Desde conseguir suficientes nutrientes para que tus neurotransmisores funcionen correctamente hasta bajar tu presión arterial, estos alimentos y bebidas pueden hacer maravillas. Mientras muchas personas que sufren de ansiedad saben qué tipo de cosas evitar en su dieta (alcohol, cafeína, alimentos grasos), lo que se habla menos comúnmente es sobre qué tipo de alimentos debe ser recibidos con los brazos abiertos y la boca
Mientras que los alimentos probable no “resuelvan” todos los problemas de ansiedad, sin duda tendrán un impacto y, de hecho, no debería ser una gran sorpresa. Después de todo, si ciertos alimentos nos pueden hacer sentir cansados, asustados o estresados, ¿por qué no otros alimentos serían capaces de hacernos sentir llenos de energía, frescos y tranquilos?
La ansiedad es una batalla que tiene muchas caras y, posteriormente hay muchas tácticas que se pueden utilizar para luchar contra ella. La terapia es una, la medicación es otra, y la dieta es un tercer factor: importante e influyente. Aquí hay siete deliciosos alimentos para empezar.
1. Almendras
Las almendras tienen enormes cantidades de beneficios para la salud, especialmente cuando se trata de la ansiedad. Contienen zinc, que ayuda a mantener el estado de ánimo equilibrado, así como grasas saludables para los neurotransmisores y hierro para la actividad cerebral. Mientras que un cerebro cansado no puede parecer un vínculo inmediato a la ansiedad, la falta de energía mental si puede hacer que nos volvamos más ansiosos, mientras estamos en un estado de fatiga mental.
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2. Pavo
El siguiente de los alimentos que puede ayudarte con la ansiedad, es probable que hayas observado cómo todo el mundo quiere tomar una larga y tranquila siesta después de la cena de Acción de Gracias o Navidad. Se trata del mismísimo triptófano, que contiene el pavo, que pone a todos a dormir, también sirve como un precursor de la serotonina, un neurotransmisor que se cree que actúa como un estabilizador del estado de ánimo. Si quieres calmarte, el pavo puede ser tu salida del estrés.
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3. Aguacate
Los aguacates en realidad son un súper alimento. No sólo son increíblemente buenos para tu salud en general (ya que contienen fibra, ácidos grasos saludables para el corazón, potasio y vitaminas en abundancia!), sino que además que pueden hacer maravillas por tu cerebro. Contienen más potasio que los plátanos, éstos significa que pueden ayudar a disminuir la presión arterial mientras también proporcionan nutrientes para tus neurotransmisores en forma de vitaminas del grupo B y grasas monoinsaturadas.
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4. Té de manzanilla
Hay una razón por la cual el té de manzanilla se suele tomar antes de dormir, y se debe a que los efectos de la manzanilla en el cuerpo son notablemente calmantes. Pues resulta que, la manzanilla relaja los vasos sanguíneos y al mismo tiempo suaviza las fibras musculares a través de su contenido de glicina. Un cuerpo calmado puede sin duda, dar lugar a un estado mental más que calmado.
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5. Salmón
El salmón, junto con cualquier otro pescado que sea rico en ácidos grasos (piensa en el atún, trucha, y sardinas), se ha demostrado que ayuda a mejorar el estado de ánimo en general, incluyendo el apoyo al cerebro ante el estrés. Los ácidos grasos omega-3 son responsables de la reducción de ansiedad y la mejora general del estado de ánimo.
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6. Huevos
El desayuno no es una comida que se pueda saltar, sobre todo si regularmente incluyes en tu desayuno huevos. Cargados con vitaminas del complejo B, esta deliciosa comida con toda su simpleza mantiene el cerebro funcionando a su máxima expresión. Específicamente son altos en colina, los huevos pueden ayudar a mantener tu cerebro libre de confusión, irritabilidad, o agotamiento.
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7. Agua
El último de los alimentos que pueden ayudarte con la ansiedad, parece obvio, pero muchos la pasan por alto. La hidratación es todo. Incluso la más mínima deshidratación (¿Sabías que si tienes sed ya puedes ser considerado deshidratado?) Puede tener un efecto enorme en tus niveles de energía y estado de ánimo general. Mantenerse hidratado ayuda a mantener la sensación de un cuerpo sano, y, posteriormente, puede conducir a niveles más bajos de ansiedad.
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