El mundo que llega hasta nosotros es el producto de lo que nosotros proyectamos. Cualquier experiencia que se presente en nuestra vida, ya sea de placer, de dolor, alegría o tristeza, por mucho que nos cueste entenderlo, es una creación nuestra. Nada exterior a nosotros es responsable de nada de lo que nos suceda.
Podríamos decir, incluso, que somos los creadores de nuestro destino, en cierta manera. Cada persona es la única responsable de crear su cielo o su infierno, y nada tienen que ver los que nos rodean con esa creación.
Fuente: Pixabay/realworkhard
Vivimos en un mundo de interpretaciones que tiñen cada uno de nuestros momentos con la tonalidad de nuestras creencias, creando de esa forma nuestra particular versión de la vida, de la cual somos guionistas, actores y directores.
Sentimos que el mundo en el que vivimos no nos satisface y que los momentos de paz en nuestro día a día son escasos y difíciles de atrapar. Nos dejamos llevar por la tristeza, el miedo, la preocupación o la ansiedad en cualquier momento y sentimos que nuestra vida no tiene un propósito.
En el amargo gusto de todos estos sinsabores podríamos encontrar el por qué de la necesidad de la meditación. Necesitamos salir del dominio de nuestra mente y comenzar a ver el mundo tal y como es, no tal y como nos lo muestra la mente.
Necesitamos ordenar nuestro mundo interior
Según sea la condición mental de una persona, así percibirá el mundo y las situaciones que se presenten. Por lo tanto, la forma de poner orden en nuestra vida pasa por comenzar primero por nuestro mundo interior.
Cuando la mente tiene el papel predominante en nuestra vida, con sus interpretaciones y juicios, es imposible que la paz conviva con nosotros. La mente siempre está ocupada haciendo juicios basados en opiniones de segunda mano y en miedos a futuros potenciales que nadie sabe si alguna vez ocurrirán. Por eso, cuando, a través de la meditación, somos capaces de tomar distancia y observar todos esos juicios y creencias desde fuera, conseguimos poner orden allá donde antes había desconcierto.
La mente, una vez educada, es un instrumento de mucha utilidad, pero solo cuando ocupa el sitio que la corresponde… La mente solo debería tener protagonismo cuando nosotros decidimos utilizarla, no cuándo y cómo ella decida. Este dominio sobre el papel de la mente se alcanza gracias a la meditación.
Fuente: Pixabay/leninscape
El hecho de meditar nos convierte en los observadores de todo ese ir y venir de nuestra mente. Esa observación nos hace tomar distancia, consiguiendo así restar importancia a todo el drama que hayamos creado en nuestra vida.
La meditación nos sumerge en la serenidad necesaria para contemplar todos nuestros pensamientos, nuestros miedos, deseos o juicios, sin dejarnos llevar por ellos. Y si conseguimos alcanzar una meditación profunda, podremos llegar a ser conscientes de nuestra verdadera naturaleza.
Comienza tu día meditando
El hecho de hacer una pequeña meditación por la mañana, consigue que iniciemos el día de una forma diferente, contagiando la paz de ese momento al resto de nuestro día.
La práctica de la meditación, de forma regular, consigue que nuestra vida se vuelva una celebración, Los miedos, las ansiedades y las tristezas se alejan de nosotros, dando lugar a aquella parte más inocente y juguetona con la que un día llegamos aquí. El sufrimiento que caracteriza la vida de muchas personas se va diluyendo según la práctica meditativa se va haciendo habitual en nuestra vida. Por mucho que el dolor nos siga visitando, ya que forma parte de la vida, el sufrimiento, que es la reacción a este dolor, dejará de estar presente gracias a la meditación.
Beneficios de la meditación
Una persona que empieza a meditar podrá comprobar que ciertos cambios aparecen en su día a día:
Mayor sensación de alegría.
Los músculos dejan de estar tensos.
La calidad del sueño es mucho mayor.
Aumenta el cociente intelectual.
Se incrementa la memoria y la capacidad de concentración.
Se observa reducción de la presión sanguínea.
Aparece una mayor fortaleza física y mental. Ante todas estos beneficios seguro que estás pensando en la posibilidad de hacer un hueco a la meditación en tu vida.
Meditar es fácil
Meditar es algo que no requiere de condiciones específicas. Tienes la libertad de realizar la práctica cuando mejor te venga y en cualquier sitio. No obstante, lo más aconsejable es meditar a primera hora de la mañana o antes de acostarse. Lo ideal sería encontrar un sitio tranquilo donde no vayamos a ser molestados.
La postura no es una condición indispensable, aunque la más indicada es aquella en la que la espalda permanezca recta. No es imprescindible sentarse en el suelo o cruzar las piernas, con sentarse en una silla o butaca es suficiente.
En líneas generales, el hecho de sentarte cada mañana y, tras hacer varias respiraciones conscientes, ser capaz de observar cómo los pensamientos van llegando a tu mente, ya podremos decir que la meditación se está dando.
Si mantienes durante un rato esa observación, sin que los pensamientos te arrastren, comenzarás a notar como, poco a poco, una sensación de paz y tranquilidad se va instalando dentro de ti.
Fuente: Pixabay/pixel2013
Regálate un rato de silencio, ¡te lo mereces!
Los verdaderos beneficios de la meditación, no obstante, se irán notando al mantener la práctica a lo largo de los días. Hace falta un poco constancia y disciplina para llegar a notar la diferencia en tu vida. Procura guardar diez o quince minutos al día para hacer este viaje a tu interior, tómalo como un regalo que te haces a ti mismo.
En cualquier caso, existen numerosas técnicas que se adaptan a las diferentes personalidades. Están, por ejemplo, las meditaciones activas, que están destinadas a las personas que tengan mayor problema a la hora de estar sentados sin hacer nada. Estas meditaciones, consiguen que la atención, que en un principio estaba centrada en la mente, pase al cuerpo y a la actividad que estemos desarrollando. Puede ser caminar, bailar o, incluso, lavar los platos.
Como habrás podrido comprobar, cualquier ocasión es buena para poner un poco de paz en tu vida. La meditación podrá permitirte parar, y experimentar de primera mano los beneficios de la atención plena y la vida consciente. Y de esto mismo trata el método Crear Salud, que te ayudará a llevar la meditación a tu día a día. ¡Pero no solo eso! También te dará claves para para aprender a nutrirte adecuadamente y llevar una vida activa.
Anímate y prueba la app Siente, que puedes descargar aquí, e inicia ya el camino de la meditación. Se trata de una metodología muy sencilla, que te abrirá las puertas del mindfulness y la psicología positiva, para mejorar tu bienestar y en definitiva, ser más feliz.