Como manda la tradición todos nos apuntamos a anotarnos la maternidad o paternidad del "Éxito"; por el contrario, su hermano "Fracaso" parece haberse quedado sólo en esta vida y vaga cuál huérfano por las mundanas calles del olvido.
Esta dramática situación así presentada no deja de ser una realidad palpable en los diferentes estamentos de la sociedad predecesora, actual, y hasta me atrevo a asegurar que venidera.
Cuando se hace algo bien; y ¡ojo! que uso el reflexivo, todo el mundo se apunta el tanto, todos quieren posar frente al fotógrafo para salir en la foto de la noticia en primera plana, pero ¿qué pasa cuando erramos?, pues lo obvio, nos escondemos, acusamos al de al lado, a " La Administración", la "Crisis", el tiempo o vete tú a saber cuántos entes abstractos se nos ocurren ...
Por 25 pesetas, diga entes abstractos a los que les podamos echar la culpa de los errores; "1,2,3, responda otra vez":
-La Administración
-La Crisis
-El tiempo meteorológico.
-El tiempo cronológico.
-La sociedad de consumo
-La prima de riesgo
-El perro de mi primo
Píiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii!Tolón,Tolón,Tolón,Tolón,Tolón, ¡Campaaaaana y se acabó!
-"Te lo digo con un brinco
te lo digo con un salto
el perro de mi primo
no es un ente abstracto."
La Sanidad no se libra de este problema. Ahora que está más en boca de todo el mundo el sistema sanitario en este país, todos tenemos que entonar el "mea culpa". Aunque haya quien argumente que lamentarnos no sirve de nada ; yo creo y opino; sin embargo, que debemos reflexionar todos qué ha pasado hasta ahora para llegar a dónde hemos llegado para que no siga ocurriendo...
-Hemos derrochado y malgastado todos. Y cuando digo todos es TODOS.
-Hemos hecho todos una mala gestión y un uso inadecuado de recursos. Y cuando digo todos, es TODOS.
-Hemos infravalorado todos la capacidad finita de los medios a nuestro alcance. Y cuando digo todos es TODOS.
Bien es cierto que en toda estadística hay excepciones, no las obvio, pero son las menos.
Para poder hablar abiertamente y sin complejos ni pelos en la lengua yo entono el "mea culpa" también. Seguro que por desconocimiento o por exceso de confianza no he hecho todo lo que debiera como profesional del sistema.
Miremos atrás y pensemos en la cantidad de recursos que teníamos de los que ya no disfrutamos, son demasiados.
Como siempre, la cuerda, cuando tiras sin freno, termina rompiéndose, y suele hacerlo por el lado más débil. Tiene esa mala costumbre.
Ahora hay demasiada gente con una dependencia importante en asuntos sociales, socio-sanitarios, de cuidado de la salud y de control de una enfermedad crónica.
Navegamos a la deriva con mayor o menor fortuna sanitarios, pacientes y administración. Cada uno intenta hacer pie dónde y cómo puede pero ésto es sólo un parche que no soluciona nada y que, por el contrario, puede agravar más la ya ,de por sí, crítica situación.