Esta es la tercera parte de la serie de entradas llamada Prevención de lesiones en corredores. Recuerda que las dos primeras fueron Conoce tu cuerpo y sus límites y Errores de entrenamiento.
En esta entrada te voy a hablar del dolor y de qué debes hacer cuando éste está presente en tus entrenamientos. “Dolor” es una de las palabras más odiadas de la historia. ¿Cómo te sientes cuando tienes dolor y cuántas veces te preguntas que has hecho mal en la vida para merecer tal castigo? Probablemente el dolor es la principal razón en el mundo por la que la gente utiliza palabras malsonantes (j****, me c*** en…, en inglés f***, etc.)
En primer lugar, voy a dar una definición de dolor, de entre las muchas que encontrarás en libros o internet: "experiencia sensorial y emocional desagradable asociada con una lesión tisular real o potencial, o descrita como la ocasionada por dicha lesión"~ International Association for the Study of Pain, IASP. Permíteme añadir algo a esta definición: “una persona puede ser un dolor, piensa en tu jefe, tu vecino del quinto o la persona que te llama todos los días a la hora del almuerzo para venderte algo”.
En esta entrada del blog voy a hablar sólo del dolor relacionado con las lesiones en corredores, porque si hablo de dolor en general, nos llevaría mucho tiempo y además hay mucha gente que podría hablar del dolor más y mejor que yo.
Dolor y running, esta es mi vida. Durante años el ochenta por ciento, o probablemente más, de mis pacientes han sido corredores o triatletas y, por supuesto, la razón por la que vienen a mi clínica es “dolor”.
Antes de nada, sólo dejarte clara una cosa, el dolor no es algo malo. Tu cuerpo te está diciendo que pares porque hay algo que no va bien. Tu cuerpo está básicamente regañándote, como cuando eras niño y tu padre o tu madre te llamaba la atención.
Te voy a poner un ejemplo de esos que me gustan a mi. Voy a comparar todo esto con una tienda. Tu cuerpo sería la tienda, una tienda cerrada y en completa calma. Tú eres un ladrón (individuo que altera dicha calma). El dolor sería el sistema de alarma, el cual se activará en cuanto cruces el umbral de la tienda. La cárcel se correspondería con una posible lesión. Has actuado (tú, ladrón) de manera que tu cuerpo (tienda) interpreta errónea, ya que perjudica su armonía y equilibrio y, por consiguiente, activa la respuesta dolorosa (sistema de alarma) para hacerte ver que por ese camino vas mal y podrías llegar a lesionarte (cárcel).
Lo más importante cuando eres corredor o practicas cualquier otro deporte es detenerte cuando sientes dolor. También si entrenas sin dolor, pero después del entrenamiento o a la mañana siguiente el dolor aparece. Un claro ejemplo es cuando tienes tendinitis de Aquiles (recuerda que la manera correcta de llamar a esta lesión es tendinopatía). Comienzas a correr y tu tendón de Aquiles es doloroso, pero sigues corriendo y el dolor desaparece al cabo de unos minutos. ¿Significa esto que debes y/o puedes seguir corriendo ya que el dolor se alivia después de correr unos kilómetros? No, el dolor volverá después del entrenamiento y a la mañana siguiente podría estar todavía ahí y en compañía de un amigo llamado “rigidez”.
He oído muchas veces en mi clínica la mundialmente famosa frase “No pain, no gain”(sin dolor no se gana). Una correcta interpretación no es que tengas que sentir dolor en el más estricto sentido de la palabra, para lograr tus metas (sinsentido tremendo), quiere decir que es posible que sufras mucho para alcanzar dichas metas, por lo exigente del entrenamiento o prueba que estás afrontando.
En España decimos que para sufrir, mejor se queda uno sentado. También decimos que correr es para cobardes y no deberíamos correr a menos que alguien te persiga. Vaya artistas que hay en España.
Por otro lado, muchas personas toman medicamentos antiinflamatorios antes de correr para combatir el dolor, pero esto es un gran error, ya que podrían cubrir el dolor causado por una lesión, tu sistema de alarma (dolor) se desconecta. Lee estas dos entradas Antiinflamatorios, ¿sí o no? y AINE, sé sensato para entender un poco mejor a qué te expones cuando tomas antiinflamatorios.
Cuando sientas dolor, descansa unos días y luego empeza con una carrera suave y si todo está bien, sigue aumentando tu kilometraje poco a poco. Si el dolor continúa, tal vez es hora de hacer una visita a tu fisioterapeuta o médico especialista en lesiones deportivas, para una evaluación y posible tratamiento, así te quedas más tranquilo y previenes que una posible lesión vaya a más.
Cuando dije “descanso” no me refiero a quedarte en el sofá todo el día, me refiero a no correr (descanso relativo). Debes hacer cualquier otro deporte como la natación, el ciclismo o elíptica (siempre y cuando no sientas ningún dolor durante o después de ejercitarte).
En resumen: en caso de DOLOR, PARA. Siempre corre sin dolor, si quieres ser un corredor saludable, sin lesión alguna.
No te pierdas otras entradas de esta serie: Conoce tu cuerpo y sus límites y Errores de entrenamiento.
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