En esta entrada te voy a hablar del presente y del pasado, de lo que hacíamos por desconocimiento y de lo que hacemos o deberíamos hacer, de acuerdo a “los tíos listos” (investigadores).
Por todos es sabido en la actualidad (o debería saberse), que el reposo es cosa del pasado. No hace mucho tiempo atrás y, por desgracia, en algunos sitios hoy en día, el reposo era una recomendación habitual. Tenías un esguince…reposo, tendinitis de Aquiles…reposo, fascitis plantar…reposo, rodilla del corredor…reposo, síndrome de la cintilla iliotibial…reposo, dolor lumbar…reposo; y así podría seguir escribiendo durante horas.
El reposo no es algo que debamos desechar completamente, pero los casos en los que necesitas reposo son limitados o el reposo debe entenderse como “reposo relativo”.
Voy a explicarte esto de manera sencilla. Digamos que tenemos dos tipos de reposo, el reposo absoluto y el reposo relativo.
Reposo absoluto: Hace referencia al reposo de toda actividad. Lo que vendría a ser estar tumbado en el sofá todo el día o convertir tu cama en tu lugar de residencia habitual. Básicamente, moverse únicamente cuando sea estrictamente necesario.
Reposo relativo: Nos olvidamos del sofá y de la cama y nos movemos lo más posible dentro de las limitaciones que nos ocasiona la lesión que padezcamos y siempre haciendo lo posible para no empeorar la situación. La clave está en la “carga óptima” como te expliqué en POLICE – Manejo de lesiones en fase aguda.
El reposo absoluto estará limitado a casos muy concretos, como pueden ser las fracturas (entre otras condiciones que tu fisio y/o médico te harían saber). Aunque ni siquiera en el caso de fracturas le llamaría reposo absoluto, ya que el movimiento de otras partes del cuerpo estará totalmente indicado, para favorecer la circulacion sanguínea y mantenerte en un estado físico general decente.
Cuando he hablado anteriormente sobre el reposo relativo, estoy seguro de que muchos de vosotros habréis pensado “pero si me muevo, duele, y dolor implica que algo no va bien y probablemente estaré empeorando la lesión”. Dolor no siempre implica lesión, así como no siempre implica empeoramiento. Si lees la entrada Tras la resonancia… el dolor empeoró, entenderás esto mucho mejor. La mejor persona para guiaros en este punto es vuestro fisioterapeuta.
Te voy a explicar esto con un par de ejemplos sencillos. Imagínate que tienes tendinitis de Aquiles y la causa es que eres corredor de larga distancia y has aumentado tus kilómetros semanales de una manera muy rápida porque te estás preparando para una maratón que tendrá lugar en dos meses. Craso error, como te expliqué en el artículo Prevención de lesiones en corredores. En este caso, deberías hacer reposo relativo: nadar, montar en bicicleta, hacer elíptica o hacer remo. De hecho puedes hacer (debes, mejor dicho) cualquier tipo de actividad siempre y cuando sigas la siguiente regla: no sientas dolor mientras te ejercitas, después de la actividad o incluso en los dos días siguientes (lee más en Prevención de lesiones en corredores: corre sin dolor). Como leerás a continuación, esta no es una regla que siempre se sigue a raja tabla, aunque habitualmente es una buena guía. Voy a ir más allá y decirte que puedes incluso correr, siempre y cuando seas capaz de manejar la carga del tendón de manera sensata. Correr pocos kilómetros y a una baja intensidad, no tiene porqué ser perjudicial para la lesión. La clave está en la carga a la que se someta el tendón. Por otro lado, se sabe que el mejor ejercicio que se puede hacer para la tendinitis de Aquiles es el excéntrico de gemelos, lo que supondrá un estímulo para que el tendón de Aquiles se recupere. Cabe destacar que el autor del estudio que habla de este tratamiento nos dice que el dolor al realizar este ejercicio no debe llevarnos a que paremos, que eso no significa que estemos dañando el tendón aún más.
En el segundo ejemplo te voy a hablar del síndrome de la cintilla iliotibial. Ésta es otra lesión por sobreuso y, al igual que pasaba en el ejemplo anterior, requiere reposo relativo. En este caso, podría ser que no puedas montar en bicicleta o hacer squats durante la fase aguda de la lesión (todo ejercicio que requiera carga en 30 grados de flexión de rodilla puede ser un problema). Simplemente tienes que adaptarte y seguir la regla del no dolor durante el ejercicio, después del ejercicio y en los dos días siguientes. Natación suele ser la opción más segura, debido a ser un ejercicio sin impacto.
En resumen, el reposo absoluto es historia y el reposo relativo es la actualidad. Consulta con tu fisio si tienes alguna duda y deja el sofá para la película del domingo por la noche.
No dudes en dejar un comentario si tienes alguna duda.
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