También puedes pensar que algo puedes obtener, pero a la vez te preguntas si realmente es lo que deseas, pero como lo que deseas no lo encuentras… Pues debo decirte que todo esto que te ocurre ¡¡es genial!!, porque te das cuenta que tienes libertad de elección, así que ¡mantén los nervios y el malestar que tanta duda pueda producirte bien alejados y ahora piensa:
Si el camino por el que hoy mueves tus pasos es el que deseas, no tienes que cambiarlo porque alguien te de a escoger otro, aunque veas un nuevo objetivo más cercano, tal vez más tangible… Si sientes, si crees que la nueva posibilidad no te conduce donde quieres llegar, atrévete a decir no, pon en duda los consejos dados con buena fe, discútelos, deja que fluya lo que sientes y cree en TI, si no tus miedos vencen, ganan, triunfan y eso desde luego no es lo que en la vida debes dejar que ocurra. Y si la nueva opción te abre un mundo de posibilidades, que ni te habías planteado pero te atraen de forma irresistible, ¡adelante!. Mira y escucha que dice tu corazón, no tu bolsillo o tu amigos.
Es importante que, a pesar de lo que uno o todos nos digan, las decisiones las tomes tu, las sientas con fuerza desde el interior. Así uno es responsable de su vida y a la vez sabe que es LIBRE para escoger.
Actúa como sientas. Sobre lo que hagas: piensa, actúa y concluye, pero no te quedes con extrañas sensaciones, ni lecturas que te generen culpabilidad o malestar. Si es tu libre elección, acéptala y si no te gusta, si luego ves que te has equivocado, cámbiala, porque eres LIBRE para ello.
Apertura a la vida, a los caminos, a las pistas que el Universo nos envía, siempre con AMOR y respeto hacia todo y hacia todos. Ahí está la respuesta y es tan simple definirlo y tan difícil seguirlo…, pero sólo tienes que parar, respirar, acallar tu mente y verás como la respuesta viene a ti con total claridad.
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