Que es exquisita y ligera tendrás que comprobarlo tu misma, pero ¿dónde radican sus propiedades saludables? Vayamos por partes.
El pepino proporciona antioxidantes, como la vitamina C o el betacaroteno que protegen nuestras células, es rico en potasio y magnesio que ayudan a regular la presión arterial, al ser rico en agua facilita la eliminación de toxinas y mejora la función renal.
El ajo combate las infecciones, es un potente antiinflamatorio, aumenta las defensas, mejora la circulación, previene la arteriosclerosis, disminuye el exceso de grasas en sangre, previene la hipertensión, alivia el dolor, es un eficaz expectorante, está indicado en problemas del aparato respiratorio y es diurético y estimulante. Nutricionalmente es una excepcional fuente de vitaminas (A, B1, B2, B3, C y E), fibra, potasio, fósforo, calcio, hierro, sodio, selenio y germanio orgánico. ¡casi nada!
Por último, el alga wakame contiene hierro y es una rica fuente de ácido fólico. Es abundante en calcio y contiene vitamina D que interviene en el proceso de absorción del mismo. También es rica en vitaminas del grupo B, que ayudan a fortalecer nuestro sistema nervioso. Como todas las algas, tiene un alto contenido en yodo, por lo que si se padecen alteraciones tiroideas, antes de su consumo debe consultarse al médico.
De los puntos a destacar de esta receta es que aprovechamos todas las vitaminas y energía vital de estas plantas en crudo, además es fácil de digerir y se prepara en un periquete ya que solo tienes que lavar y triturar los ingredientes.
Y ahora, veamos como prepararla… Mmmmm
Ingredientes de la sopa crudivegana:
1 zanahoria
1 pepino
1 ajo
1 cucharada de alga wakame rehidratada (por persona)
hojas verdes de lechugas tiernas
1 cucharadita de kimchi, chucrut, u otro preparado probiótico vegetal (opcional)
Elaboración:
Lavar y trocear las hortalizas.
Rehidratar el alga wakame durante unos minutos. Hay que tener en cuenta que cuando rehidratamos el alga aumenta de tamaño, por lo que si te parece que has puesto mucha, puedes guardarla rehidratada en la nevera y agregarla luego a otras recetas.
Triturar todos los ingredientes con una trituradora potente.
Decorar con unos bastoncitos de zanahoria y de pepino.
Servir.
¡¡Disfrutar!!
Esta sopa la podemos tomar fresquita en verano, o calentarla a temperatura no superior a 40-50 grados en invierno para aprovechar al máximo todas sus virtudes enzimáticas.
Come despacio, masticando cada sorbo, de esta manera el alimento se mezclará bien con las enzimas digestivas de tu saliva y tu estómago te lo agradecerá.
Otras recetas crudiveganas:
Queso parmesano crudivegano
Tarta de zanahoria sin harina
Sopa de tomate y albahaca
Brownies sin horno
Ensalada terapeútica para equilibrar la salud hormonal femenina
Mousse de chocolate, plátano y aguacate en 5 minutos
Queso crudivegano sin lactosa
Gracias por leerme,
¡Qué aproveche!