Se entiende como dieta proinflamatoria aquella que incluya abundante carne roja, procesada y vísceras, entre otros alimentos.
En un estudio publicado en la revista científica JAMA Oncology los investigadores informan cómo este tipo de dieta aumenta el riesgo de cáncer colorectal.
Fueron dos los hallazgos principales en este estudio. Por una parte el mayor potencial inflamatorio de una dieta se relacionó con un aumento en el riesgo de desarrollar cáncer colorrectal tanto en hombres como en mujeres, y el segundo fue que el riesgo de presentar cáncer colorrectal fue incluso más alto en hombres con sobrepeso y obesos que en mujeres delgadas y entre hombres y mujeres que no consumían bebidas alcohólicas.
Detalles del estudio
Para el estudio, los investigadores utilizaron datos del Health Professionals Follow-up Study (Estudio de Seguimiento de Profesionales de la Salud) y para las mujeres el Nurses Health Study (Estudio de Salud de Enfermeras) con el fin de vigilar el desarrollo de cáncer colorrectal en un total de 121.050 adultos durante un seguimiento de más de 26 años.
Cada 4 años, los participantes respondían a cuestionarios relativos al tipo de alimentos que consumían en su dieta y la frecuencia. Los autores del estudio evaluaron 18 grupos alimentarios para determinar su posible potencial inflamatorio utilizando una puntuación de patrón inflamatorio dietético empírico (EDIP, por sus siglas en inglés) basado en los niveles circulantes de tres biomarcadores inflamatorios: interleucina-6, proteína C reactiva y receptor de factor de necrosis tumoral–alfa 2.
Grupos de alimentos
Entre los grupos de alimentos positivamente relacionados con las concentraciones de marcadores de inflamación estaban las carnes rojas y procesadas, los granos refinados y las bebidas azucaradas. Los grupos de alimentos antiinflamatorios incluían vino, té, café, zumo de frutas, verduras de hoja verde y verduras amarillas/naranjas.
Las dietas se evaluaron en una gama continua desde una dieta máximamente antiinflamatoria hasta una dieta máximamente proinflamatoria; cuanto más alta era la puntuación del patrón inflamatorio dietético empírico, más proinflamatoria era la dieta.
Resultados
En el seguimiento a largo plazo, hubo 2.699 casos de cáncer colorrectal en el total de los participantes evaluados.
Al comparar a los participantes del quintil de la puntuación de patrón inflamatorio dietético empírico más alto frente al más bajo, el riesgo de cáncer colorrectal fue 44% más alto en hombres, 22% más alto en las mujeres y 32% más alto en hombres y mujeres en combinación, informan los autores del estudio.
Asimismo, el riesgo de desarrollar cáncer colorrectal en los hombres con sobrepeso u obesos con las dietas más proinflamatorias fue 48% más alto en comparación con los que llevaban las dietas menos inflamatorias.
Conclusiones
Los resultados de este amplio estudio prospectivo apoyan el papel del potencial inflamatorio de la dieta en el desarrollo del cáncer colorrectal, sugiriendo que la inflamación es un mecanismo potencial que relaciona los patrones dietéticos y el desarrollo del cáncer colorrectal.
Estos resultados pueden ayudar en el desarrollo de intervenciones dietéticas futuras para reducir el riesgo de cáncer colorrectal.
Dieta antiinflamatoria
Es evidente que la inflamación es importante y que podemos modificar nuestros estados de inflamación a través de nuestra dieta y estilo de vida. Una buena alimentación que evite alimentos que favorezcan la inflamación es una buena estrategia para reducir esta y otras posibles patologías.
Debemos incluir en la dieta tantos alimentos frescos como sea posible, y que sean de procedencia ecológica. Las frutas y verduras son importantes fuentes de antioxidantes que favorecen la reducción de la inflamación.
Por supuesto, será necesario un aporte óptimo de ácidos grasos omega-3 (los encontrarás en los pescados azules y también en las semillas de lino, cáñamo, algas y nueces). También es importante consumir otras grasas saludables como el aceite de oliva virgen extra (rico en ácido oleico, omega-9) y el aguacate.
Evita o reduce el consumo de grasas saturadas y grasas trans, promueven la inflamación. Se encuentran en abundancia en los alimentos procesados, la comida rápida, carnes, quesos, embutidos, etc.
Ten en cuenta que es muy probable que si sigues una dieta rica en alimentos procesados estas consumiendo una gran cantidad de ácidos grasos saturados y de ácidos grasos omega-6, esto descompensa la proporción óptima de omega-3/omega-6, lo que favorece los procesos inflamatorios.
Los alimentos como la harina, el arroz la pasta, etc. son ricos en hidratos de carbono refinados que elevan los niveles de azúcar en sangre y esto favorece la respuesta inflamatoria del organismo.
Si se bebe alcohol, opta por un vino tinto de calidad, con moderación.
Por supuesto, también se puede complementar la dieta con suplementos de omega-3 y un suplemento alimenticio rico en antioxidantes (como vitamina E, vitamina C, carotenoides y/o cúrcuma).
Referencias
Fred K. Tabung et al. Association of Dietary Inflammatory Potential With Colorectal Cancer Risk in Men and Women. JAMA Oncol. 2018 Mar 1;4(3):366-373.
Descargar el estudio en pdf (disponible en inglés solamente)