Las regiones que con mayor frecuencia pueden sufrir este tipo de padecimiento son la zona lumbar y la cervical, siendo mucho más común en personas de mediana edad y edad ya avanzada, en especial en aquellas personas con actividades físicas rigurosas. El Lumbago (dolor en la región lumbar) o la Cervicalgia (dolor en la región cervical) provocada por una hernia, produce síntomas muy variables. Puede sentirse como hormigueo leve, un dolor agudo o pulsátil e incluso puede causar entumecimiento de la zona y de las extremidades. A veces es tan intenso que se vuelve imposible realizar cualquier movimiento.
¿En qué momento debo concurrir a un profesional?
Un diagnóstico temprano puede mejorar muchísimo el pronóstico de la situación. Asistir a un médico, fisioterapeuta o kinesiólogo en cuanto se sienta un dolor que supera lo que tu propio organismo pueda soportar es imprescindible. Los síntomas más comunes son: Dolores en la espalda (en cualquier ubicación), dificultad para realizar movimientos, dificultad para caminar o correr, entumecimiento de la espalda o las extremidades (como pueden ser los brazos o el pie)¿Cómo es el tratamiento para este tipo de padecimiento?
El tratamiento suele basarse en medicamentos analgésicos, antiinflamatorios y también relajantes musculares. Pero la fisioterapia tiene un gran protagonismo en el proceso de recuperación de las personas que sufren o sufrieron hernia discal. Los terapeutas les informan de pequeñas modificaciones que parecen básicas y sencillas, pero que al momento de aplicarlas en sus actividades de la vida diaria se observa una rápida recuperación. También se deben tener en cuenta las normas de higiene postural, así como otros tratamientos que alivien el dolor y ejercicios de fortalecimiento muscular. La evolución de estos pacientes es más bien lenta y prolongada, pero si se sigue un tratamiento adecuado la calidad de vida de cada paciente mejora notablemente. La prevención es un punto muy importante en estos casos ya que se puede evitar la progresión de la hernia y sus consecuencias mediante prácticas seguras en el trabajo, ejercicios de fortalecimiento, higiene postural y tratamientos para asegurar la flexibilidad de la columna vertebral y las piernas, consiguiendo así una mejor calidad de vida.Además como terapia adicional es una buena opción realizar actividad física como correr, nadar o andar en bicicleta, esto hará que los músculos de la zona se fortalezcan aún más y el dolor disminuya.