Según los máximos responsables de estos sectores, como son el presidente del Comité Científico de la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC) y vicepresidente de la Academia Española de Nutrición y de la Real Academia de Medicina (RANM) del País Vasco, Javier Aranceta, actualmente los nuevos ejes centrales de la pirámide son cuatro: el balance energético, la búsqueda del equilibrio emocional, la práctica de actividad física diaria y la práctica de técnicas culinarias más saludables.
Unos parámetros que tienen mucho que ver con los hábitos de vida actuales y de la salud de las personas con el fin de fomentar un buen estilo de vida y una dieta alimenticia equilibrada, fundamentalmente basada en frutas, verduras y pescados o la dieta mediterránea. Otro aspecto que se tiene en cuenta para que la actividad física diaria esté en esta pirámide es el aumento de la obesidad infantil en los últimos años. Por lo que fomentar tales hábitos ayuda a reducir el absentismo.
Los responsables de los estudios alimenticios establecen que en estos últimos 25 años la pirámide de la alimentación ha contado con tres revisiones distintas, según los cambios de los grupos de la población.
Sostenibilidad, equilibrio?
En la nueva revisión de la pirámide, también se incluyen conceptos nuevos, como son la sostenibilidad, la alimentación confortable y variada, y siempre equilibrada. Algunos de los alimentos que se deben aumentar para equilibrar la pirámide son los frutos secos sin sal, el aceite de oliva, las legumbres, los pescados de temporada y las carnes magras.
Todo y que, sus responsables, aseguran que es complicado determinar unos alimentos base al ser algo muy unido a culturas, hábitos de vida, preferencias y temas personales. Pero que es preciso y necesario crear guías dietéticas que puedan informar a la población sobre cuáles son las dietas alimenticias adecuadas.
Enfermedades por mala nutrición
Estos cambios también se deben al aumento de enfermedades que han surgido como consecuencia de una mala nutrición y por no comer correctamente ni de manera variada. Con ello, la ciencia avanza y puede determinar qué puede comer cada persona sabiendo las posibles enfermedades que pueda contraer derivadas de ello.