Es importante que comencemos a vernos como lo que realmente somos, individuos bioquímicos. Cada persona responde de manera diferente ante ciertos alimentos de acuerdo a su tipo de sangre. Las lectinas, que son un grupo de proteínas, causan diferentes interacciones en cada tipo de sangre. Si una lectina en particular interactúa con antígenos relacionados al tipo de sangre que tienes, podría causar efectos desfavorables en tu salud.
Teniendo esto en cuenta, la dieta propuesta por los investigadores se divide en 16 grupos. Esos grupos incluyen los alimentos esenciales para una dieta saludable: leche, carnes magras, legumbres, verduras, etc …, pero las cantidades recomendadas difieren en gran medida de acuerdo al tipo de sangre de cada persona.
Es posible que ya conozcas el tipo de sangre que tienes, pero si no es así puedes pedirle a tu médico que lo busque en tus archivos médicos, comprar un kit de prueba o donar sangre en la clínica más cercana. A continuación te muestro una breve clasificación de grupos sanguíneos:
Tipo O “el cazador”: según el descubridor de esta teoría, el tipo O es la forma más antigua de sangre. Se remonta a más de 30.000 años y requiere más proteínas que otros tipos de sangre.
Tipo A “el agrario”: Se cree que este tipo surgió con el desarrollo de la agricultura hace unos 20.000 años. Debido a esto la dieta se centra principalmente en las verduras.
Tipo B “el nómada”: Las personas con este tipo de sangre tienen un sistema digestivo versátil y asimilan los productos lácteos bastante bien en comparación con otros tipos.
Tipo AB “el enigma”: Este es el tipo de sangre más reciente, se estima que haya surgido hace unos 1000 años. Los requisitos dietéticos de este tipo de sangre abarcan los de los tipos A y B.
Comer bien de acuerdo a tu tipo de sangre
Tipo O. Mejores alimentos. En este caso la dieta debe incluir fuentes de proteínas como carnes rojas, mariscos y aves de corral como el pollo y el pavo; también se incluyen verduras como las algas, las espinacas, la col rizada y el brócoli.
Tipo O. Alimentos que debes evitar. Si tienes sangre tipo O debes evitar el trigo y los cereales, las legumbres como guisantes, habas, lentejas, los cacahuetes, y es posible que tengas problemas digestivos cuando consumes productos lácteos y huevos.
Tipo A. Mejores alimentos. Las personas con sangre tipo A tienen enzimas digestivas eficaces que les permiten asimilar bien las verduras y los granos. Enfoca tu dieta en las fuentes de granos enteros saludables como el pan y las pastas y evita los granos simples. Frutas como manzanas, nectarinas, fresas, aguacates y los higos, también son buenas opciones. En lo concerniente a las verduras el espectro es casi ilimitado.
Tipo A. Alimentos que debes evitar. La mayoría de las aves, los pescados, la carne de res y cerdo, no son bien asimilados por este grupo, ya que las enzimas para digerir las carnes son limitadas. Los productos lácteos y frijoles también deben ser evitados.
Tipo B. Mejores alimentos. Las personas que tienen sangre tipo B se consideran omnívoros equilibrados, ya que su dieta es bastante sencilla. Deben centrarse en fuentes de proteína como la carne roja, el pavo y el pescado, granos, verduras y frutas.
Tipo B. Alimentos que debes evitar. Algunos alimentos problemáticos para este tipo de sangre pueden ser el maíz, lentejas y semillas, la carne de pollo, el trigo sarraceno y los cacahuetes.
Tipo AB. Mejores alimentos. Las personas con sangre tipo AB deberían centrar su dieta principalmente en las frutas y verduras, los pescado y mariscos, el pavo, el tofu y las legumbres.
Tipo AB. Alimentos que debes evitar. La carne roja debe evitarse siempre que sea posible porque el grupo AB tiene altos niveles de ácido en el estómago. Al igual que el tipo B, deben mantenerse alejados del trigo sarraceno y el maíz. El tipo AB también es vulnerable a los niveles excesivos de alcohol y cafeína.
Beneficios de comer de acuerdo a tu tipo de sangre
Como se mencionó anteriormente, los efectos de esta dieta todavía son objeto de estudio, pero hasta el momento se ha probado que ayuda a mantener niveles de colesterol significativamente saludables y que es una técnica excelente para la pérdida de peso.
Es evidente que adoptar esta dieta puede resultar complicado si tus gustos alimenticios coinciden con los alimentos restringidos en tu grupo, pero seguir algunas de las directrices puede ser muy beneficioso para tu salud general. También es importante tener en cuenta que algunas de esas pautas pueden privarte de una nutrición esencial, por ejemplo si una persona tiene que recortar la ingesta de productos lácteos, es posible que deba obtener suficiente calcio a través de otras fuentes de alimentos; las personas que tienen que reducir el consumo de carne podrían carecer de la cantidad adecuada de proteínas que se necesita para mantener la masa muscular.
Comer bien de acuerdo a tu tipo de sangre requiere de trabajo duro, paciencia, persistencia y elaborar una nueva lista de compras, pero es una nueva forma de mantener armonía y salud en tu organismo.
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