¿No puedes evitar esas ganas locas de comer dulce o harinas a las 4 de la tarde? Esto es lo que tienes que hacer.
Sabes que tienes que hacer algunos cambios para estar más saludable y sentirte mejor en tu cuerpo.
Te esfuerzas por aprender nuevas formas de lograrlo y haces todo lo posible por aplicarlo a tu vida, tan particular y con tantas complicaciones.
Pones todo de tu parte por comer mejor, sigues los consejos de trescientos veinticicomil nutricionistas y blogs en Internet.
Y no importa con cuánta motivación “empieces dieta” cada lunes…
Siempre, siempre, llega esa temida hora en la tarde en la que te mueres por comer lo que sabes que no debes.
Esos desgraciados antojos.
Aunque en general es posible evitar que te ataquen del todo (en este episodio de MND TV te digo cómo), eventualmente, por una u otra razón, pueden terminar apoderándose de ti.
Sí, nos pasa a todos (se ve incluso en las mejores familias ).
Así que hoy te traigo un plan de 3 pasos muy sencillos para detener los antojos una vez que los veas venir hacia ti con su instinto asesina-esfuerzos-por-adelgazar.
Pero primero, hay algo importantísimo que necesitas entender…
Tienes que darte cuenta de que tener antojos no es lo mismo que tener hambre.
Cuando tienes antojos, no se trata de tu cuerpo que te esté pidiendo comida porque necesita energía. Más bien se trata de tu cerebro que te está pidiendo algo que le ayude a liberar dopamina, la hormona del bienestar y del placer, y que interviene en los procesos biológicos de “recompensas”.
Para no extenderme demasiado, te cuento rapidito que la culpa de todo esto la tiene la evolución. En la época de las cavernas, cuando era muy complicado conseguir comida, si no había un incentivo muy fuerte para arriesgar la vida yendo tras aquel mastodonte, nuestro Pedro Picapiedras simplemente iba a preferir quedarse sentadote en su cueva… hasta morir de inanición.
Así que la sabia Madre Naturaleza nos hizo evolucionar desarrollando un sistema de recompensas en el que cada vez que comemos algo, nos sentimos súper bien. Una especie de “high” alimenticio pues.
Y eso funcionó muy bien para motivar al Sr. Picapiedras a salir a buscar alguna bestia salvaje comestible.
Funcionó tan bien que aquí estamos tú y yo, y el resto de la humanidad, millones de años después.
¿El problema?
Que ahora tenemos comida en todas partes y extremedamente fácil obtenerla.
Lo que ocurre entonces es que, básicamente, nos hemos hecho adictos a la comida – a la sensación que nos produce comer.
A nuestro cerebro le gusta liberar esa dopamina, y ¿adivina cuáles son los alimentos que más producen ese efecto?
Mhmm.
Así que bueno, si te llega ese momento en el que ya es muy tarde como para “evitar” el antojo, he aquí lo que debes hacer.
Paso 1: Si tienes aunque sea un poquito de hambre, haz una comida completa
Si tienes antojos, y encima tienes aunque sea un poquito de hambre, y no haces nada al respecto, la cosa puede terminar increíblemente mal.
(¿Te acuerdas la última vez que te diste aquel atracón en el que básicamente te atragantaste de galletas? Pues ya sabes a qué me refiero…)
No hay – lee bien: NO HAY – ninguna fuerza de voluntad que pueda con eso.
Así que si pillas los antojos y tienes aunque sea un poquitico de hambre, empieza de inmediato a prepararte una comida completa de verdad, sin importar la hora que sea.
Tal vez el comer una comida de verdad no suene como la cosa más apetitosa en ese momento, pero hazlo de todos modos.
Paso 2: Date una ducha caliente
¿No te funcionó lo de la comida, o se está tardando demasiado? Entonces tu siguiente herramienta mata-antojos se encuentra en tu baño.
Pero eso sí, que sea una ducha bien caliente. Obvio que no te vas a quemar tampoco, pero la idea es que se siente muy caliente, casi que comience a ser demasiado caliente.
Yo nunca he tenido que probar algo así personalmente, pero he leído que le funciona muy bien a mucha gente para matar en el acto un antojo que parecía incontrolable.
Entonces, calienta bien el agua y déjala escurrir por tus hombros y tu espalda, para que te caliente bien el cuerpo. Dúchate durante al menos 5 a 10 minutos.
Cuando termines de ducharte, lo más probable es que te hayas olvidado completamente del degenerado antojo, y que tengas esa sensación de “purificación”, como cuando recién sales de un sauna.
Paso 3: Sal a caminar, toma distancia
¿El tenaz antojo sigue allí? Deja que Mamá Naturaleza te dé una manito.
Salir a andar a paso rápido es una de las formas más eficientes para desaparecer antojos (y malos pensamientos, de paso).
De hecho, es una de las recomendaciones número uno de los buenos psiquiatras para curar la depresión (no me preguntes cómo lo sé, jejejeje).
Y es que hacer cualquier tipo de actividad física libera endorfinas (neurotransmisores de felicidad), y si a eso le agregas un poco de aire fresco y unos rayitos de sol, tienes la combinación perfecta para una dosis de felicidad inmediata (¿quién necesita la droga del azúcar luego de eso?).
Si prefieres correr, entonces será correr.
Si prefieres andar en bici, perfecto también.
Y si prefieres quedarte en casa (o el clima es una porquería allá afuera) entonces 10 sentadillas y 10 flexiones, o 10 burpees, o lo que quieras que te suponga un esfuerzo físico, como cuando estabas en pre-militar, harán el trabajo.
Pero si puedes trata de alejarte físicamente de la comida que te está produciendo los antojos (ya sea una tienda, la panadería, algo que trajo la chica flaca aquella que trabaja contigo), porque eso te puede ayudar mucho también.
¿Qué haces tú cuando te atacan los antojos?
La verdad es que lo mejor es evitar que te den antojos, como te decía al comienzo. Pero ya sabemos que no siempre se puede ganar (aunque siempre se puede intentar ).
No significa que no puedas nunca comer alimentos de estos malucos, ¡ni que tengas que intentarlo!
Pero una cosa es permitirte comer algo dulce o harinoso de vez en cuando, bajotoda cordura, y otra cosa muy distinta es caer víctima indefensa de esos antojos horribles que literalmente nos hacen perder el control.
Yo estoy segura que estos 3 pasos para detener los antojos te serán muy útiles, pero me encantaría saber si has usado ya alguno de ellos, o si tienes otras estrategias ultrasecretas al más puro estilo de 007 o Duro de Matar que utilices en esos momentos de quasi-desesperación.