¡Buenos días! Hoy os queremos dar a conocer una patología asociada sobre todo a los tratamientos oncológicos, la mucositis.
Se caracteriza por una inflamación aguda de la mucosa que afecta al tracto digestivo superior, pudiendo ser local o difusa.
Se manifiesta con dolor localizado en la zona afectada, enrojecimiento, aumento del grosor y desprendimiento del epitelio, sequedad, depapilación, sangrado. Si afecta a la faringe o al esófago puede producir molestias al deglutir. Además, favorece las infecciones que agravan la situación.
La causa más frecuente es el tratamiento de tumores con quimioterapia y radioterapia. Pero también se da en pacientes inmunodeprimidos (con VIH o sometidos a tratamientos inmunosupresores), así como, causas mecánicas (prótesis dentales), agentes irritantes, deficiencia de zinc, aunque estas últimas son las menos comunes.
Pero, ¿se puede tratar con la alimentación?
Dependiendo de la gravedad tendremos diferentes tipos de alimentación. Pero es común que se deban evitar los alimentos que se peguen al paladar (pan de molde), alimentos secos (galletas, frutos secos, biscotes), especias fuertes (pimienta), sabores ácidos(limón, kiwi), amargos, muy dulces o muy salados. Así como evitar el alcohol, el café y el tabaco.
En la mucositis de grado leve:
Hay que elegir bien los alimentos a comer. Deben ser de consistencia y textura blanda, no excesivamente ácidos, salados ni muy condimentados, servidos a temperatura adecuada a la tolerancia individual, debemos tener en cuenta que toda la zona afectada va a estar inflamada.
Los alimentos mejor tolerados suelen ser los guisos poco condimentados y suaves, sopas y cremas frías, puddings, huevos pasados por agua, puré de patata, leche con cereales, yogur, helados cremosos o sorbetes, puré de verduras o de legumbres enriquecidos con mantequilla, aceite o claras de huevo.
Podemos añadir agua, caldos o salsas a los diferentes platos para conseguir una textura adecuada. Si es necesario, se pueden añadir alimentos proteicos (quesos, claras de huevo, pollo o pescado desmenuzado, tofú, legumbres secas y soja), grasas (margarina, mantequilla, aceite, nata, mayonesa) y carbohidratos (azúcar, miel, zumos y frutas).
Se evitarán los alimentos muy grasos y, sobre todo, los fritos, los ácidos, los muy condimentados, las verduras crudas, las frutas verdes, las carnes y pescados ahumados o en conserva, los cereales integrales y secos y las bebidas con gas y alcohólicas.
Cuando el grado de mucositis es grave:
Hay que controlar la ingesta, y se debe aconsejar cambiar la dieta normal por una dieta líquida completa mediante alimentos naturales y en determinados casos, preparados de nutrición enteral o incluso nutrición parenteral.
No sólo la alimentación es importante, como en muchas otras patologías, es necesario seguir unas normas higiénicas como:
§ Buena higiene bucal y realizar abundantes enjuagues con agua, infusiones (manzanilla, tomillo, salvia) o bicarbonato.
§ Emplear dentífricos suaves, hilo dental, enjuagues sin alcohol y cepillos de dientes especiales.
§ Puede ser una buena estrategia tomar la medicación analgésica media hora antes de las comidas.
Tras conocer un poco más esta patología, me despido hasta el próximo post, disfrutar del verano y, sobre todo, ¡ser felices!
Realizado por Jorge Ibarra Morato