Esta es una de esas entradas que parecen una obviedad, pero de acuerdo a lo que vivo en la práctica diaria, no parece ser tan obvio. Sí, el ejercicio funciona para mejorar tu salud, pero teniendo la hoja de ejercicios en el cajón o los vídeos de ejercicios en el ordenador, no van a hacerte mejorar, esto no es ciencia infusa. El ejercicio es movimiento (echa un vistazo a esta entrada que seguro que es de tu interés) y está demostrado que es una herramienta terapéutica de gran valor.
Cuántos de vosotros, fisios, habéis recomendado ejercicios a vuestros pacientes y una vez que los veis por segunda vez en la consulta, les preguntáis si los han hecho y os encontráis con estas posibles situaciones:
El paciente te responde que sí, pero te lo dice con tanta inseguridad que ni él se lo está creyendo. Puedes ver como mira hacia otro lado y su “sí” es más algo así como “eeeeh, sí”. Está garantizado que no ha hecho los ejercicios.
Me encantan estos pacientes. De verdad me hacen sentir como un maestro en la escuela. Ellos se mienten a sí mismos, creyendo que así van a evitar que se les llame la atención. Tú, paciente, tienes que ser activo porque tú eres el motor de tu recuperación. Tú, paciente, eres quien tiene que estar descontento contigo mismo si no has hecho los ejercicios, tu fisio sólo podría sentir más que nada frustración.
2. Te dice que ha estado muy liado esta semana, muchas horas de trabajo y lo último que le apetecía hacer cuando llega a casa es ejercicios. “He estado trabajando 10 horas diarias, ¿de verdad crees que me queda tiempo para hacer los ejercicios”?
La respuesta para este tipo de pacientes sería… “los ejercicios no son un extra del tratamiento que tenemos en la clínica, los ejercicios son la parte más importante del tratamiento. Venir a la clínica podrá hacerte mejorar algo, pero si no haces los ejercicios el dinero gastado podría ser en balde”.
3. “Los he hecho, pero posiblemente, no con tanta regularidad como me dijiste, pero hacerlos los he hecho”. Y te lo dicen con una cara de orgullo y satisfacción plena, como diciendo “¿a que me he portado bien mamá?”
Bueno, eso a lo que históricamente los pacientes le llaman “la tabla de ejercicios” tiene unos números, que no son parte de un sudoku, sino el número de series y repeticiones que los ejercicios deben ser hechos en un determinado período de tiempo. Si los ponemos es porque “los tíos listos” (investigadores científicos) así lo indican en sus estudios. Pongamos el ejemplo de la tendinitis de Aquiles (tendinopatía aquílea) en la que una parte importante de su tratamiento parecen ser los “heel drops” o ejercicio excéntrico de gemelos. Normalmente se recomienda hacer 3 series de 15 repeticiones dos veces al día y por un período de 12 semanas.
4. “Sí, los he hecho como me dijiste, no tendría sentido venir a tratamiento y luego no hacer mis deberes en casa, estaría tirando el dinero y perdiendo el tiempo”.
He aquí el paciente sensato, que también los hay. Este sería el escenario perfecto y el más razonable.
Cuando el médico te dice que debes hacer ejercicio para perder peso, no se refiere a que te sientes en el sofá y veas los deportes. Se refiere a que te muevas, a que hagas ejercicio, que no te quedes en la intención, que de intenciones no se vive.
Lo mismo ocurre con la hoja de ejercicios del fisio. Tus articulaciones, musculatura y sistema nervioso no van a mejorar através del sentido de la vista.
Esto es lo que tienes que tener claro: LOS EJERCICIOS SÓLO FUNCIONAN SI SE HACEN.
Las fotografías son de dominio público de Pixabay.
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