Seguramente en más de una ocasión te has puesto a correr o a hacer deporte y te ha aparecido un dolor incómodo en la zona estomacal. Concretamente, el dolor se instala entre el músculo diafragma, el pecho y el abdomen. Esto es lo que se conoce como flato. Existe la creencia de que el flato es la acumulación de gases que andan sueltos y que cuando nos movemos, ellos se mueven con nosotros y por eso nos duele. Pero esto no es cierto.
Existen varias teorías sobre lo que es el flato. En este artículo vamos a exponerlas todas para comprender un poco más que es este fenómeno. Una de ellas se centra en la conexión entre el movimiento y los ligamentos que unen el estómago con el músculo diafragma. Estos ligamentos tiran hacía abajo cuando corremos o nos movemos, produciendo ese dolor incómodo. Según esta teoría, el flato no solo aparece cuando nos ejercitamos, también cuando comemos mucho. El estómago al estar lleno y pesar más, hace que los ligamentos tiren también hacía abajo.
Una segunda teoría explica que cuando hacemos deporte, la mayor parte de la sangre se dirige hacia los músculos que estamos entrenando, por lo que llega muy poca cantidad al diafragma. Esto genera fatiga y dolor. En relación a la comida, cuando comemos llega un mayor flujo de sangre al estómago y menos al diafragma, provocándose la misma sensación.
Una tercera teoría explica que el estómago cuando está sobrecargado roza con el peritoneo, una membrana muy sensible que se irrita y provoca dolor.
¿Cómo evitar el flato?
Aunque no se tiene una idea certera de qué es el flato, si se han conseguido descubrir ciertas pautas que impiden que ese dolor incómodo salga a la luz. Veamos cuáles son.
- No realizar movimientos bruscos. Cuando corremos, tenemos que evitar provocar grandes oscilaciones ya que son una de las razones del flato. Para ello necesitaremos tener una buena amortiguación en los pies gracias al calzado. En caso de correr cuesta abajo, tendremos que bajar el ritmo.
- Esperar a hacer deporte después de una comida. No es recomendable ponerse a correr o a ejercitarse nada más comer, porque en ese momento el estómago pesa mucho más y podemos provocar una falta de riego sanguíneo en el diafragma.
- Beber a sorbos pequeños. Antes y durante el entrenamiento es aconsejable beber agua pero hacerlo en pequeñas cantidades para no llenar el estomago de golpe y hacer que pese más de lo habitual.
Consejos para hacer que el flato desaparezca
Si no hemos sido capaces de controlar el flato y nos está molestando, podemos hacer las siguientes acciones para conseguir que se vaya lo antes posible.
Una de ellas es tensar la musculatura abdominal para impedir que se sigan produciendo oscilaciones, que son las que provocan el flato. Otra opción es hacer presión sobre la zona que nos duele mientras flexionamos el tronco ligeramente. En el caso de que el dolor sea muy fuerte, deberíamos parar el ejercicio ya que, en primer lugar, no podremos dar lo mejor de nosotros mismos y, en segunda lugar, el dolor sería cada vez más fuerte.
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