Entre las posibles fuentes de energía de las que dispones, probablemente las grasas sean el gran aliado del corredor de largas distancias y en este artículo te contaremos las razones.
Las grasas y el corredor de largas distancias
Correr es una actividad física que produce un gasto energético considerable y correr largas distancias aumenta significativamente los requerimientos energéticos y por ende, el riesgo de quedarnos sin la cantidad suficiente para cubrir la distancia.
Cuanto mayor sea la distancia a correr, mayor será la cantidad de energía que un corredor necesitará utilizar. Así, un maratonista de 70 kilogramos, requerirá de aproximadamente 2950 kcal para poder correr los 42 kilómetros.
Las contracciones musculares pueden ser abastecidas de energía por una gran variedad de sustratos metabólicos, siendo los más importante en las carreras de larga distancia, los hidratos de carbono (derivados de glucógeno hepático y muscular, así como de la glucosa en sangre) y la grasa.
Aunque pocos corredores lo saben, incluso los maratonistas más magros (aquellos que tienen una menor cantidad de grasa acumulada) tienen suficiente grasa almacenada para proveer de la energía necesaria para correr mas de un maratón.
Por otro lado, mientras que las grasas almacenadas en nuestro cuerpo son una fuente casi ilimitada de energía (puedes correr mas de un maratón -42 k- con ellas), las reservas de glucógeno son limitadas ya que un corredor puede almacenar aproximadamente 1.500 kcal de glucógeno.
Lamentablemente, cuando corremos (o realizamos cualquier otra actividad) la energía no proviene en forma exclusiva de una sola fuente energética y siempre hay contribución de una y otra (hidratos de carbono o grasa).
Básicamente, dependiendo de la intensidad del entrenamiento, la fuente de energía predominante variará; a ritmos lentos y relajados, nuestro cuerpo tiende a utilizar una mayor cantidad de grasas cómo combustible, mientras que a ritmos rápidos, nuestro cuerpo utiliza una mayor cantidad de hidratos de carbono (a través del glucógeno almacenado en músculos, hígado y el circulante en sangre).
Sin embargo, el entrenamiento mejora nuestra capacidad de quemar grasa mientras corremos, permitiendo que a mayores velocidades utilices una mayor cantidad de grasa como combustible.
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Entonces, las grasas son la principal fuente de combustible para la actividad física de moderada/larga duración y de baja a moderada intensidad.
Sin embargo, las grasas también son importantes durante el ejercicio de alta intensidad (donde los carbohidratos son la principal fuente de combustible), ya que es necesaria para ayudar a acceder al carbohidrato almacenado (glucógeno).
Conclusiones
En carreras de largas distancias los requerimientos energéticos son elevados y allí, las grasas serán esenciales ya que:
- el glucógeno almacenado en nuestro cuerpo resulta insuficiente;
- el consumo de carbohidratos (a través de geles, gomitas o bebidas energéticas) presenta dos riegos: a) no resulta suficiente y b) generar molestias estomacales.
- las grasas son una fuente de energía prácticamente ilimitada.
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