De acuerdo a la OMS, una de cada seis muertes a nivel mundial ocurre a consecuencia del cáncer. Un 30% de dichos decesos son consecuencia del tabaquismo, consumo de alcohol y el bajo nivel de consumo de frutas y verduras. Según investigaciones recientes se ha determinado, que ciertos alimentos podrían ayudar a prevenir esta enfermedad.
De este tema tan preocupante voy a hablar a solicitud de Rosalie, una seguidora de Florida. Ella es una mujer de mediana edad, madre de familia e incansable ama de casa. Además de las labores en su hogar, ella siempre está pendiente de sus padres.
Ellos a pesar de estar ancianos aún se mantienen activos, de hecho, regentan una granja de hortalizas y frutales. Rosalie se crió en ella y allí comprendió la importancia del trabajo en equipo.
Gracias a las tradiciones alimentarias europeas inculcadas por sus abuelos, ella y toda su familia incluyó siempre diversos alimentos de la dieta mediterránea. Ella me comentaba, que gracias a ello todos poseen una excelente salud. Básicamente, Rosalie se comunicó conmigo porque requería mi opinión acerca de otros alimentos aparte de estos, que protegieran la salud.
Rosalie estaba preocupada por su padre, quien a pesar de alimentarse saludablemente, ocasionalmente bebía y fumaba en reuniones con amigos. A fin de estar segura de la salud de sus padres, año tras año realizan el despistaje de cáncer.
Dada su inquietud, le envié un informe contentivo de la importancia de ciertos alimentos para el organismo. Asimismo, le ahondé acerca de los compuestos presentes en ellos, con efecto comprobado sobre la prevención del cáncer.
Dada la alta prevalencia de cáncer a nivel mundial, decidí compartir esta información en mi página.
Estilo de vida saludable Vs Cáncer
En mi libro Un mundo sin Cáncer, lo que tu médico no te cuenta, realicé varios planteamiento. En uno de ellos expongo la necesidad de tener un buen estilo de vida para prevenir el cáncer. Esto basado en investigaciones realizadas por mi en los últimos años, apoyadas en procesos científicos, así como entrevistas con expertos.
Los factores que han sido relacionados con el estilo de vida tienen mucha incidencia en la prevención del cáncer. Aun cuando muchas personas no lo han considerado, se debe seguir insistiendo y aportando información que permita la toma de conciencia y el accionar en función de vivir con salud, en buenas condiciones, sin inflamación, sin dolores y con pensamientos de optimismo para estar saludable.
Cuando un cuerpo esta sano y tiene un sistema inmunológico fortalecido, el sistema celular produce por si mismo la apoptosis, que es la muerte de las células, haciendo que éstas se sigan desarrollando naturalmente. Permite enfrentar cualquier elemento patógeno y toxinas que hace que las células cancerosas se inflamen y se oxiden.
Al producirse la oxidación celular, estas células se mutan, duplicándose y desarrollando enfermedades inflamatorias como el cáncer. Al tener un organismo desequilibrado, es propenso a contraer enfermedades, ya que el cuerpo está lleno de toxinas, bacterias, hongos, que al multiplicarse se exponen a enfermedades crónicas como el cáncer.
Estas bacterias, microbios, hongos son microorganismos que habitan en el interior del organismo humano, desempeñando un rol tanto en la salud como en la enfermedad. Es esencial entonces que haya un equilibrio que actúe en consecuencia para tener un sistema inmunológico activo y bien fuerte, que pueda tomar acción cuando el organismo lo requiera.
Peso adecuado
Tener un peso adecuado a lo largo de los años es un buen indicador para así prolongar los años de vida sin inflamación. La alimentación es fundamental para prevenir esta condición crónica que afecta tanto a la humanidad.
Tener una vida activa, realizando ejercicios, o al menos caminatas diarias, ayuda notablemente. Estos dos factores 70% alimentación y 30% actividades físicas, ayudan a evitar la obesidad, la cual ha sido considerada como una enfermedad crónica por la Federación Mundial de Obesidad.
Buena calidad de sueño
Según la National Sleep Foundation, existen evidencias que conectan la falta de sueño con el riesgo de cáncer. La razón fundamental es porque las personas con desorden en sus ritmos circadianos (disfunción del reloj biológico) aumentan ese riesgo. Estudios realizados por International Journal of Cancer, encontraron en el caso de las mujeres, una relación entre los horarios irregulares para dormir y la aparición de cáncer de seno.
Los investigadores apuntan a que las personas que realizan trabajos nocturnos por ejemplo, corren mayor riesgo. Esto debido a los trastornos del ritmo circadiano, ya que el reloj biológico se altera. De igual manera sospechan que una interrupción del ritmo circadiano puede generar un riesgo de desarrollo de cáncer. Esto debido a que este reloj interno del cuerpo humano afecta muchas funciones biológicas.
Evitar el consumo de azúcares y productos ultraprocesaddos
Es esencial evitar el consumo de azúcares, productos ultraprocesados, que solo dañan el metabolismo de la glucosa. promoviendo la diabetes tipo 2 y creando condiciones para la formación de radicales libres que producen el estrés oxidativo, dañando las células.
La alimentación balanceada de proteínas, fibra, grasas omega 3, consumo de frutas y verduras ayudan a reducir el riesgo de cáncer. Los vegetales crucíferos, además favorecen positivamente la salud.
Consumir suplementos nutricionales
Estas vitaminas y minerales son altamente preventivos: selenio, ácido fólico, vitaminas A, D, B-12, antioxidantes como los carotenoides, betacaroteno, licopeno, luteina. De igual forma consumir enzimas digestivas y probioticos son fundamentales en la prevención y tratamiento del cáncer.
¿Pueden los compuestos presentes en los alimentos prevenir el cáncer?
De acuerdo a los especialistas, el cáncer se caracteriza por una acumulación progresiva de mutaciones del genoma celular. Esto produce, ciertos desequilibrios entre la proliferación y muerte celular. Lo que causa una fuerte propensión al padecimiento de cáncer.
La carcinogénesis química hace referencia a la transformación de las células normales en células cancerosas. Este proceso, está conformado por diversas etapas, que se suceden a lo largo de un tiempo relativamente largo. Podría catalogarse como un mecanismo de alta complejidad en el que interactúan el medio ambiente, genes y reacciones metabólicas.
De forma general, se podría decir que existen dos tipos de carcinógenos. Uno de ellos, es conocido como carcinógeno genotóxico, porque afectan de forma directa el ADN humano. El otro, es conocido como carcinógeno no genotóxico porque no dañan directamente el ADN, sino que emplean intermediarios para hacerlo.
Los carcinógenos, como los xenobióticos (sustancia externa al organismo, que incide sobre las capacidades funcionales) son transformados a nivel hepático. Se sabe, que en el hígado sufren una amplia transformación facilitada por ciertos sistemas enzimáticos. Los mismos son conocidos como enzimas metabolizadoras de fármacos de fase I y fase II.
Este sistema permite metabolizar y desintoxicar el organismo de compuestos químicos, biológicos o fármacos, incluyendo los carcinógenos. Según los estudios, existen ciertos compuestos (muchos de ellos presentes en las plantas), que potencian este sistema de desintoxicación. Esto permitiría reducir el riesgo de padecer cáncer.
Dichos compuestos se pueden clasificar en tres categorías. Dentro de ellas mencionamos:
1. Inhibidores de la conversión de precursores
Esta categoría incluye agentes que impiden la formación de carcinógenos activos. Por lo general, son moléculas con un alto poder antioxidante. A manera de ejemplo mencionamos el ácido ascórbico (vitamina C) y alfa tocoferol (vitamina D), entre otros.
2. Bloqueadores
En esta categoría se incluyen ciertos compuestos, que imposibilitan que lo carcinógenos produzcan daños en moléculas importantes a nivel celular como el ADN.
Este grupo de anticancerígenos impide que los carcinógenos dañen macromoléculas celulares como el ADN. Dentro de estos compuestos podemos mencionar la quercetina, genisteina e indol 3-carbinol. Incluso, ciertas sustancias químicas empleadas en cantidades adecuadas como conservantes de alimentos, también poseen ese efecto, entre ellas destacan el BHT y BHA.
3. Supresores
Estos compuestos poseen la capacidad de inhibir la formación de tumores. Estos agentes actúan principalmente inhibiendo la promoción de los tumores. Algunos ejemplos de estos compuestos son los carotenoides, retinoides e isotiocianato.
Alimentos que contienen compuestos potencialmente capaces de prevenir el cáncer
La ciencia permanentemente indaga sobre algunos alimentos, que pueden coadyuvar a prevenir el cáncer. Muchos estudios han puesto de manifiesto, que la nutrición posee un rol determinante sobre el tratamiento del cáncer. De hecho, los especialistas sugieren ingerir los alimentos adecuados antes, durante y después de un tratamiento.
De acuerdo a lo observado, ello permite reunir más fuerzas para afrontar esta enfermedad. Incluso, el consumo de los mismos, puede ayudar a prevenir su aparición.
Durante la última década se ha logrado constatar, que los alimentos funcionales pueden aportar macro, micronutrientes y compuestos bioactivos. Es decir, vitaminas, minerales, carbohidratos, proteínas y diversos fitonutrientes. Todos ellos son necesarios para mantener una adecuada salud. Muchos de los mismos, se encuentran presentes en alimentos enriquecidos, mejorados o convencionales.
Diversas moléculas antioxidantes presentes naturalmente en los aceites esenciales de las plantas o en sus extractos poseen potenciales efectos quimiopreventivos. Según la ciencia, dichos antioxidantes son capaces de reducir el daño causado por los radicales libres sobre el ADN. De hecho, este efecto negativo se encuentra asociado con la presencia de diversos tipos de cáncer.
Según los expertos se ha demostrado, que los compuestos antioxidantes poseen la capacidad de reducir la mutagénesis. Esto por lo tanto disminuye los efectos de la carcinogénesis, minimizando el daño oxidativo al ADN y la división celular.
Fuentes dietéticas y alimentos capaces de prevenir el cáncer
Alimentos con altos contenidos de alfacaroteno, betacaroteno y beta-cryptoxantina
Estos compuestos poseen la capacidad de incrementar la comunicación intercelular, un efecto fundamental para el adecuado equilibrio de los tejidos. Si este efecto, denominado gap junctional no se produce, las células no podrían proliferar, diferenciarse o entrar en apoptosis. Además de ello, estos compuestos son precursores de la vitamina A, una vitamina liposoluble con marcados efectos antioxidantes.
Dentro de los alimentos con elevados niveles de los mismos destacan:
Naranjas
Mandarinas
Melocotones
Papayas
Mangos
Sandías
Nectarinas
Batatas hervidas
Calabaza enlatada
Puré de batatas
Zanahorias cocidas
Espinacas cocidas
Hojas de mostaza cocidas
Coles cocidas
Calabaza Hubbard cocida
Nabos cocidos
Acelgas cocidas
Calabaza de invierno cocida
Pimientos picantes secados deshidratado
Pimientos rojos dulces
Bok Choy (cocida)
Perejil
Berro de jardín
Lechuga romana.
Alimentos con altos niveles de licopeno
De acuerdo a los estudios, se sabe que el licopeno posee una elevada actividad antioxidante. Además de ello, induce la comunicación entre células y el control del crecimiento de las células. Incluso, el licopeno posee una actividad muy potente sobre la prevención de crecimiento de varios tipos de cáncer.
De hecho se cree, que posee mayor efectividad que el alfa y el betacaroteno. Según los expertos, el licopeno ha demostrado una alta capacidad inhibidora de la fotooxidación.
El licopeno se encuentra en cantidades elevada en frutos como la sandía, papaya, pomelo, albaricoques y guayaba rosa. Se encuentra también en el repollo morado, tomate y productos a base de tomate.
Alimentos con altos niveles de Isotiocianatos (ITCs)
Estos compuestos son un grupo de fitoquímicos con elevados niveles de azufre. Por lo general, se presentan en los alimentos bajo la forma glucosinolatos (GL). Se ha demostrado, que la microbiota intestinal posee la capacidad de descomponer estos compuestos en sulforafano isotiocianato.
Los GL representan un importante grupo de fitoquímicos, con mucha abundancia en diversos vegetales presentes en la familia Brasicáceas o crucíferas. Dentro de ellas destacan la col rizada, brócoli, coliflor, repollo, coles de Bruselas, berro, rábano picante y la mostaza.
Según los expertos, la biodisponibilidad de este compuesto se disminuye cuando se hierven o cocinan con microondas a alta potencia. Diversos estudios han permitido establecer, que los isotiocianato y sus metabolitos favorecen la reducción de riesgos para el desarrollo del cáncer.
Los ITCs han sido muy bien estudiados y se sabe, que poseen una elevada capacidad antitumoral. Dentro de los mecanismos detectados hasta destacan:
Modulación de las enzimas que participan en el proceso de desintoxicación
Inhibición del crecimiento de las células cancerosas (mediante la interrupción del ciclo celular y estimulando la muerte celular)
Prevención de la metástasis (propagación del cáncer) y la angiogénesis (formación de nuevos vasos sanguíneos)
Regulación de la maquinaria epigenética (previene mutaciones y cambios a nivel del ADN).
Alimentos con probióticos, prebióticos y simbióticos
Los probióticos son ciertos microorganismos vivos, que cuando se incluyen en nuestra dieta ejercen efectos positivos sobre la salud. El principal efecto positivo logrado mediante su ingesta es la mejora del equilibrio de la microbiota benéfica. A su vez, los prebióticos son compuestos alimentarios no digeribles, que ejercen un impacto positivo sobre la microbiota intestinal.
En cuanto a los simbióticos se puede afirmar que, constituyen una combinación de pre y probióticos. Es decir, contienen bacterias beneficiosas y ciertos compuestos no digeribles que favorecen el crecimiento de la población bacteriana.
Diversos estudios realizados han logrado determinar, que existen diferentes cepas, especies y géneros bacterianos que ejercen una serie de beneficios. Entre ellos destacan, mejorías sobre la intolerancia a la lactosa, hipertensión, colesterol y el crecimiento de Helicobacter pylori, entre otros.
A su vez los prebióticos, destacan por sus efectos antimicrobianos, hipolipidémicos, antiostieoporóticos, equilibrantes de la glucosa y anticancerígenos. Cabe destacar, que los simbióticos poseen la capacidad de beneficiar el crecimiento de las bacterias benéficas y sobre la salud en general.
Diversos trabajos de investigación documentan el efecto positivo de los probióticos sobre la prevención en el desarrollo del cáncer. Dentro de las bacterias benéficas reportadas destacan, Bifidobacterium longum y Lactobacillus acidophilus, con efectos protectores sobre la patogénesis del cáncer.
Uno de sus efectos, es la inhibición de ciertas bacterias intestinales que causan putrefacción y generan sustancias procarcinógenas. Incluso se han verificado resultados, que indican la protección sobre los daños del ADN.
Según algunos estudios se ha comprobado que, este efecto reduce la exposición del epitelio intestinal a citotoxinas y genotoxinas. Ello promueve la mejoría de la mucosa intestinal, reduciendo así la incidencia de cáncer colorrectal.
Dentro de estos alimentos destacan:
Yogurt natural, chucrut, kombucha, kéfir, natto, tempeh, kimchi, miso y ciertos quesos blandos (cheddar, gouda, cottage) y un queso duro (parmesano)
Alimentos ricos en kaempferol
Este compuesto es un flavonoide fitoestrógeno, que se encuentra en diversos alimentos bajo la forma de glucósido. Diversos estudios han logrado demostrar que, el kaempferol además de sus derivados glicosilados, presenta diversas propiedades. Entre ellas, antidiabéticas, antimicrobianas, antioxidantes, cardioprotectoras, neuroprotectoras, antiinflamatorias, antitumorales y anticancerígenas.
Según estudios epidemiológicos realizados hasta ahora se ha demostrado, que una ingesta elevada de este compuesto genera ciertos efectos positivos. De hecho, muestran una asociación inversa entre el aumento del consumo de kaempferol y el cáncer. Es decir, que a mayor consumo de ese compuesto, menor es el riesgo de desarrollar cáncer.
Entre ellos destacan, la disminución de la incidencia de diversos tipos de cáncer. Ello incluye cáncer de estómago, hígado, vejiga, ovario, páncreas, colon y piel. Además de ello, otras investigaciones han demostrado su efecto potencial sobre la metástasis del carcinoma de mama. Ello implica su posible empleo como terapia hormonal sustitutiva.
Dentro de los alimentos con mayor contenido de kaempferol destacan:
Nabos
Arándanos
Grosella espinosa
Sandía
Kiwi
Fresa
Albaricoque
Baya del diablo
Zarzamora
Melocotón
Cereza
Berros
Hojas de mostaza
Rúcula
Espinacas de Nueva Zelanda
Col rizada
Escarola
Semillas de rábano
Acedera común o vinagrera.
Alimentos ricos en quercetina
Al igual que el kaempferol, la quercetina es otro flavonoide que posee marcados efectos antitumorales. Forma parte de la dieta habitual y abunda en forma de glucósido en una variedad de plantas, frutas y verduras. Incluso en la actualidad, se añade a diversos alimentos funcionales, comercializado como suplemento dietético.
Se sabe, que este compuesto posee la capacidad de prevenir y tratar diversas patologías, incluyendo el cáncer.
En los últimos años muchas investigaciones han confirmado que, este compuesto administrado en dosis razonable posee diversos efectos positivos. Entre ellos, efectos antioxidantes, antiinflamatorios y anticancerígenos. De acuerdo a la información recabada se sabe, que este compuesto puede inhibir diversos tipos de cáncer, entre ellos el de próstata, páncreas, nasofaríngeo, ovario, mama, pulmón y riñón.
Además de ello, se ha determinado que los derivados de la quercetina pueden realizar importantes funciones biológicas. Los estudios clínicos adelantados hasta ahora permiten afirmar, que la quercetina no es tóxica ni produce efectos secundarios. De hecho, algunos estudios clínicos mostraron que su administración intravenosa es segura y ejerce actividad antitumoral.
Asimismo, diversos estudios clínicos han confirmado los efectos de este compuesto sobre la reducción de la presión arterial. Incluso, puede mejorar los procesos de anemia. Dentro de los alimentos con alto contenido de quercetina destacan:
Alcaparras
Pimientos rojos
Cebollas
Espárragos cocidos
Brócoli
Col rizada
Lechuga de hoja roja
Tomates cherry
Manzanas rojas
Cerezas
Arándanos
Trigo sarraceno
Uvas de piel oscura
Vino tinto
Té verde
Propóleo.
Alimentos contentivos de ácidos grasos Omega 3
De acuerdo a los investigadores, los ácidos grasos omega-3 se obtienen a partir del ácido linolénico. Hasta ahora, se conocen tres tipos principales de ellos: ácido alfa linolénico (ALA), ácido eicosapentaenoico (EPA) y ácido docosahexaenoico (DHA).
Por lo general el EPA y DHA se encuentran en cierto tipo de pescados grasos. Entre ellos destacan: caballa, arenque, jurel, salmón y sardinas. A su vez el ALA, se encuentra en alimentos de origen vegetal como: nueces, linaza, semillas de chía, tofu, aguacate, alubias blancas y aceite de canola.
Según ciertos estudios epidemiológicos, quienes consumen dietas elevadas en ácidos grasos omega-3 poseen menor propensión a ciertos tipos de cáncer. Una cantidad excesiva de ácidos grasos poliinsaturados omega-6 y una relación omega-6/omega-3 baja, acarrea diversas enfermedades.
Ello ocurre frecuentemente en las dietas occidentales actuales. Dentro de estas enfermedades, suelen ser frecuentes, las enfermedades inflamatorias, autoinmunes, cardiovasculares y el cáncer. Si, la relación entre Omega-6/ Omega-3 es menor de 10:1 (tal como lo recomienda la OMS) se observarán efectos inhibidores. Ello favorece una menor presencia de enfermedades cancerosas.
Concluyendo
Posiblemente muchas personas nunca pensaron, que muchos de los alimentos incluidos en su dieta pudieran tener efectos sobre la prevención del cáncer. Esta es una razón más para consumir comida sana y evitar las comidas chatarra.
De acuerdo a diversos estudios realizados se ha logrado determinar, que existen una gran cantidad de alimentos que poseen efectos antioxidantes, antiinflamatorios y anticancerígenos. Ello se debe a la presencia de una importante cantidad de compuestos bioactivos.
Dentro de ellos destacan: los ácidos grasos Omega-3, quercetina, kaempferol, isotiocianatos, alfa y betaCaroteno, beta-cryptoxantina, licopeno, prebióticos y probióticos.
Realmente Rosalie se sintió muy agradecida con la información recibida, la cual comparto con vosotros en el post. Ella se asombró de observar que, muchos de los alimentos incluidos en la dieta mediterránea pueden prevenir el cáncer. De hecho, me expresó una gran alegría al constatar que sus padres se han mantenido sanos a lo largo de los años gracias a su estilo de vida.
Ella me comentaba en forma jocosa, que realmente faltaría incorporar ciertas frutas que sus padres poco consumen, como es el caso del kiwi. Además de ello, me dijo que había compartido esta información con sus padres.
Ella se asombró mucho en la actitud de su padre. Me decía que él, sigue compartiendo con sus amigos, pero en lugar de tomar cerveza, prefiere el vino tinto. Incluso, sus padres a la hora de la merienda incluyen diversos productos con probióticos y frutos rojos.
“Se calcula que entre el 30 y el 40% de todos tipos de cáncer, pueden prevenirse sólo con medidas de estilo de vida y dietéticas. La obesidad, los alimentos escasos en nutrientes como los azúcares concentrados y los productos de harina refinada, que contribuyen a alterar el metabolismo de la glucosa (lo que conduce a la diabetes), la escasa ingesta de fibra, el consumo de carne roja y el desequilibrio de grasas omega 3 y omega 6, contribuyen al exceso de riesgo de cáncer”
Dr. Michael Donaldson, PhD
Director de Investigación, Hallelujah Acres Foundation
Ellensburg, Washington
Si te ha gustado este artículo y tienes un interés sincero en aprender cómo puedes vivir más sano, me gustaría regalarte una copia de mi último libro #Yo Puedo con la Dra. Cocó.
Sí la página te da un mensaje de error es porque no has entrado la dirección bien. Vuélvelo a intentar, asegurando no haber dejado ningún espacio antes, después o entre las letras de tu dirección.
Referencias:
https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC5502868/
https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/30213279/
https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC8998574/
https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC8470063/
https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/34572548/
https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/24870117/
https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC526387/
https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC5411786/
https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC6523696/
https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC6631472/
https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC7063794/