Si a una persona vegana le preguntamos sobre el valor nutritivo de la carne roja, estamos seguros de su respuesta, sin embargo, el impacto de las carnes rojas en la dieta es decisivo, ya sea por su consumo o la ausencia de éste.
Virtudes.
La carne de res, cordero y cerdo son contentivas de minerales y vitaminas necesarias para el funcionamiento de los sistemas que conforman nuestro organismo. Las carnes rojas son fuente de proteína, hierro, zinc, y sus características ayudan en el fortalecimiento muscular, esto es importante si se participa de un régimen de entrenamiento físico. Desde los 40 años, es necesario ingerirla por la pérdida de masa muscular propia de la edad, su consumo hace más lento este proceso.
Los detractores.
Entre las razones que expresan quienes están en contra del consumo de la carne roja en la dieta diaria están:
Depósitos de grasa: las carnes contienen grasa, su consumo acarrea problemas, principalmente de colesterol malo con posibilidades de obstruir arterias.
Cáncer: el consumo de carnes rojas está asociado a algunos tipos de cáncer, entre ellos el de colon.
Problemas digestivos: las propiedades de la carne hacen que sea más lenta su digestión.
¿Cómo cocinarla?
Aunque los niveles de grasa de la carne roja son altos, muchas veces esos niveles se aumentan con la forma de cocción. Es común preparar la carne frita, empanizada y en salsa, por lo cual se recomienda su preparación al horno, asada y al vapor. Es importante también elegir los cortes que tienen menor cantidad de grasa.
¿Fuente de energía?
Estudios discuten sobre el valor de la carne como fuente de energía. Diversas opiniones expresan que la carne roja tiene impacto en la dieta positivamente, aportando energía y siendo útil para los entrenamientos físicos diarios y rutinas habituales. Otros dicen que no aporta, sino que demanda energía del organismo, por su difícil digestión.
¿Cuándo está fresca?
Hay dos características básicas para determinar que la carne que compramos está fresca, la primera es su color, éste debe ser rojo intenso. La segunda es el color de la grasa, debe ser blanca, no amarillenta y fácil de extraer.
Luego de conocer exactamente las propiedades de la carne, queda la decisión de su consumo a cada persona, pensandoen no eliminar de la dieta los nutrientes que ésta aporta, sino sustituirlos por granos y legumbres.