El hecho de no hacer caso a las personas con las que estamos, incluso llegando a despreciarlas, para atender a nuestros aparatitos electrónicos recibe el nombre de phubbing.
El phubbing crece a pasos de gigante
El phubbing es un término que se ha creado usando las palabras phone y smubbing…Y es que teniendo en cuenta la época en la que estamos viviendo, lo más probable es que en más de una ocasión hayas sido víctima del phubbing, o lo que es peor, responsable de ello. Y es que la moda de estar todo el día pendientes de móviles, tablets, ordenadores, etc., no solo se da en el lugar de trabajo, sino en ambientes sociales e incluso educativos.
¿Por qué tenemos la necesidad imperiosa de estar en contacto con todo el mundo, excepto con los que tenemos a nuestro lado?
La dependencia de estar todo el santo día pegados al móvil o a la tablet afecta tanto a hombres como mujeres y no entiende de edades. En nuestro hogar, hasta los más pequeños nos ignoran porque se pasan el día usando la tablet o su consola. En los colegios, idem de lo mismo: cuántos móviles han sido requisados en horas lectivas… Y en el trabajo ya ni os cuento; hay empresas que han llegado a exigir a sus empleados que dejen los aparatos tecnológicos en un sitio alejado del trabajo para evitar distracciones…
Y es que hemos pasado de utilizar estos dispositivos puntualmente a que se convierta en una situación extrema en la que dependemos de ellos. Ya no solo lo hacemos en lugares en los que nos podamos sentir aburridos, sino en todas partes, pasamos de una velada agradable con nuestros amigos, hijos, pareja, etc. a estar completamente enganchados a un juego o a una conversación por el dispositivo… Ironías de la vida, en la actualidad estamos más preocupados por las personas que conocemos por las redes sociales que por las que tenemos a nuestro lado…
Da igual si lo hacemos consciente o inconscientemente, el hecho de no poder dejar a un lado la tablet, el PC o el móvil, está logrando que ignoremos a las personas que más queremos y que conviven con nosotros en ese momento. Lo peor de todo es que esta adicción nos ha convertido en todos unos expertos en monólogos tipo “ajá”, “sí”, “claro”, “sí te estoy escuchando” y de manera automática , tanto es así, que cuando alguien nos llama la atención por no escucharlos, somos nosotros los que nos ofendemos y nos enfadamos…
Lo bueno de la tecnología es que ha logrado que podamos comunicarnos con las personas que se encuentran más lejos, pero, por otro lado, ha hecho que nos olvidemos de las que tenemos a nuestro lado. Aunque, por suerte, todavía estamos a tiempo de poder parar esta situación y fijar ciertos parámetros para no dejar que la tecnología se apodere de nuestras vidas.
Lo ideal es que cuando estés manteniendo una conversación de trabajo en la que vas a tratar temas importantes, te encuentres en una reunión con tus amigos o estés pasando un agradable rato con la familia, pongas el móvil en silencio, déjalo guardado y no permitas que en ningún momento te distraiga, porque tanto unos como otros, te lo agradecerán. Intenta disfrutar al máximo de los momentos con los tuyos y no dejes que te influencien tus dispositivos tecnológicos, úsalos en tu tiempo libre, cuando estés solo…