El elevado volumen y/o intensidad de entrenamiento y competiciones, pueden generar altos niveles de inflamación en el cuerpo de un corredor.
Por ello, resulta indispensable ser inteligente en la planificación de los entrenamientos y carreras, de manera de permitir que nuestro cuerpo se recupere luego de un elevado esfuerzo.
Además de ello, tener una rutina de recuperación adecuada es clave para mantener en óptimas condiciones la salud de un corredor y garantizar que pueda rendir al máximo.
La inflamación
Aunque la inflamación es uno de los procesos a través de los cuales nuestro cuerpo se repara y se adapta a los estímulos que le presentamos, la inflamación crónica puede ser un verdadero problema.
Sin embargo, pocos son los corredores que saben oír a su cuerpo y reaccionar ante los primeros síntomas de sobrecarga, y siguen corriendo día tras día aumentando la inflamación, el riesgo de lesionarse y de afectar peligrosamente su salud.
Asimismo, además del running, existen otros muchísimos factores que pueden generar inflamación en nuestro cuerpo, entre los que debemos destacar: inadecuados hábitos alimenticios, estrés, falta de sueño, etc.
Afortunadamente, existen estudios y análisis que un corredor puede hacerse para medir los niveles de inflamación de tu cuerpo.
Uno de ellos, es el análisis de la proteína C-reactiva, un estudio que deberías pedirle a tu médico cada vez que vayas a realizar tus chequeos.
La proteína C-reactiva
La proteína C-reactiva es sintetizada por el hígado, circula por nuestra sangre y funciona cómo un biomarcador de la inflamación que sufre tu cuerpo.
Así, los niveles en sangre de la proteína C-reactiva, aumentan y disminuyen en respuesta a la inflamación; a mayor cantidad de esta proteína, mayor es tu inflamación (y viceversa).
Para saber cómo se encuentran tus niveles de proteína C-reactiva, será necesario que te realices un análisis de sangre, que revelará tus niveles de inflamación general, por lo que no sirve para identificar una localización exacta.
La proteína C-reactiva y los corredores
Afortunadamente, el running y la actividad física en general son una excelente forma de mantener la inflamación a niveles bajos.
Así, en un Estudio (Ford Es), se detectó que las personas que realizan actividad física en forma frecuente tienden a tener valores de proteína c-reactiva menores que aquellas personas que tenían un estilo de vida sedentario.
Asimismo, en otro Estudio realizado en corredores (Daray et al) , se compararon los efectos en los valores de proteína C-reactiva del entrenamiento de resistencia y de fuerza durante 15 semanas de entrenamiento para los 42 kilómetros .
En base a los resultados del Estudio, los investigadores concluyeron que la combinación de entrenamiento de resistencia aeróbica y fuerza puede ser una forma efectiva de reducir los valores de inflamación (mas efectiva que el entrenamiento de resistencia aeróbica solo).
Claro que para ello, deberemos trabajar a volúmenes e intensidades que nuestro cuerpo pueda soportar y tolerar, y ayudarlo con hábitos alimenticios correctos y un estilo de vida acorde a las exigencias a las que lo sometemos.
Así, los entrenamientos de un volumen elevado, tienden a elevar la inflamación y por ende los valores de la proteína C-reactiva.
Cómo consecuencia de ello, vale mencionar los resultados de un estudio de 90 corredores (70 hombres y 20 mujere) que demostraron un aumento significativo de la proteína C-reactiva inmediatamente y hasta 24 horas después de correr un maratón. Los valores normales volvieron a los 2/6 días posteriores.
Vale mencionar los resultados de un estudio realizado en corredores que participaron de distancias que van desde los 15 kilómetros hasta los 88 kilómetros.
Los resultados del Estudio demostraron que en carreras menores a 21 kilómetros, el aumento de la proteína C-reactiva fue mínimo (en corredores bien entrenados), mientras que después de un ultramaratón de 88 kilómetros el aumento fue significativo (comparable a los valores de pacientescon pequeños infartos de miocardio).
CONCLUSIÓN
En virtud de los Estudios reseñados, podemos afirmar que los valores de proteína C-reactiva, se elevan luego de duras competencias o entrenamientos de volúmen elevado (superior a los 21 kilómetros).
Cómo consecuencia de ello, resulta indispensable luchar contra la inflamación en esta situaciones.
Sin embargo, es importante señalar que las capacidades de adaptación de nuestro cuerpo son realmente elevadas, ya que cuanto mas entrenamos, mayor capacidad luchar contra la inflamación tendremos (según estudio de Liesen et. al).
Estudios
Does exercise reduce inflammation? Physical activity and C-reactive protein among U.S. adults (Ford Es)
http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/12192226
Endurance and resistance training lowers C-reactive protein in young, healthy females (Daray et al.)
http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/21970447
Strenuous exercise: analogous to the acute-phase response? (Weight et al.)
http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/1721863
C reactive protein concentrations during long distance running (Strachan et al.)
http://www.bmj.com/content/289/6454/1249.pdf%2Bhtml
Modifications of serum glycoproteins the days following a prolonged physical exercise and the influence of physical training (Liesen et. al)
http://link.springer.com/article/10.1007%2FBF00430954
Inflamación en corredores: Proteína C-reactiva
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