Cuando se produce una reducción del flujo sanguíneo al cerebro, es decir, que no se suministra suficiente sangre al cerebro, concretamente a la parte posterior del mismo, hablamos de trastornos circulatorios vertebrobasilares. Los trastornos circulatorios vertebrobasilares también se conocen como insuficiencia vertebrobasilar, isquemia de circulación posterior o isquemia basilar vertebral.
Los síntomas de la reducción del flujo sanguíneo al cerebro a la parte posterior del cerebro incluyen mareos y dificultad para hablar.
Si algo detiene o interrumpe el flujo de sangre a un área del cuerpo, se conoce como isquemia. Cuando esto le sucede al cerebro, puede dañar las células del cerebro y causar problemas de salud.
Causas de los trastornos circulatorios vertebrobasilares
Hay varias razones por las cuales una persona puede no tener suficiente sangre para llegar a su cerebro. Las causas incluyen estrechamiento de los vasos sanguíneos, vaso sanguíneo bloqueado, coágulo de sangre y vaso sanguíneo roto.
La aterosclerosis o acumulación de una sustancia grasa, conocida como placa, en las arterias, es una causa común de los vasos sanguíneos se estrechen o bloqueen.
La placa está compuesta principalmente de colesterol y calcio, que hace que las arterias se endurezcan. Además de estrechar los vasos sanguíneos, la placa puede desprenderse y viajar en la sangre para bloquear una vena o arteria en cualquier otra parte del cuerpo.
Síntomas de los trastornos circulatorios vertebrobasilares
Los síntomas de los trastornos circulatorios vertebrobasilares varían. Se basan en la causa de la enfermedad y la porción del cerebro afectada. Los síntomas pueden durar unos minutos o pueden ser permanentes. Esto depende de la gravedad del bloqueo y de la rapidez con que se restaura el flujo sanguíneo.
Los síntomas más graves del trastorno incluyen mareo (vértigo), cambios en la visión (incluyendo visión borrosa o doble), caídas repentinas, discurso confuso, entumecimiento u hormigueo en las extremidades o la cara, movimientos descoordinados repentinos y somnolencia. Estos síntomas son similares a los que ocurren durante un accidente cerebrovascular. Es necesario acudir al médico o llamar a urgencia rápidamente si se presentan estos síntomas.
Otros síntomas que pueden ocurrir son problemas de control de la vejiga o del intestino, dificultad para tragar, dificultad para caminar, dolor de cabeza, pérdida de la audición, debilidad muscular, náuseas y vómitos y sudor en los brazos, cara o piernas.
Quién está en riesgo de sufrir un trastorno por reducción del flujo sanguíneo al cerebro
Ciertos problemas de salud subyacentes aumentan riesgo de desarrollar trastornos relacionados con la reducción del flujo sanguíneo al cerebro. Los factores de riesgo incluyen tener diabetes, tener la presión arterial alta, ser obeso, tener colesterol alto, tener niveles altos de triglicéridos, fumar, ser mayor de 50 años y tener un estilo de vida sedentario.
Hacer cambios específicos en el estilo de vida para reducir el riesgo de accidente cerebrovascular. Dejar de fumar, tomar una dieta saludable para bajar el colesterol y hacer ejercicio con regularidad pueden ayudar. Acudir al médico a hacerse chequeos regulares también es de gran importancia cuando hay, o se cree que puede haber, factores de riesgo. Entre otros motivos, porque el médico también puede prescribir medicamentos para ayudar a reducir el colesterol o controlar la presión arterial alta.
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