Disminuye el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares. Se ha apreciado que las personas que tienen niveles elevados de betacarotenos en la sangre, obtenidos a través de la dieta, son menos propensas a desarrollar enfermedades del corazón y los vasos sanguíneos. Sin embargo, se debe aclarar que un metaanálisis publicado en la revista Lancet, que analizó los datos de más de 138.000 personas que consumían suplementos de betacarotenos, halló que estos no eran beneficiosos para la salud. Por eso, los nutricionistas recomiendan obtener el betacaroteno directamente de la dieta.
Reduce el riesgo de desarrollar algunos tipos de cáncer. La primera asociación entre el consumo de betacarotenos y la prevención del cáncer data del año 1981. Desde entonces, se han desarrollado diferentes estudios para comprobar o desmentir esta relación. En un metaanálisis publicado recientemente en la American Journal of Clinical Nutrition se desveló que, efectivamente, los betacarotenos ayudan a prevenir el cáncer de pulmón, de próstata, de estómago y el colorectal.
Protege la piel. No hay dudas de que una dieta rica en alimentos que contengan betacarotenos ayuda a proteger la piel de las agresiones del medio, sobre todo de los rayos del sol. Esto se debe a su poder antioxidante, que protege la piel de las quemaduras que puede causar la exposición al sol. Además, también permite mantener el bronceado durante más tiempo.
Estimula el sistema inmunológico. Numerosos estudios han demostrado que una dieta rica en betacarotenos estimula el funcionamiento del sistema inmunológico, sobre todo a una edad avanzada. Por tanto, nos ayuda a prevenir las infecciones. En este sentido, una investigación realizada en el Institute of Food Research, en Norwich, desveló que después de 26 días consumiendo suplementos de betacarotenos, aumentaba el número de monocitos en sangre, un tipo de glóbulo blanco cuya principal función es fagocitar los microorganismos dañinos.
Protege la vista. Nuestros ojos son los que más se benefician cuando incluimos en nuestra dieta alimentos que contienen betacarotenos. De hecho, se conoce que los betacarotenos ralentizan la degeneración macular que se produce como resultado del envejecimiento. También se ha comprobado que detiene el avance de las cataratas.¿Dónde se encuentran los betacarotenos?
Las mejores fuentes de betacaroteno son las verduras de color naranja o amarillo, como la zanahoria, la batata y la calabaza. También se encuentra en frutas como el melón, el mango, la papaya, el albaricoque, la nectarina y el melocotón. No obstante, también se halla en algunas verduras de hoja verde, como el berro, la escarola, el brócoli y las espinacas.¿Es peligroso consumir mucho betacaroteno?
En sentido general, la cantidad de betacarotenos que el cuerpo puede aprovechar depende de numerosos factores, entre ellos el metabolismo de cada persona, así como la presencia de grasa en el tracto digestivo, ya que esta es fundamental para que se produzca la absorción del betacaroteno.No obstante, en personas con enfermedades dermatológicas se han usado dosis de 180mg de betacarotenos al día y no han aparecido efectos tóxicos. Aún así, el primer signo de que se está consumiendo demasiados betacarotenos es un cambio de coloración en la piel, fundamentalmente en la palma de las manos y los pies. Sin embargo, apenas se reduce la cantidad de betacarotenos, el color amarillento desaparece.Aún así, no se debe olvidar que el consumo excesivo de betacarotenos puede conducir a una intoxicación por vitamina A. Esta vitamina se almacena en el hígado, por lo que ingerir grandes cantidades durante muchos meses, puede sobrepasar la capacidad de almacenamiento de este órgano y terminar dañandolo. Además, se ha apreciado que un exceso de vitamina A puede producir anomalías óseas, dolor en las articulaciones e incluso incrementar el riesgo de sufrir osteoporosis.Sin embargo, los casos de intoxicación por vitamina A son raros ya que nuestro cuerpo es capaz de procesar unos 3.000 microgramos.
Fuente: Los beneficios de consumir betacarotenos - Nutrición Saludable