¿Has considerado quitarlo de hacer deporte porque sus notas no van muy bien?
Pues si este es tu caso, ¡espera! Porque creo que puedes cambiar de opinión después del post de hoy.
¿Puede el ejercicio hacer que tu hijo tenga éxito en el colegio?
Como es posible que ya sepas porque lo he comentado más de una vez, no soy bloguera profesional, soy maestra. Algo que me encanta aunque a veces me den ganas de mandarlo a freír espárragos por culpa del sistema educativo, de los políticos, de toda la maldita burocracia que corrompe esta profesión tan bonita y del maltrato social al que mucha gente somete a la figura del docente.
Que sí, que hay muchos profesores que no trabajan, que pasan de los alumnos o que incluso les quitan las ganas de aprender nada. Pero de igual forma que hay médicos matasanos, abogados aprovechados o fontaneros que te estafan.
Sin embargo, en la mayoría de los casos, las personas quieren hacer su trabajo bien y ponen todo su empeño en ello, por lo que no es justo que por unos cuantos se tache a todo un colectivo. Además de que en una profesión como esta, donde recibes tanto cariño de los niños, es inevitable para la mayoría de nosotros implicarse personalmente.
Pero bueno, este no es el tema del que quiero hablarte.
Un poco de mis alumnos y mi labor como tutora
Hace un mes tuve una tutoría con los padres de uno de mis niños de 6 años. Acordamos esta reunión porque el rendimiento de su peque en el cole no estaba siendo muy bueno.
En términos muy generales podría decirse que es muy desordenado, más bien caótico. Pierde todos sus materiales, ensucia sus libros y cuadernos, se despista constantemente y le cuesta razonar y comprender cuestiones que para el resto de niños son muy sencillas. Además, su nivel de lectoescritura es de los últimos de la clase.
Por supuesto, todo esto teniendo en cuenta que se habían descartado, con la ayuda de la profesora de educación especial y la psicóloga, dificultades mayores.
Sus padres se quejaban además, de que en casa siempre hace todo corriendo, con prisas, como si quisiera acabar rápido, a lo que les comenté que en clase parecía estar obsesionado con ser siempre el primero. El primer en llegar a clase, el primero en la fila, el primero en dar una respuesta (aunque esta fuera incorrecta o no supiera qué contestar), el primero en acabar las tareas, etc.
Este chico es el típico crío "gordito", poco ágil y que ningún niño elige para formar parte de su equipo cuando juegan en el patio. Cuando los niños juegan al fútbol, o no lo eligen o lo dejan de portero y luego, cuando le marcan un gol, lo culpan por ello.
No hay que ser un genio ni un psicólogo infantil para ver claramente que todo esto ha menoscabado su autoestima y él solo intenta demostrar que no es el último de la clase y que puede ser el primero en muchas cosas.
Entonces sus padres me dijeron que por esa razón estaban pensando quitarlo del equipo de fútbol al que va, porque pensaban que lo pasaba mal cuando iba a entrenar.
Lo habían apuntado a fútbol para que hiciera deporte, ya que el médico les había dicho que tenía un poco de sobrepeso y para ver si así se relacionaba con otro niños, pero el resultado estaba siendo que cada vez que iba a entrenar acababa llorando por el rechazo y la presión de los demás niños.
"¿Qué hacemos, Ana?"
Sé que como tutora estas preguntas son habituales, pero la responsabilidad de decirle a unos padres lo que tienen que hacer con respecto a su pequeño no deja nunca de parecerme sobrecogedora. Ellos ponen en tus manos su más preciado tesoro: su hijo. Y tú con las mejores de las intenciones intentas ayudarlos, pero siempre te queda la duda y el miedo de que tal vez tu consejo pueda ser erróneo.
Así que después de avisarles varias veces de que lo que les iba a decir era mi mera opinión de maestra que además no tiene hijos y no un consejo profesional les aconsejé que cambiaran a su hijo de deporte.
"Creo que el deporte es fundamental para el desarrollo de los niños, tanto físicamente como cognitivamente, pero no todos los deportes son beneficiosos para todos los niños. El fútbol es un deporte de equipo, lo cual fomenta los lazos y los vínculos entre los niños, pero también es un deporte altamente competitivo. No solo contra el equipo contrario, sino dentro del propio equipo. Los niños se comparan unos con otros, se discriminan, hay luchas por el liderazgo y rechazan a los que consideran más débiles. No hay un respeto por el ritmo de cada uno porque los niños no entienden de eso.
Si fuera mi hijo yo lo llevaría a hacer otro tipo de deporte. Uno que respete su ritmo, que le fomente la autoestima, que le ayude a mejorar su concentración y donde ser el primero no tenga tanto valor.
Se me ocurre que podríais apuntarlo a gimnasia deportiva, Aikido, Karate, Taekwondo o incluso yoga para niños."
Al padre del pequeño, corredor habitual, se le cambió la cara y me dijo que no sabía cómo no había caído antes. Que alguna vez lo habían llevado a gimnasia deportiva con una vecina que la practica y que le había gustado.
Toda esta conversación me dejó pensando que me habría gustado poder ofrecer a aquellos padres un poco más de indicios sobre los beneficios del deporte para su hijo, así que decidí investigar un poco.
(Edito el post para decir que como he contado al principio, esto fue hace un mes. Pues en las dos últimas semanas, tanto sus padres, como el resto de maestras que le dan clase en otras áreas y yo, hemos observado un gran cambio para mejor. Sus cuadernos están limpios y ordenados. Ha empezado a hacer la letra mucho mejor y he mejorado mucho la lectura. Estas son las cosas que hacen que mi profesión sea tan maravillosa y me llene de una alegría que no se puede explicar.)
Para empezar y como ya he contado antes en estos posts (parte 1 y parte 2), el ejercicio nos hace más inteligentes. Pero y en los niños en edad escolar ¿qué efectos puede tener?
¿Cómo puede el ejercicio mejorar el rendimiento escolar de los niños?
Pues la primera evidencia viene de un estudio presentado en mayo del 2013 por la American College of Sports Medicine en el que se observó que alumnos de 4º y 5º de primaria que corrían o hacían ejercicio vigoroso durante 10 minutos antes de un examen de Matemáticas, obtenían mejores resultados que aquellos alumnos que no hacían ejercicio.
Por otro lado, en Nebraska se llevó a cabo un estudio a gran escala que se publicó en agosto del 2013 en The Journal of Pediatrics donde se compilaron datos referidos a la actividad física de cada alumno medida a través del tiempo que corrían al día, el índice de masa corporal y los resultados académicos obtenidos en las áreas de Inglés y Matemáticas según los criterios nacionales de calificación.
Se observó que existía una relación entre la cantidad de actividad física que realizaban los alumnos y los resultados académicos, mientras que se concluyó que la talla no mantenía ninguna relación. Así, los alumnos que tenían un ligero sobrepeso pero que hacían ejercicio obtenían mejores notas que aquellos que estaban más delgados pero tenían poca forma física.
Sin embargo, hasta la fecha no había habido ningún estudio que se centrase específicamente en estudiar si el ejercicio afecta al aprendizaje de los niños y de qué forma lo hace en caso de que ocurra. Por eso, investigadores de la universidad de Illinois llevaron a cabo un experimento en el que se tomó como muestra a niños y niñas de entre 9 y 10 años.
Se examinó su nivel aeróbico en una cinta de correr y luego se sometió a los 24 con mejores resultados y a los 24 con peores resultados a realizar unas pruebas de memorización.
Por supuesto, el aprendizaje es un proceso extremadamente complejo y por qué no decirlo, aún misterioso, ya que engloba otros procesos: el almacenamiento de la información, la codificación de esta y su posterior recuperación, porque evidentemente, la información que no se puede recuperar, no ha sido realmente aprendida.
Según los resultados de este estudio, cuando los niños debían resolver las pruebas de memorización se deban dos casos:
1) En las pruebas que se realizaron tras un periodo de memorización en el que los niños habían sido examinados varias veces (de forma que se reforzaba el aprendizaje), casi todos los niños obtuvieron resultados similares.
2) Sin embargo, en aquellas pruebas que se habían realizado sin un refuerzo previo del aprendizaje por medio de tests o pruebas previas, los niños que obtuvieron mejores resultados fueron aquellos que habían obtenido mejores valores en las mediciones aeróbicas.
La conclusión que se extrajo de estos datos es, como señalan los autores del estudio, que: "A mejores niveles de fitness mejor será el rendimiento que tendrán los alumnos ante situaciones desafiantes" . Es decir:
Cuanto más difícil de aprender es algo, más se beneficiará el niño de una buena condición física para aprenderlo.
Por supuesto, puede darte por pensar que los niños están todo el día corriendo y saltando y que con esta actividad ya debe ser más que suficiente. Sin embargo, hay que puntualizar que este estudio no se hizo teniendo en cuenta esas carreras y juegos que los niños pueden hacer en los recreos o en sus ratos de ocio, sino en una actividad deportiva relativamente prolongada. Pero sin ninguna duda, aunque sea así, no podemos obviar la importancia que tienen esas carreras y juegos durante los recreos, ya que también van a beneficiar el estado físico de los pequeños.
Según el profesor de kinesiología de la universidad de Illinois y profesor del Instituto de Ciencias y Tecnología Avanzadas, Charles Hillman:
Para que un niño se beneficie intelectualmente de los efectos del ejercicio deberá practicarlo al menos durante una hora diaria.
Y por esto, cierro este post con un grito, una reclamación, una queja y un voto de apoyo a todos esos compañeros docentes de Educación Física:
Reducir o eliminar las horas de Educación Física de los colegios no es la mejor forma de asegurar el éxito académico de nuestros estudiantes. De igual forma que tampoco lo es reduciendo o eliminando las horas de enseñanzas artísticas como la Música o las Artes Plásticas. Todos forman partes indispensables del intricado atlas de nuestro cerebro y privarlo de ellas, dejaría carencias cognitivas difíciles de compensar en la adultez.
Así que, padres y madres, permitid y fomentad que vuestros hijos hagan deporte, porque no solo les beneficia físicamente, sino que también les estáis ayudando a triunfar académicamente. Y por supuesto, exigid a las administraciones educativas este derecho.
Y esta vez sí que es importante que compartas este post porque la educación está herida de muerte, pero vamos a luchar para sanarla y cualquier pequeño gesto ayuda.
Un abrazo inmenso.
Ana
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Créditos fotográficos
Niños saltando: Lighttruth
Fuente: este post proviene de La Sana Motivación, donde puedes consultar el contenido original.
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