De niña detestaba los vegetales: no tragaba nada que fuese verde, rojo o amarillo, tampoco podía pasar las acelgas, las espinacas o las alcachofas....me crié en Italia y pese a lo que se pueda creer, no se come solo pasta y pizza, sino también muchas verduras.
En la mesa de mi casa no faltaron ni un día las verduras y hechas de mil maneras...Rápidamente y, contrariando la opinión de mi madre, concluí que no me gustaban los vegetales. Sin embargo, las frutas me gustaban un poco más, especialmente las bananas, el aguacate y las fresas.
Nunca se me ocurrió preguntarme porque me gustaban solo unas frutas especificas y decía no al resto de verduras y frutas. Supongo que es algo que suele no gustarle a los niños y que se sobre entiende sin preguntar los porqués.
Muchos años han pasado, muchas experiencias, muchos ensayos y errores. En fin, mucha búsqueda.
La necesidad de conocerme, de experimentar y sentir me fue llevando, lentamente, al mundo de la nutrición y el deporte.
Con el deporte fue el efecto contrario, fue amor a primera vista. Desde muy pequeña hice natación por muchos años, pase por todos los niveles y ya harta de lo mismo me cambie a danza, hasta que con 13 años pise mi primer gimnasio.
Hacer ejercicio hacia que me sintiera bien conmigo misma y con los años se convirtió en un estilo de vida.
Era muy delgada, extremadamente delgada. No conseguía superar la barrera de los 40 kilos, y por muy raro que eso pueda parecer, fue algo que por años represento un problema para mí.
Con los años me di cuenta de que la mala alimentación es una enfermedad por defecto ya que la forma en que nos alimentamos no es seguida en todos sus componentes por los miembros de una familia, dado que siempre se ve influenciada por distintas causas sociales, religiosas, ecológicas e incluso económicas.
Durante la etapa de mi crecimiento, yo misma me convertí en mi proprio "conejito de india", experimente con dietas de aumento y de volumen, con dietas de desintoxicación, hiperproteíca, disociada etc, etc, etc...
Experimente sin saber, sin nociones ni conocimientos, así que mi noble organismo se rebeló y respondió a tantos estímulos. No es un mito, el cuerpo es un maquina perfecta, cuídalo.
Así, que ya cansada, decidí ir a un especialista. Que decisión más acertada y que tarde la tome.
Ignorante de mi, pensé en ir a un gastroenterologo, el cual al escucharme me remitió a un nutricionista.
Entre diferentes test me detectaron intolerancia a la fructuosa, un diagnostico que llego un poco tarde ya que siempre y desde niña mostré esa aversión a los productos dulces o que contienen fructosa.
De repente todo encajaba, fue como la pieza que faltaba al rompecabezas, entendí que no era un capricho de niña, entendí el porque de ciertos síntomas, entendí que no tenía ni idea de nada, ni yo, ni mis amigas y mucho menos todo aquello que nos venden en los medios de comunicación, y sobretodo entendí que no existen las dietas milagros, lo mas recomendable es contactar con un dietista que nos asesore para conseguir y una dieta personalizada lo mas variada y agradable posible.
Así, que en ese proceso de interesarme, de querer saber más sobre mi y mi organismo y sobre la forma en que nos alimentamos opte por estudiar y adentrarme en el fantástico mundo de la Dietética y Nutrición, además de crear esta comunidad y contribuir a la divulgación de ciertos conocimientos. Veras como adoptando algunos hábitos puedes cambiar tu vida.
En Vida Sana Group es para el uso y provecho de todo aquel que le guste y desee visitarlo, así que todo tipo de mensaje, comentario o inquietud será bien recibido.
¡Estas en tu casa!
Este blog y yo te damos la bienvenida aparece primero en Vida Sana Group
Fuente: este post proviene de Vida Sana Group, donde puedes consultar el contenido original.
¿Vulnera este post tus derechos? Pincha aquí.
Modificado:
