La alimentación durante el periodo de vacaciones debe cuidarse como el resto del año. Sabemos que desconectar de las rutinas diarias implica despreocuparnos de muchas cosas, y los paquetes hoteleros, el "todo incluido" y sus bufets, ayudan a ello. Ser conscientes de la importancia de mantener nuestro peso permitirá disfrutar de nuestras vacaciones con salud y que la vuelta no sea más difícil de lo que ya se supone.
Por esta razón, hoy os indicamos algunas claves que Andrea Marqués, nutricionista dietista del Instituto Médico Europeo de la Obesidad, enumera para organizar las comidas de los más mayores y de los más pequeños en estos días de descanso.
1. Mantener las cinco comidas
Realizar las cinco comidas diarias nos ayudará a retener grasa y a estimular nuestra tasa metabólica, siempre que elijamos los alimentos adecuados. Las sopas frías y ensaladas son una buena opción. Beber agua y no extralimitarnos con la ingesta de bebidas alcohólicas o refrescos será otro de los consejos a tener en cuenta.
2. Consumir frutas y verduras depurativas
¡No podemos olvidarnos de la fruta y la verdura! Incluir la piña en nuestros menús además de verduras como espárragos, pepino o apio. Son unos extraordinarios diuréticos que facilitarán el funcionamiento renal compensando los excesos calóricos que nos aporta el alcohol.
3. Ejercicio al aire libre
Hay actividades como nadar en la piscina o caminar por la playa que se relacionan con esta época del año y que son perfectas para liberar endorfinas y activar la circulación sanguínea. ¡No dejes de practicarlas!
4. Beber abundante agua
Las altas temperaturas y el calor favorecen la retención de líquidos. Las piernas y pies hinchados son el síntoma más evidente pero no ir con normalidad al baño es otra de sus señales. Beber entre litro y medio y 2 litros al día de agua nos evitará las molestias que estos problemas suponen y nos mantendrá hidratados.
5. Hacer cenas ligeras
Algunas ideas rápidas y saludables son las siguientes:
- Ensalada de tomate cherry, queso fresco y cebolla. Aliñamos con vinagre, aceite y orégano y albahaca. Podemos acompañar esta ensalada con dos tostadas de pan integral.
- Una sopa fría típica de esta época es el gazpacho. Es temporada de tomates y pimientos y hay que disfrutarla. Recomendamos tomar 200 ml y sin pan. Un yogur helado de postre puede ser la culminación perfecta
- Revuelto de huevos con espárragos trigueros y ajos tiernos.
- Endivias acompañadas de salmón ahumado, huevo duro picado, cebolla roja y pepinillos. Aliñar con una vinagreta de orégano.
- Ensalada de langostinos, taquitos de pavo y pepino con salsa de yogur.
Los niños también sufren el cambio de rutinas propio del verano. Su alimentación se ve modificada por diversos factores como la alteración del sueño o el horario de comidas. Controlar su nutrición e hidratación es sencillo con estas pautas que nos dan desde IMEO.
1. Buen desayuno
No es fácil que los más pequeños se sienten en la mesa a disfrutar del desayuno. El principal motivo es la falta de apetito y el exceso de energía con el que empiezan el día, pero debemos recordar que es la comida más importante y debe estar compuesta por al menos un cereal integral, un lácteo, una proteína magra, una grasa saludable y una fruta de temporada.
2. Aprovechar las frutas y verduras de temporada
Si les cuesta tomar fruta podemos preparar batidos, helados y sorbetes caseros. Su ingesta puede convertirse en esencial en la etapas de crecimiento.
Ocurre lo mismo con la verdura y suelen enfrentarse a ella con una actitud apática. Prueba a mezclarla con proteínas. Las brochetas de pollo y verdura o la berenjena rellena de carne picada son dos platos que les encantarán.
3. Horarios en verano
Intentar mantener ciertos horarios dentro de la desconexión total que supones este época del año. Si cuidamos ciertas rutinas como las horas de comida o de sueño, comprobaremos el beneficio que reporta a todos los miembros de la familia cuando acabe el periodo estival y se retomen los hábitos diarios.
4. Cuidado con las digestiones
Los cambios bruscos de temperatura es la principal causa de los cortes de digestión. Podemos evitar sustos si, cuando terminen de comer, esperamos pacientemente entre media hora y una hora para permitirles que se metan en el agua.
5. Merendar
La energía que los niños consumen llega a su punto álgido por la tarde. Merendar saludablemente con alguna pieza de fruta o un sandwich con proteína ( jamón york, pavo, jamón serrano, lomo) será fundamental para mantener una correcta alimentación a lo largo de estos meses.
6. Dieta variada
Esta dieta debe contener frutas y verduras frescas, pescados, carnes magras, cereales integrales, legumbres, frutos secos y aceite de oliva. El verano puede ser un momento perfecto para enseñarles la importancia de comer bien. Ir a la compra con ellos e implicarles en la cocina supondrá tenerlos entretenidos mientras aprenden.