La dieta TLC responde a las siglas Therapeutic Lifestyle Changes, en inglés; que traducido al castellano sería algo así como los cambios terapéuticos del estilo de vida. Es una dieta equilibrada y saludable, que tiene como objetivo principal reducir el colesterol en sangre y disminuir drásticamente las probabilidades de sufrir una enfermedad cardiovascular, haciendo disminuir la grasa del abdomen de manera considerable, así como grasa localizada.
Se basa en tres premisas claras. Alimentación, ejercicio físico y control de peso.
Sugiere un cambio sustancial en la forma de comer, no tanto en las cantidades de alimentos si no en la forma de cocinarlos.
Se elimina el consumo de grasas saturadas provenientes de alimentos como la mantequilla, los lácteos sin descremar y los productos de origen animal ricos en grasa. Podremos comer alimentos de origen animal, las partes magras o sin grasa.
Debemos limitar el consumo de carnes rojas, mariscos, quesos (especialmente los muy curados), salsas y natas, etc por su alto contenido en colesterol.
Limitaremos la ingesta de grasas no saturadas, que no debe ser superior al 30% al total de calorías ingeridas diarias.
No se aconseja consumir comidas precocinadas ni procesadas, por su alto contenido en grasas, grasas saturadas y grasas trans.
Debes beber dos litros de agua al día. Se permiten infusiones y tés edulcorados pero no los ya preparados.
No se permite el consumo de refrescos, bebidas azucaradas ni tés envasados por su alto contenido en azúcares.
Deberemos practicar ejercicio físico durante al menos 30 minutos diarios, aunque sea repartido a lo largo del día aunque es preferible que sea de una vez, ya que el organismo empezará a quemar grasas.
Deberemos basar nuestra alimentación en frutas y verduras, granos enteros, lácteos bajos en materia grasa, alimentos con alto contenido en fibra, pescados, pollo y pavo sin piel y carnes magras.
No consumiremos nada con alto contenido graso, ni productos fritos, ni rebozados, alimentos precocinados, ni congelados (a excepción de alimentos sin elaborar, únicamente ultracongelados, como son el caso de verduras).
Aunque no limiten las calorías deberemos adecuar las calorías que ingerimos según la actividad física que realicemos diariamente.
Haremos 3 comidas fuertes al día y dos tentempiés. La cena será más ligera, pero el desayuno y la comida deben ser las comidas fuertes del día.
La dieta TLC todo un referente en las dietas por ser una dieta:
Equilibrada, que satisface las necesidades de nuestro organismo, desde el punto de vista nutricional.
Marca un plan especialmete bueno para tratar enfermedades cardíacas y además a nivel preventivo tiene unos efectos muy positivos.
Es una dieta segura, que aunque no produce una pérdida rápida de peso, sí se produce una eliminación efectiva de las grasas y una pérdida de peso mantenida en el tiempo y saludable, sin efecto yo-yó.
Es un tipo de dieta que puede convertirse en un plan de alimentación permanente, no tiene ningún riesgo mantenerla en el tiempo.
¿Para quién está recomendada la dieta TLC?
Esta dieta está especialmente diseñada para reducir el colesterol, y para prevenir posibles enfermedades cardíacas producidas por el exceso de colesterol en nuestras arterias. Pero, ello no significa que otro tipo de personas puedan realizar esta dieta, y dado sus beneficios, cualquier persona podría llevarla a cabo. Además se ha comprobado que nos ayuda a adelgazar de forma mantenida, con una alimentación sana y equilibrada que nos proporciona los nutrientes necesarios para nuestro organismo.
A continuación te ofrecemos un menú orientativo de un día con la dieta TLC, que puedes modificar a tu gusto cumpliendo con los criterios de la dieta.
MENÚ ORIENTATIVO
Desayuno
Zumo de naranja un café y tostadas de pan integral con una fiambre de pavo o de jamón york.
Media Mañana
Una pieza de fruta de temporada.
Comida
Ensalada de lechuga, pepino, rábanos, tomate, cebolla, etc aliñada con una vinagreta y filete de pollo a la plancha. De postre un kiwi.
Media Tarde
Un yogur 0% M.G con manzana.
Cena
Tortilla de espinacas o espárragos y una pieza de fruta.
Fuente: este post proviene de Dietas y Salud, donde puedes consultar el contenido original.
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