Las dietas vegetarianas son una alternativa alimentaria que cada vez adopta más gente con el objetivo de mantener un organismo más saludable libre de proteínas animales que, en algunos casos, pueden resultar dañinos.
Si no eres muy amigo de las dietas vegetarianas, te preguntarás que por qué tienes que dejar de comer carne todos los días si te gusta. Por otra parte, una persona que practica las dietas vegetarianas te dirá que puedes consumir todos los nutrientes ingiriendo solo energía vegetal.
La verdad es que la OMS (Organización Mundial de la Salud) mantiene en sus estudios que el mundo desarrollado consume más del doble de los requerimientos diarios necesarios de proteínas necesarios, los cuales no nos benefician. Esto quiere decir que comemos más carne y pescado de los que deberíamos. La OMS recomienda un consumo diario de alrededor 0,80 gramos de proteínas por cada kilo de peso para una persona adulta sana.
Por lo tanto, es importante aprender a comer más de lo que nos beneficia y menos de lo que nos perjudica. Por supuesto, debemos eliminar todo aquello que directamente es tóxico para nuestro organismo. Debes saber que el exceso de proteínas animales incrementa el colesterol, obstruye las arterias, perjudica al hígado y a los riñones y también entorpece el correcto funcionamiento metabólico.
¿Por qué no voy a comer pescado a diario si los nutricionistas nos cuentan que forma parte de la dieta mediterránea y que sus ácidos grasos son imprescindibles para la salud?
Sencillamente porque es más sano comerlos con moderación, de una forma equilibrada. No es obligatorio consumir pescado diariamente. Asimismo, a día de hoy sabemos que entrañan perjuicios, tanto su exceso como su forma de cría, alimentación y sacrificio.
Seguir una dieta vegetariana no es una alternativa radical alimentaria. Aunque podemos afirmar que se puede vivir sin ninguna carencia, es decir, sin el consumo de carne, no será sin embargo la alternativa a tomar en consideración para una gran mayoría.
Por lo tanto, de lo que se trata entonces es de contemplar una menor inclusión semanal de las proteínas animales en nuestra dieta e incrementar el consumo de hidratos de carbono complejos y proteínas vegetales (cereales completos, semillas, legumbres, verduras, hortalizas y frutas).
Son numerosos los beneficios tanto personales como medioambientales que podemos obtener con ello a corto, medio y largo plazo. Con un poco de esfuerzo, puedes adoptar hábitos alimenticios más saludables que te serán de provecho.
A lo largo de una serie de pequeños artículos sobre nutrición que iremos publicando, daremos una serie de consejos, pautas y recetas que podremos probar e incluir en nuestra dieta para una alimentación más sana, limpia y equilibrada.
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