Seguro que has oído mil veces hablar de asertividad, y si no has oído la palabra exacta, al menos alguna vez alguien te habrá venido con el cuento de la importancia de expresar lo que piensas de manera adecuada, mantener el respeto, no herir a los demás, pero tampoco tragar con todo y ceder siempre.
Seguramente también hayas oído acerca de los estilos de comunicación en algún programa de radio, libro o revista de autoayuda:
Estilo pasivo: No decir nada y usar la copa sucia aunque a disgusto.
Estilo agresivo: Armar un gran escándalo en el local y decir al camarero que nunca volverá a ir a ese establecimiento.
Estilo asertivo: Llamar al camarero y pedirle que por favor le cambie la copa.
Nos hacen ver que el estilo asertivo es la panacea y que si logras aprender a comunicarte de esa manera vas a conseguir todo lo que quieras de los demás. ¡Grave error!
Por supuesto que aprender a comunicarse de manera asertiva es una habilidad que te puede aportar muchas ventajas y que considero que todo el mundo debería desarrollar, sin embargo no es la panacea, no con ella vas a conseguir que los demás te hagan caso siempre.
Además hay ocasiones en las que no podemos ser tan asertivos como nos gustaría ¿Te imaginas diciéndole a tu jefe con toda tu educación todas las cosas que te repatean de él? “Hola Jefe, sé que lo haces con toda la buena intención del mundo y que tu interés es que la empresa salga adelante, pero hay algunos comportamientos que no me hacen sentir valorado como trabajador… nunca me pagas las horas extras, no agradeces que entregue los proyectos siempre a tiempo, y las últimas veces que nos hemos cruzado por los pasillos ni siquiera me has mirado. Muchas gracias por escucharme y que tengas un buen día”
Efectivamente, NO siempre es conveniente ser asertivo.
Puede que tu jefe te escuche con atención y se disculpe por su comportamiento, pero si realmente es una persona que ni si quiera te mira por los pasillos dudo mucho que lo haga.
3 Razones para no ser asertivo
Estarás pensando que se a me a colado un no de más en el título y que esto debe ser un errata, pero no… el título esta así a propósito. Si hay tanta gente a la que le cuesta el tema de la asertividad, debe ser por que existe buenas razones para no ser asertivos y ¡Efectivamente, existen!
Lo de que el no ya lo tienes es una gran mentira
Cuantas veces has oído eso de… “Inténtalo si el no ya lo tienes” Invita a esa chic@ a salir, intenta correr esa maratón, pídele a tu jefe un aumento, total el no ya lo tienes, si no te sale bien te quedas igual que estás.
Y no, es cierto que tu situación vital no va a cambiar, sin embargo tú no te quedas igual estabas. Antes vivías con un “no se” la mar de socorrido, podrías fantasear como sería una cita con esa persona, lo bien que te sentirías al llegar a la meta o lo que te comprarías con ese aumento de sueldo. Si decides ser asertivo puede que te salga bien y esas fantasías se hagan realidad sin embargo, te estás enfrentando a tener que asumir una realidad que puede no gustarte nada ¿Me explico?
Puedes cuidar tu ego.
Cuando hablo de tu ego, me refiero al concepto que tienes de ti mismo. Probablemente pienses que no expresas determinadas cosas, porque no te gusta crear conflictos, porque eres muy empático, te pones en el lugar de los demás y no quieres disgustarles. ¿Cómo le vas a decir a tu pareja que limpie la cocina si se pasa todo el día trabando? Tú no quieres que el/ella se sienta mal, pase un mal rato y piense que es un@ mal/a novi@ por tu culpa ¿Verdad?
Vale, me parecen estupendamente pero ¡Para el carro y deja autoengañarte! Te voy a decir una verdad bastante incómoda, y es que por lo general solemos actuar desde el más puro egocentrismo. Esto no es necesariamente algo malo, es así por que a lo único que tenemos un acceso directo es a nuestra mente y a nuestras propias emociones.
Nosotros no podemos sentir directamente cómo se sienten los demás, la única manera en la que podemos acceder es mediante la representación mental que nos hacemos de ello (Y en cualquier representación mental de un evento externo van a influir nuestras creencias, valores, fisiología, estado de ánimo actual, etc)
La única manera en la que podemos acceder a lo que sienten los demás es mediante la respuesta que…
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Es decir la única manera en la que podemos acceder a lo que sienten los demás es mediante la respuesta que esto produce en nosotros. En definitiva, no nos gusta que los demás se sientan mal porque esto nos hace sentir mal a nosotros y nosotros no queremos sentirnos mal.
Evitas enfrentarte a esta realidad: A veces los demás no quieren cambiar
Efectivamente, a veces los demás aun sabiendo que sus comportamientos nos están haciendo daño, prefieren no cambiar, y esto no es fácil de asumir.
Una cosa es pensar que tu pareja no limpia la cocina porque llega cansada a casa después de trabajar y otra muy diferente saber que aunque le hagas ver que es un hecho que te molesta mucho, sigue sin limpiar la cocina porque simplemente, no le apetece.
Por supuesto no creo que te diga que no lo va hacer porque no le apetece, sino que tratará de defender su ego y se justificará diciéndote que eres un egoísta, que no entiendes todo lo que trabaja o algo similar.
Y después de todo esto ¿Cómo te convenzo yo ahora de que ser asertivo es la mejor opción?
3 Razones para ser asertivo
Sí, por supuesto que también existen razones para ser asertivo. Y aunque parezca que las razones para no serlo te van a aportar más beneficios, puedo asegurarte que no va a ser así. Si quieres vivir una vida real y acorde a tus valores no va a quedarte más remedio que aprender a comunicarte asertivamente.
Dejarás de montarte historias y vivirás en la realidad.
Al expresar las cosas tal y como las sientes, siempre con respeto y de una manera adecuada, vivirás en la realidad, en una realidad que es tu vida, y no en un mundo paralelo que te has montado en tu imaginación.
¿Quieres vivir tu propia vida o un mundo paralelo creado en tu mente?
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En ocasiones la realidad será peor que el mundo paralelo, pero también habrá ocasiones en las que sea mucho mejor.
Tomarás el control de tu vida.
Asumir un estilo de comunicación asertivo hará que tengas el control de tu propia vida, y que éste no se vea zarandeado por acontecimientos externos.
Es una manera de tener influencia (o al menos intentarlo) sobre el medio que te rodea.
Y tranquilo, si los demás no quieren cambiar, siempre tendrás más opciones para ejercer control, bien puede ser asumir que esa persona, situación, etc, no va a cambiar, y tratar de que te moleste lo menos posible o bien sea alejarte de ella.
Darás a los demás la oportunidad de decidir por si mismos.
Cuando no expresamos lo que sentimos, no estamos dando a los demás la oportunidad de decidir si quieren o no cambiar. Probablemente expresando que algo nos incomoda estemos dando la oportunidad a la otra persona de cambiar algunas cosas que también pueden ser perjudiciosas para ella.
Bien, ha quedado más o menos claro que eso de ser asertivo no es siempre estupendo, pero es una buena opción para vivir una vida plena y con sentido. Pero ¿Cómo lo hacemos? ¿Cómo ser más asertivos sin morir en el intento? ¡Pasemos a la parte práctica!
¿Cómo ser más asertivo sin morir en el intento?
Elige el momento adecuado.
Comienza la conversación en privado, en un lugar tranquilo y en un clima correcto. Tratar de expresar algo a alguien cuando tienes un enfado tremendo no suele terminar muy bien. Así que si estás muy enfadado lo mejor que puedes hacer es expresarle a la otra persona que no estás en condiciones de hablar pero que tratarás el tema en otro momento.
Utiliza la técnica del sándwich.
Esta técnica consiste en expresar un mensaje negativo o de desacuerdo rodeado de dos mensajes positivos.
Por ejemplo:
– Quiero que sepas que estoy muy orgullosa con los resultados que estás obteniendo en estos últimos meses, sin embargo el informe que me entregaste el viernes quedó un poco incompleto en la parte de recursos. Estoy segura de que podrás mejorarlo.
– Me encanta que tengas una relación tan buena con tus amigas, sin embargo me gustaría que algún viernes hiciéramos un plan los dos solos, me gusta pasar tiempo contigo a solas y creo que sería bueno para la pareja. ¿Qué te parece, cenamos el viernes en “tal o cual” restaurante?
De esta manera, las críticas son mejor recibidas y disminuyen las probabilidades de que la otra persona se tome la crítica como un ataque a su ego.
Habla de conductas concretas no etiquetes a la otra persona.
Cuando expreses una crítica o algo que no te gusta habla siempre de conductas concretas ¿Qué es exactamente eso que no te gusta y qué alternativas propones para cambiarlo?
Evita usar generalizaciones y/o etiquetas: Nunca piensas en mi, eres un egoísta. Siempre has estado más preocupado por tu trabajo que por tu familia. ¡Siempre, nunca, todo y nada, nunca deben formar parte de una crítica!
No es lo mismo llamar a alguien egoísta (o cualquier otra cosa que se te pase en el momento de la cabeza) que expresarle que te incomoda su comportamiento cuando no va a comer a casa de tu madre los domingo, proponiéndole que te gustaría que fuera al menos uno de cada dos.
Por favor, no nos vayamos por las ramas, y hablemos siempre de conductas concretas y de alternativas de cambio.
Supón buenas intenciones en el otro y verbalízalas.
De esta manera estás dando por supuesto que el otro quiere cambiar, que te aprecia y que su intención no es mala, por lo tanto su ego no se sentirá atacado.
– Soy consciente de que estás muy cansada cuando llegas a casa e imagino que lo quieres es que me sienta útil, pero me gustaría que el fin de semana limpiaras tu los platos para poder dedicar más tiempo a mis proyectos ¿No te importa verdad?
Expresa como tú te sientes y no las intenciones del otro.
A parte de que las intenciones que pensamos que una persona tiene no pasa de ser una mera inferencia que no siempre es acertada, acusar a alguien de sus intenciones es atacar directamente contra su ego y justamente eso es lo que hemos dicho que hay que evitar hacer.
Sin embrago tus sentimientos no son discutibles. Si te sientes solo, te sientes decepcionado o te sientes triste, la otra persona no puede entrar en discusión sobre ello, son argumentos irrefutables que en ocasiones despiertan la empatía de la otra persona.
En definitiva, nadie nos puede asegurar una buena respuesta ni mucho menos un cambio de otra persona. Hay que tener en cuenta que entre lo que nosotros decimos y el mensaje que la otra persona recibe están entrando en juego variables personales que no siempre conocemos. (Entran en juego sus creencias, sus valores, sus miedos, sus heridas sin cerrar…) Sin embargo, sí que es cierto que siguiendo estas pautas aumentaremos las probabilidades de obtener éxito, y aunque no lo obtengamos al menos estaremos siendo coherentes con nosotros mismos.
¡Ahora es tu turno!
¿Qué te ha parecido el artículo? ¿Te cuesta ser asertivo? ¿Añadirías alguna estrategia más al apartado “cómo ser más asertivo sin morir en el intento? ¿Quieres contar alguna experiencia personal?
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Miriam-
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