.
Es obvio que si nuestra dieta se basa en la cultura de comer platos precocinados, snacks, chocolates y caramelos, enormes porciones de helado, etc., perderemos mucho peso si cambiamos nuestros hábitos y adoptamos un estilo de vida más alcalino. Si por el contrario, nuestra forma de alimentarnos es más o menos decente aunque siempre pequemos un poco para satisfacer nuestros antojos, esa reducción de peso será menor, pero seguirá estando ya que las hortalizas tienen un escaso aporte calórico.
Como hemos visto anteriormente, un cuerpo cuyo pH es de 0 a 7 quiere decir que tiene un elevado porcentaje de acidez. O lo que es lo mismo, nuestro propio cuerpo constituye un imán para las enfermedades. Para evitar cualquier tipo de adversidad, lo ideal sería encontrar el equilibrio entre la acidez y la alcalinidad. A continuación os mostramos cuáles son los alimentos alcalinos para crear unas fantásticas recetas para una dieta alcalina.
¿Que alimentos conforman la dieta?
Verduras: Ajo, Algas, Apio, Berenjena, Berro, Brócoli, Brotes de soja, Calabaza, Cebolla, Chaucha (Judías verdes), Col, Coliflor, Espárragos, Espinaca, Habas, Hongos, Lechuga, Nabo, Pepino, Pimientos, Rábanos, Remolacha, Repollo, Tomate, Zanahoria
Frutas: Ananá (Piña), Cereza, Ciruela, Coco, Damasco (Albaricoques), Dátiles, Durazno (melocotón), Frutos rojos, Lima, Limón, Mango, Mandarina, Manzana, Maracuyá, Melón, Papaya, Pera, Pelón (Nectarina), Pomelo, Sandía, Uva
Frutas secas: Avellanas, Almendras, Castañas, Nueces, Piñones, Uvas pasas
Legumbres: Lenteja, Lentejón, arvejas, Garbanzos, Soja
Brotes: Alfalfa, Amaranto, Avena, Cebada, Trigo, Soja
Especias: Albahaca, Ají (Guindilla), Canela, Cilantro, Curry, Hierbas aromáticas, Jengibre, Perejil
Condimentos: Vinagre de manzana, Sal, Miel
Bebidas: Te, infusiones, agua mineral
Aceites y grasas: Aceite de oliva, Aceite de lino, Aceite de granola, Palta (Aguacate)
Cereales: Arroz integral, Semillas (Girasol, Mijo, Lino, Quinoa, Sésamo)
Panes: Integral, Sin Gluten
Otros: Tofu
Importante: Los alimentos indicados anteriormente es a modo de ejemplo, ya que existen mas de 250 ejemplos. Cada persona en particular deberá analizar cuales son los que les son favorables y cuales debe evitar, en función a su propio organismo o estado de salud. Ante cualquier duda es recomendable visitar a tu médico de confianza.