El exterior es un reflejo del interior
Cualquier persona que vaya a un sitio donde haya orden se siente bien de manera automática. De la misma manera, cuando llegamos a algún lugar donde reina el desorden por todas partes sentimos ganas de marcharnos.
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Aquello que nos rodea es un reflejo de nuestro interior y el desorden, aunque no nos guste, refleja un desorden interno. Si quieres vivir en paz y disfrutar de la vida es necesario que ordenes todo aquello que tiene que ver contigo y con tu manera de vivir. Pon orden en la hora de acostarte, de levantarte, de comer y en todo aquello que te rodea y con lo que convives.
Ordenando los horarios de sueño
Tener horarios regulares es fundamental para poder sentirnos mucho mejor. Lo primero que deberíamos tener en cuenta es la hora en la que nos levantamos. El cuerpo funciona mucho mejor si todos los días nos despertamos a la misma hora, siempre que hayamos dormido el número de horas necesario. Cuando variamos mucho la hora a la que nos levantamos el cuerpo lo acusa. Este desorden hace que el cuerpo sufra pequeños “jet-lags” y que le cueste encontrar el equilibrio. Por supuesto, si respetamos una hora para levantarnos de manera regular, también tendremos que hacerlo con la hora de ir a dormir. Muchas personas roban horas al sueño para que el tiempo les resulte más rentable y así poder hacer aún más cosas. Esto es un gran error. Nunca deberíamos robar horas a nuestro descanso ya que esto pone nuestra salud en riesgo.
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Los horarios de las comidas
Si queremos que nuestro cuerpo no padezca desordenes o enfermedades, es muy importante que tengamos horarios regulares para comer. Comer lo que sea a cualquier hora es muy poco saludable. El picoteo hace que no nos nutramos correctamente y el hacerlo a cualquier hora perjudica nuestro sistema digestivo.
La comida a la que mayor atención debemos prestar es el desayuno. Saltarse el desayuno es una costumbre muy poco aconsejable. Nuestro cuerpo necesita comenzar el día con el depósito lleno. Por eso, antes de salir de casa deberíamos desayunar. Si lo hacemos bien, seguro que hasta el mediodía no necesitaremos comer nada más.
El resto de los horarios de las comidas es importante que también sean siempre a la misma hora. De esa manera nuestro sistema digestivo funcionará de manera más eficaz. Es muy beneficioso cenar, como mínimo, una hora y media antes de ir a dormir.
Orden en tu habitación o en tu espacio
Cuando entramos en la habitación de alguien podemos hacernos fácilmente una buena idea de cómo se encuentra esa persona psicológicamente. Si la habitación está ordenada nos sentiremos a gusto y no tendremos prisa por marcharnos. Sin embargo, una habitación que esté hecha un desastre, además de reflejarnos cómo se siente internamente aquella persona, nos invita a salir de allí cuanto antes.
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Cuando tenemos nuestras cosas ordenadas es más fácil que encontremos lo que necesitamos en cada momento. Esta facilidad nos ahorrará mucho tiempo y conseguirá que vivamos tranquilos.
Para ordenar es necesario tirar lo que ya no nos sirve
Una de las cosas más placenteras de ordenar un espacio es poder tirar todo aquello que ya no necesitamos o que se ha estropeado. No obstante, son muchas las personas que se aferran a cosas viejas e inútiles. Al tirar las cosas inservibles dejamos un estupendo espacio para las cosas nuevas que están por llegar. También podemos utilizar el hueco que queda para colocar con más facilidad.
Orden en tu cabeza
Si tu mente está desordenada y funciona de manera caótica y autónoma es muy difícil que seas feliz. Para poder ser feliz es necesario saber lo que queremos y valorar lo que tenemos. Por ello es muy importante contar con espacios de silencio para poder ordenar los pensamientos.Si aprendemos a ser concretos y no meternos en demasiadas cosas nuestro espacio mental estará mucho más ordenado.
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Es esencial que cada persona sepa qué es importante para ella y qué no lo es. El orden a nivel mental es sinónimo de paz emocional y espiritual.
El orden no tiene porque ser rígido
Son muchas las personas que tienen la idea de que el orden suele ir acompañado de rigidez de carácter. Sin embargo, una persona ordenada también puede tener facilidad para adaptarse a los cambios que lleva el vivir. Podemos tener un orden establecido que se altere por determinadas circunstancias y adaptarnos tranquilamente.
En la vida no podemos aferrarnos a los extremos. El desordenado y el perfeccionista son dos polos opuestos entre los que hay muchas opciones disponibles. Cuando somos demasiado rígidos y queremos conservar el orden a toda costa sufrimos mucho y hacemos que sufran los que nos rodean. La vida también tiene su propio orden que siempre estará por encima de lo que nosotros queramos. Si aprendemos a fluir en el discurrir de los acontecimientos nuestra vida será más fácil y placentera.
Planea ordenar de vez en cuando
Como ya hemos visto, poner orden en nuestra mente, en nuestros horarios y en nuestros espacios habituales es fuente de paz y tranquilidad. Una vez conseguido cierto orden en todos estos campos te aseguro que tu vida cambiará. No obstante, el orden es necesario conservarlo. Es una buena idea, reservar un día, cada cierto tiempo, solo para ordenar y mantener lo conseguido.
Cuando tenemos cierto orden en nuestra vida todo fluye con mayor facilidad. Es mucho más fácil disfrutar de nuestro tiempo y de aquello que nos pertenece cuando estamos tranquilos. El orden es una de las mejores fuentes de bienestar y paz.
Recuerda que cada vez más expertos del mundo de la medicina y la psicología insisten en la importancia de cuidar de nuestra mente, tal y como propone el método Crear Salud. Debemos ser conscientes de que para llevar una vida saludable también necesitamos nutrirnos adecuadamente y activarnos haciendo cosas que aporten a nuestro bienestar integral. Herramientas como la app Siente – que puedes descargarte aquí – pueden ser grandes aliadas en tu camino a una vida libre de estrés. Su metodología es sencilla de usar, pues incluye el mindfulness y la psicología positiva para mejorar tu bienestar, reducir el estrés y, en consecuencia, ser más feliz.