Máxima hidratación
La hidratación es un factor clave durante el verano, pero también durante todo el año. Para solventar los excesos, el agua es el mejor aliado con el fin de encontrarnos mejor y empezar con nuestra dieta post veraniega.
Ejercicio físico moderado
Aunque en verano nos hayamos movido en la playa o en la piscina, las horas de descanso han sido superiores. Ahora no se trata de hacer ejercicio sin parar, debe ser moderado, despacio, poco a poco, para seguir con el ritmo de forma pausada y estudiada.
Reducir los hidratos de carbono
Para bajar de peso lo primero que hay que hacer es reducir al máximo el consumo de hidratos de carbono sobre todo aquellos que tienen un índice glucémico alto. Reducir la sal y los alimentos con mucho azúcar. Seguro que en verano nos hemos pasado con alimentos ricos en tales ingredientes y ahora toca reducirlos.
Las cinco-cuatro comidas
Es eje clave, aunque parezca que son muchas, la realización de cinco o cuatro comidas al día, pero con poca cantidad, previene los atracones. Son el desayuno (más abundante), la comida, la merienda y la cena (menos cantidad) y siempre de forma variada.
Pavo, fruta, pescado…
Hay muchos alimentos que podemos incorporar a nuestra dieta sin tener que hacer régimen, que muchas veces no sirve de nada. La base es alimentarse bien sin excesos. Para ello es básico incorporar o aumentar el consumo de frutas, las de temporada están bien. Junto a ello, reduciremos la carne roja y aumentaremos el pavo y el pescado, que puede tomarse tres o cuatro veces por semana.
Alimentos depurativos
Junto a los consejos anteriores, se recomienda también el consumo de verduras depurativas, como el puerro, el espárrago o la berenjena, y tomar frutas depurativas, como la manzana, las uvas o las ciruelas.