Cada cierto tiempo se van ciclando las “dietas de moda”.
La cetogénica, la paleo, etc.
La dieta del grupo sanguíneo es una de éstas, ya que no es para nada nueva, pero sigue apareciendo una y otra vez en los medios.
Al día de hoy existen investigaciones sobre esta dieta e incluso libros que la explican con detalle.
Pero en este artículo te muestro la verdadera ciencia detrás de ella y si deberías preocuparte por seguir una dieta según tu tipo de sangre o mejor relajarte y comer lo que te gusta (sabiéndolo hacer).
Y como siempre, vamos a comenzar por definir qué es este tipo de dieta.
¿Qué es la dieta del tipo sanguíneo?
Esta dieta se hizo muy popular en el año 1996, gracias al libro “Los grupos sanguíneos y la alimentación”, del Dr. DAdamo.La dieta según tu tipo de sangre o la del grupo sanguíneo, dice que tus necesidades nutritivas están determinadas por tu grupo sanguíneo.
El Dr. DAdamo cree que su teoría explica el porqué algunas personas pueden perder peso y otras no, aun siguiendo la misma dieta.
Muchas personas dicen que siguiendo esta dieta, en tan solo 2 semanas se pueden ver mejoras en cuanto a salud, pérdida de peso, y una reducción en síntomas como asma, dolores de cabeza, etc.
Personalmente creo que esto tiene mucho que ver con el efecto placebo, o incluso únicamente a la inclusión de mejores hábitos alimenticios, y no necesariamente a las propiedades benéficas de esta dieta.
Pero antes de pasar a eso, también tenemos qué analizar cuáles son los famosos grupos sanguíneos que se mencionan y por qué son relevantes.
Cuáles son los tipos sanguíneos y su relevancia en la dieta según tu tipo de sangre
Existen muchos subgrupos de tipos sanguíneos, aunque en la dieta según tu tipo de sangre, se hace hincapié mucho más en las 4 principales: A, B, AB, y O.Según esta teoría, cada grupo sanguíneo debe comer diferente:
A: Basado en plantas y libre de carne roja, porque podría ser tóxica para estas personas.
B: Evitar el pollo, puerco, trigo, lentejas, y tomates, pero se puede comer la mayoría de las otras plantas y carnes, así como lácteos.
AB: Se recomienda comer más mariscos, soya, lácteos, frijoles, granos (excepto maíz), y evitar carne de res y pollo.
O: Comer alto en proteína y en carne. También se recomienda comer pescado y ciertas frutas y vegetales, aunque se deben evitar lácteos, granos y legumbres.
Según el Dr. DAdamo, las personas con grupo sanguíneo tipo “O” es el más antiguo de los tipos de sangre.
Por eso deben comer más alimentos de origen animal, así como lo hacían nuestros ancestros.
Lo más chistoso de esto, es que está comprobado que el tipo sanguíneo “O” es, de hecho, el más nuevo de todos .
Mostrando que mucho de lo que habla el Dr. DAdamo carece de sustento científico.
Por ejemplo, habla que un tipo de proteína y su relación con los grupos sanguíneos, es la causante principal de los problemas en la salud.
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La proteína y el grupo sanguíneo
Una de las teorías en las que se funda esta dieta, es que ciertas proteínas en los alimentos causan aglutinación, o la aglomeración de células sanguíneas dependientes del tipo de sangre.Un caso de esto serían las lectinas, que son proteínas encontradas en las legumbres, y que a algunas se les considera como “antinutrientes” porque puede provocar problemas en el tracto intestinal .
Dentro de las familias de las lectinas, se ha encontrado que pueden tener reacciones con ciertos tipos de grupos sanguíneos.
Por ejemplo, se ha encontrado que las lectinas (específicamente de habas) reaccionaron con el grupo sanguíneo tipo A .
Lo que no nos dice esta teoría, es que en realidad, la mayoría de lectinas reaccionan con todos los grupos sanguíneos .
Además, las lectinas se encuentran en cantidades significativas sólo en legumbres crudas.
Se requiere una cantidad mínima de cocción para que se destruyan por completo estas proteínas .
Esto invalida por completo el argumento del Dr. DAdamo.
¿Debes tomar en cuenta tu tipo sanguíneo?
Un rotundo NO.
No, en absoluto…
Monitorizar el estado de la sangre puede darnos mucha información sobre cómo está el estado de salud de una persona.
De hecho es una herramienta muy importante en el diagnóstico médico de ciertas enfermedades.
Pero basar tus desiciones alimenticias en base a tu tipo sanguíneo es exagerar
Es cierto que hay estudios que muestran que ciertos tipos de grupos sanguíneos pueden estar predispuestos para ciertas enfermedades, como diabetes tipo 2 o ataques cardiacos .
O bien personas con sangre tipo “O” pueden tener menor riesgo de enfermedad de corazón, pero mayor de úlceras estomacales .
Pero a la fecha no hay estudios serios que encuentren relación entre nutrición y tipo de grupo sanguíneo.
Esto se ha comprobado con estudios.
En 2013 se realizó una reseña sistemática que analizó 1,415 estudios para encontrar evidencia concreta en cuanto a si la dieta afectaba diferentemente a distintos grupos sanguíneos .
De todos estos, ni siquiera uno encontró algún beneficio en la dieta según tu tipo de sangre.
En 2014, otro estudio evaluó cerca de 1,500 personas y encontró que, sin importar el grupo sanguíneo, una dieta con preferencia en plantas está asociada con mejor salud cardiometabólica .
Esto no quiere decir que dejes de comer carne, sino que aumentar el consumo de verduras es muy saludable para ti.
En otra investigación realizada por el Departamento de Salud Pública del Reino Unido, emitió un mensaje para alertar a las personas de que la dieta según tu tipo de sangre no tenía evidencia alguna de promover mejoras a la salud .
Basta decir que en algunas investigaciones se ha catalogado a la dieta según tu tipo de sangre como, literal, una estafa .
Por eso, sería mejor buscar otras opciones con más sustento científico.
Lo que sí funciona
La dieta según tu tipo de sangre no tiene sustento científico de que pueda ser efectiva para la salud o bajar de peso.En cambio, hay otras opciones mucho más saludables que sí tienen investigaciones rigurosas que prueban su efectividad.
Por ejemplo, el balance energético para bajar o subir de peso, está demostrado con cientos de estudios que funciona cada vez que se aplica .
Existen muchos métodos para lograr este balance energético, como el ayuno intermitente, controlar las porciones, etc.
El método por el cual logres esto no es lo que provocará que pierdas o ganes peso, sino el balance energético.
Es decir, puedes seguir cualquier dieta que quieras, pero si estás en déficit energético, vas a perder peso sí o sí.
Ahora, para que la composición de tu cuerpo cambie como quieres (más músculo menos grasa), es necesario poner atención a los nutrientes de tu dieta (proteínas, grasas, y carbohidratos).
Y para obtener la mejor salud posible, los micronutrientes van a hacer que tu cuerpo funcione y se sienta como debe (vitaminas y minerales).
Estos son los pilares de cualquier dieta saludable.
Si pones atención sólo a estos temas, tendrás el 90% del trabajo hecho.
Así no tendrás que preocuparte por seguir dietas como ésta que, como vimos, no tiene ningún sustento.
Conclusión
La dieta según tu tipo de sangre no es nueva ni mágica.Al día de hoy no hay evidencia que muestre que puede mejorar tu salud o ayudarte a perder (o ganar) peso.
Según esta dieta, los 4 grupos sanguíneos principales tienen necesidades nutritivas diferentes.
Aunque esto ha sido demostrado científicamente que no es así.
No hay relación tal entre lo que deberías comer y tu grupo sanguíneo.
Las recomendaciones de siempre siguen siendo las más adecuadas para lograr tus objetivos y tener la mejor salud posible:
come muchas frutas y verduras
alcanza tus niveles de proteína diarios
evita los alimentos procesados
haz ejercicio o muévete un poco más en el día
duerme lo necesario
etc.
Si sigues estos consejos, no necesitas mucho más para tener el 90% de tu nutrición adecuadamente.
La dieta según tu tipo de sangre es un método más del mar de posibilidades que se tienen para elegir en cuanto a nutrición.
Sin embargo, si nos echamos un chapuzón más profundo, podemos encontrar la mágica tierra de los fundamentos nutricionales.
Aquí es cuando encontramos en lo que se basan absolutamente todas las dietas del mundo:
balance energético
macronutrientes
micronutrientes
fibra
etc.
Éstas son maneras mucho más efectivas y saludables de lograr bajar o subir tu porcentaje de grasa corporal.
Todo lo demás es secundario y, seguramente una estafa.