Hace unos días llegó a mis manos, recomendado por una gran amiga, un libro que me he devorado. Me gusta mucho leer y siempre trato de estar al día en lo que a actualidad de salud se refiere. Aun así hacía tiempo que no me leía un libro tan rápido. Os lo presento, se titula “La digestión es la cuestión“.
Leyendo “La digestión es la cuestión”
No suelo hablar en Food Green Mood de los libros que leo, pero mucha gente me pregunta en los talleres o en la consulta por libros de salud.
Así que hoy he decidido escribir sobre La digestión es la cuestión, un libro muy recomendable y fresco que habla en un lenguaje muy sencillo sobre cómo funciona nuestro intestino.
Su autora, la Dra. Giulia Enders, comienza contando una experiencia personal muy interesante que la llevó a estudiar la relación que había entre sus problemas de piel, su intestino y los millones de microorganismos que lo habitan, “la microbiota”. Y a partir de ahí, decidió estudiar medicina, especializarse en gastroenterología y escribir este libro, sobre el que seguramente es el órgano más infravalorado del cuerpo.
El cerebro está de moda, se publican muchos libros de neurociencia. También sobre el corazón. Pero, ¿y sobre el intestino?
Ilustración de Jill Enders que representa los dos esfínteres del ano (1)
En este libro se plantean cuestiones bien interesantes, como por ejemplo: “¿Sabías que tenemos dos esfínteres en el ano (1), uno exterior y otro interior, que trabajan de manera coordinada? El de dentro se encarga de supervisar el estado del intestino, de ver cuándo hace falta evacuar, (ya sea caca o pedos). Entonces avisa al de fuera, que se comunica constantemente con el cerebro y recibe órdenes de él, como: “Aquí no podemos, ¡qué te pueden oír u oler!”. Cuando el cerebro dice no, este esfínter se cierra en banda y no hay nada que hacer.
El intestino, el segundo cerebro.
Otras de las cosas del libro que me ha encantado es cómo habla de las comunicaciones entre el cerebro y el intestino. Describe al cerebro como ese órgano que está ahí arriba, aislado, y que necesita estar bien informado para funcionar bien: necesita saber lo que le llega de los oídos, de los ojos, de la piel y también del intestino (que sabe qué comemos o cómo nos sentimos).
Ilustración de Jill Enders del interior del libro
Además el intestino alberga muchas células del sistema inmunitario. Cuando enfermamos o tenemos mucha hambre, estamos de un humor de perros, eso se debe a esa relación que hay entre neuronas e intestino. Esto es aún más evidente en algunas enfermedades. Por ejemplo, las personas que padecen colon irritable o Crohn tienen un riesgo incrementado de padecer depresión.
¿Sabes qué ocurre al intestino cuando el estrés se mantiene durante mucho tiempo? Que se deteriora.
Cómo ir al baño eficazmente
Debemos desterrar la idea de pasar largos ratos en el baño leyendo una revista ¡o incluso un libro!, como vemos muchas veces en el cine. Al WC debemos ir únicamente a hacer pis o caca y eso no debería llevarnos mucho tiempo.
¿Cómo podemos conseguir ir al baño de forma mas eficaz? A veces ayuda la posición en que nos sentemos en la taza del WC. En el libro lo dice muy claro, la Dra. Enders recomienda que aquellas personas que tengan problemas prueben a hacer caca agachados (o “en cuclillas”), va muy bien (2). Si no se puede, pueden probar a ponerse un taburete, una caja o algo que les levante un poco las piernas cuando están sentados en el retrete; y que echen el cuerpo hacia delante, de manera que quede en la misma postura que si estuvieran en cuclillas. Como puede verse en el dibujo.
La mejor postura para defecar (2). Ilustración Jill Enders
¿Y por qué de esta manera? Porque así, con la postura, favorecemos la evacuación. En la parte superior del dibujo vemos como cambiando la postura de piernas y espalda cambia también ligeramente la de nuestro intestino grueso. Y esa pequeña ayuda se nota y además probar no cuesta nada.
El Stress y el Intestino
Este es un tema que me parece muy interesante porque cuando hay estrés, todo se complica. Debido a que se ponen en marcha mecanismos de “emergencia” y el cerebro manda al intestino un mensaje: “Necesito energía extra”, y el intestino obedece reduciendo sus funciones. ¿Cómo lo hace? Pues reduciendo el flujo de sangre y la mucosa protectora que recubre sus paredes.
Ilustración de Jill Enders del interior del libro
Esta solución no debería ser un problema, si se produjera de forma puntual, ¿pero qué ocurre cuando el estrés se mantiene durante mucho tiempo? ¿qué pasa cuando deja de ser excepcional para convertirse en habitual? Pues con una barrera protectora de mucosidad intestinal mucho mas fina, las bacterias están mas cerca de la pared del intestino y lo irritan (y deterioran), inflamando sus células (estas bacterias pueden incluso pasar a la sangre). Y como el intestino y el cerebro está conectados, eso puede hacerme sentir aún con más estrés.
¿Cual es la mejor dieta para el aparato digestivo?
La Dra. Enders no recomienda ninguna dieta específica. Sí que habla de que dejar de comer gluten le fue bien porque tenía un problema en la piel y de que cada uno debe experimentar qué le sienta mejor.
Lo que sí, que recomienda es cuidar a las miles de millones de bacterias que viven en el intestino y nos ayudan a digerir los alimentos y mantienen fuerte nuestro sistema inmunitario. ¿Cómo? Con prebióticos: espárragos, alcachofas, plátanos, cebolla, centeno, avena, puerro, trigo integral…
En definitiva…
Pues en definitiva, un libro muy muy recomendable (y que conste que no me pagan comisión) e interesante si quieres profundizar un poco mas en el funcionamiento de tu cuerpo.
Además a la autora le han hecho muchas entrevistas desde que lo escribió, te dejo una de ellas que está en castellano por si la quieres leer. Esta es la que fue publicada en La vanguardia
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