Las frutas, los vegetales, la leche o los huevos aportan importantes nutrientes a nuestro organismo. A veces, por falta de tiempo u otros motivos, no nos alimentamos correctamente y dejamos de tomar todos los nutrientes que nuestro cuerpo necesita. En este contexto los alimentos funcionales, tratan de suplir estas deficiencias.
Qué son los alimentos funcionales
Los alimentos funcionales son aquellos que han demostrado científicamente que aportan beneficios fisiológicos a nuestro organismo, mejorando el bienestar físico y la salud de las personas.Además, los alimentos funcionales pueden aportar beneficios de carácter preventivo, de forma que su consumo minimice la predisposición a desarrollar alguna enfermedad. En este sentido, son comunes los alimentos enriquecidos con omega 3, flúor, yodo, ácido fólico, fitosteroles, fibra, etc.
Se estima que 1 de cada 4 productos alimentarios a la venta en nuestros supermercados pertenecen a este grupo de alimentos enriquecidos.
Cuáles son los alimentos funcionales
Los alimentos funcionales son aquellos que están enriquecidos con el objetivo de dotarles de un valor añadido a sus propiedades nutricionales originales, existen:Leches enriquecidas: se trata normalmente de leche de vaca desnatada a la que se añaden grasas vegetales de maíz o de soja, para reducir su contenido en colesterol; o de origen animal (pescado azul) o vegetal (frutos secos) para enriquecerla en omega 3, para dotarla de propiedades aintiinflamatorias. También puedes encontrar en el súper leches enriquecidas con vitaminas, minerales o fibra.
Leches infantiles de iniciación y continuación: se fabrican siguiendo la estructura de nutrientes de la leche materna y se consideran adecuadas para las necesidades nutritivas del lactante cuando no es posible la lactancia natural exclusiva.
La leche de continuación se trata de leche artificial de lactancia que se suministra a los bebés a partir de los 6 meses de vida, cuando ya se empiezan a ingerir otros alimentos. Su composición nutricional es menos completa que las leches de inicio.
Leches fermentadas: son productos lácteos recomendados para personas intolerantes a la lactosa. En su composición se encuentran microorganismos vivos que metabolizan la lactosa y favorecen su digestión.
Yogures enriquecidos: a los que se le añaden fitosteroles para reducir el colesterol o sales de calcio y vitamina D para la población en riesgo de sufrir osteoporosis, especialmente mujeres en etapa de menopausia, o fibra, para mejorar el tránsito intestinal.
Zumos enriquecidos: con vitaminas antioxidantes como la vitamina A, C o E, que ayudan a frenar el daño celular causado por los radicales libres. Son cada vez más frecuentes aquellos a los que se les ha añadido calcio y fibra.
Cereales enriquecidos: los cereales refinados están enriquecidos con vitaminas del grupo B y minerales como el hierro.
Pan enriquecido: con antioxidantes, hierro, harina integral, frutos secos, semillas,..
Huevos enriquecidos: son huevos a los que se le añaden ácidos grasos omega 3, con el objetivo de reducir el colesterol y los triglicéridos y prevenir enfermedades de origen cardiovascular.
Margarinas enriquecidas: con fitoesteroles, vitaminas A, D, E y B2, calcio y fibra.
Sal yodada: a la que se añade yodo para cubrir las necesidades nutricionales en la población con carencia de este mineral y prevenir el bocio.
Consumo de alimentos funcionales
Aunque pueden formar parte de la dieta habitual de cualquier persona, están especialmente indicados a grupos poblacionales con necesidades especiales.Ejemplos útiles y eficientes son:
Leches infantiles de inicio para los bebés en sus primeros meses de vida cuando la lactancia materna exclusiva no es posible. La industria intenta hacerlas lo más completas y funcionales posibles, enriqueciéndolas con probióticos, micronutrientes e incluso inmunoglobulinas.
Sal yodada.
Cereales enriquecidos en ácido fólico.
Regulación de los alimentos funcionales
La legislación española y europea es estricta con este tipo de alimentos, obligando a indicar en el envase qué cantidad lleva de ese nutriente específico con el que se ha pretendido añadir valor al alimento.Además, el etiquetado no debe hacer mención a propiedades preventivas, curativas o de tratamiento de enfermedades.
Alegaciones nutricionales dudosas
En Dieta Coherente promovemos una alimentación variada y equilibrada, basada en alimentos frescos y de temporada, por lo que las carencias nutricionales son muy poco frecuentes.Con frecuencia la dosis de nutriente incorporado no logra el efecto propuesto. Un ejemplo son las leches enriquecidas con omega 3, que además de tener un precio elevado no logran cubrir las carencias que existen en prácticamente la totalidad de la población en cuanto a este tipo de ácido graso esencial.
Muchas veces estos alimentos funcionales tienen un precio excesivo para los beneficios que aportan y en muchos casos se utiliza una alegación nutricional aprobada para otro nutriente para justificar su efecto funcional.
Un ejemplo de esto sería añadir zinc para poder afirmar que los lácteos líquidos fermentados tienen una acción sobre el sistema inmunitario, pues los lactobacilus aún no tienen dicha acción aprobada por la legislación europea.
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