La espalda sirve, básicamente para sostener el cuerpo y permitir su movimiento, además de para contribuir a mantener estable el centro de gravedad, tanto en reposo como cuando nos encontramos en movimiento. Además de estas funciones, también se encarga de proteger la médula espinar al encontrarse envuelta de hueso.
Para poder sostener el peso del cuerpo, la espalda tiene que ser sólida; y por este motivo se encuentra compuesta por huesos muy resistente y músculos potentes.
Para permitir el movimiento, la columna vertebral debe ser flexible, por lo cual no se encuentra compuesto por un solo hueso rígido, sino que lo componen un total de 33 vértebras separadas. Estas se encuentran dispuestas unas encima de otras y están sostenidas al mismo tiempo por un sistema de músculos y ligamentos.
Para contribuir a mantener estable el centro de gravedad, la contracción de musculatura de la espalda actúa en forma de contrapeso que compensa los movimientos del resto el cuerpo. Para poder actuar así, la musculatura tiene que ser potente.
Asimismo, hay que tener en cuenta que para la protección de la médula espinal, las vértebras tienen una forma especial, ya que tiene un agujero en su centro por el que discurre la médula.
La columna vertebral
La columna vertebral del ser humano se encuentra formada por un total de 33 vértebras, de las cuales son 7 cervicales, 12 dorsales, y 5 lumbares, las cuales se encuentran separadas las unas de las otras por un total de 23 discos intervertebrales. Las cinco sacras se encuentran confeccionadas, al igual que las 4 coxígeas, formando los huesos sacro y coxis.Si se observa las mismas de frente, las vértebras se encuentran perfectamente alineadas las unas con las otras y forman una vertical. Sin embargo, de perfil, forma curvas. La superior, en la zona cervical, y la inferior, en la lumbar, son cóncavas hacia atrás y reciben el nombre de lordosis-cervical y lumbar, respectivamente. La curva media es cóncava hacia adelante y recibe el nombre de cifosis dorsal.
Esta disposición hace que la columna sea muy resistente a la carga que se aplica en dirección vertical, ya que sus curvaturas le dan flexibilidad. En el caso de que la carga sea muy importante, las curvaturas pueden llegar a aumentar de manera transitoria, encargando de amortiguar la presión que sufren las propias vértebras.
Qué es el dolor de espalda lumbar
Una vez conocida la información anterior acerca de los huesos de la espalda a nivel anatómico, es el momento de analizar el dolor lumbar, y es que una de las patologías más frecuentes tiene lugar en la parte posterior del cuerpo.El dolor de la región lumbar o lumbalgia es un dolor que se encuentra localizado en la parte baja de la espalda. El origen de este tiene que ver con la estructura músculo-esquelética de la columna vertebral.
El dolor, en la espalda, se da habitualmente en la zona lumbar y viene dada por un mecanismo neurológico que implica que se activen los nervios que transmiten el dolor y el desencadenamiento de la contractura muscular y la inflamación.
En otras ocasiones, el dolor viene generado debido a la compresión de una raíz nerviosa, como ocurre en el caso de que un disco intervertebral sufre mucho desgaste y no amortigua lo suficiente, es posible que se comprima alguna raíz debido a una contusión en esta zona.
El proceso que se sigue en este caso pasa por empezar que se activen unos receptores concretos relacionados con el dolor, conocidos como nociceptores. Su activación provoca dolor y hace que tenga lugar un mecanismo de inflamación y una contractura muscular.
La inflamación y la contractura mantienen activos a los receptores del dolor y eso hace que sea un círculo, con un dolor que causa inflamación y esta inflamación provoca dolor. En esta situación, el dolor se mantiene a pesar de que pueda llegar a desaparecer la causa que provocó el desencadenamiento del mismo en un principio.
Este mecanismo puede estar provocado por una lesión estructural pero también puede darse sin que esta se produzca, siendo de hecho el caso más común, cuando este mecanismo viene provocado sin la existencia de una lesión estructural. Esto sucede, por ejemplo, cuando se mantiene una postura incorrecta que da origen a una sobrecarga muscular; y a su vez que deriva en una contractura.
Cómo saber si se tiene un problema de espalda
Si un sujeto tiene dismetría en los miembros inferiores, desequilibrios musculares en extremidades inferiores o músculos en la espalda, dolor de espalda, cadera o piernas por lesión o sin ella, o hipotonía en el core, puede que exista un problema en la espaldaEste dolor, quizás en la infancia no se haya detectado, pero que muy probablemente con el paso de los años, salga a la luz, por alguna de las consecuencias citadas.
En la actualidad, se conoce que existe una relación significativa entre dolor de espalda y la falta de práctica deportiva y con el tiempo que se pasa delante del ordenador o la televisión
Por ello, las personas sedentarias y las personas que utilizan de forma habitual durante muchas horas el ordenador, móvil o televisión, presentan mayor probabilidad de sufrir problemas de espalda.
La principal causa de los problemas de espalda o las alteraciones y descompensaciones musculares es la adopción de posturas inadecuadas en la vida cotidiana .
Las alteraciones más frecuentes son las siguientes:
Escoliosis. Desviación lateral de la columna vertebral, siendo las causas en más del 85% de los casos desconocidas.
Hipercifosis. Consiste en el aumento de la concavidad anterior de la columna dorsal, que habitualmente se debe a la prolongación de posturas inadecuadas o a la falta de fortalecimiento de la musculatura paravertebral.
Hiperlordosis. Es el aumento de la concavidad posterior de la columna vertebral, región lumbar. En muchas ocasiones se desconoce la causa, pero el acortamiento de la musculatura isquiotibial puede llegar a facilitar la adopción de posturas incorrectas, y estas pueden llegar a ocasionar que se dé una alteración en esta concavidad. Por este motivo es muy importante mantener un trabajo y fortalecimiento de la espalda.