Seguro que has vivido alguna situación en tu vida en la que por ejemplo querías haber dicho no a algo, y no lo hiciste, aunque sabías que deberías haber dicho lo que pensabas realmente ¿o aquella otra en la que que te sentiste avasallado por otra persona y acabaste diciendo o haciendo aquello que no querías decir o hacer?
Pues bien, tenemos buenas noticias pues este articulo va acerca de la asertividad, y de todo lo que la rodea para evitar que esa circunstancia se vuelva a repetir en tu vida, y de esta forma seas una persona con más habilidades sociales y por tanto más feliz.
¿Qué es la asertividad?
Podemos decir que la asertividad es una manera de comunicación en el que la persona tiene la capacidad para manifestar o trasmitir lo que se desea, lo que se piensa o se siente sin importunar o herir los sentimientos de la otra persona.
Es decir se trata de un comportamiento interpersonal que se basa en defender nuestros derechos y nuestras propias ideas respetando a los demás. O dicho de otra forma decir lo que realmente pensamos, la habilidad para ser claros, francos y directos sin que nuestro mensaje sea ni débil ni demasiado agresivo.
Ser asertivo requiere de nuestra proactividad y la no aceptación pasiva de aquello que nos quieren imponer desde una situación de fuerza o poder, defendiendo nuestra posición siempre con educación y conciliación, sin que en ningún momento haya agresividad por nuestra parte. Es más, dependiendo de cada contexto será más o menos apropiada su utilización.
A continuación te dejo con unas interesantes reflexiones de Walter Riso acerca de la asertividad.
La diferencia básica entre ser asertivo y ser agresivo es la forma en que nuestras palabras y comportamientos afectan a los derechos de los demás.
Sharon Anthony Bower
¿Cómo podemos saber si una persona es asertiva? Sus características
La característica más importante de una persona asertiva es que saben decir que no. Además cuando emiten opiniones las hacen en primera persona. Suelen ser personas que respetan los derechos de los demás y además si es necesario solicitan que se respeten los suyos.
Tienen un tono de voz adecuado, nunca alterado, hablando de forma fluida sin muletillas de aprobación, además combinan su comunicación verbal con gestos tranquilos pero que denotan firmeza en sus opiniones.
Las personas con un estilo de comunicación asertivo son capaces de expresar a terceras personas todo tipo de sentimientos tanto los negativos como los positivos.
Les encanta relacionarse con los demás de una forma natural y fluida sin encontrar ni buscar amenazas inexistentes en sus relaciones interacciones.
Son capaces de dialogar y llegar a puntos de acuerdo con normalidad y habilidad.
Las personas asertivas son capaces de criticar de forma constructiva y aceptar a su vez las criticas que otros les hacen. La asertividad enriquece las relaciones de amistad. Si quieres conservar durante mucho tiempo una amistad, por ejemplo a tu mejor amigo, deberás ser asertivo en ocasiones.
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Una persona con gran asertividad tiende a tener una autoestima alta y sana. Se trata de personas con una gran confianza en si mismos.
Todos tenemos el derecho de negarnos a cualquier cosa. Es un derecho irrenunciable. Nuestro bienestar debe de ser siempre lo primero, no lo olvidemos. Expresar lo que no queremos nos hará más fuertes emocionalmente.
La asertividad está tremendamente vinculada con la autoestima, es decir las personas que no poseen una alta autoestima habitualmente suelen no defender sus derechos proactivamente, lo que tiende a crear un círculo vicioso al volver a minar su baja autoestima cuando sus intereses, opiniones y derechos no son respetados.
Los beneficios de la asertividad
Convertirte en una persona asertiva puede traerte muchas ventajas frente a no serlo:
La asertividad nos permite aumentar la sensación de control sobre la realidad que nos rodea y sobre nosotros mismos.
El mejorar nuestro control sobre nosotros mismos nos ayuda a mantener la autoestima en niveles altos.
Nos ayuda a mejorar nuestra comunicación, buscando la concreción y no la divagación cuando hablamos. Nuestra confianza en nosotros mismos se incrementa notablemente de esta forma.
Mejora el bienestar y la satisfacción vital.
Provoca una mejora en las relaciones interpersonales que es fruto de una mejor comunicación, honestidad y sinceridad.
Nuestro conocimiento interior mejora también así como nuestra gestión emocional.
Permite la resolución de conflictos de una manera menos dolorosa para ambas partes.
Variables que influyen en la capacidad asertiva
El nivel de nuestra autoestima
Es fundamental para lograr ser más o menos asertivos, cuanto menos autoconfianza tengamos en nosotros mismos más difícil será poder ser asertivos. Si esto ocurre, seremos incapaces de defender nuestros derechos y nos encontraremos en un bucle del cual nos será difícil salir y nos sentiremos cada vez más hundidos y con nuestros derechos pisoteados.
Lectura obligatoria: Manual práctico para subir la autoestima
Condicionantes culturales, empresariales, familiares y genéticos
En muchas culturas y entornos se sigue pensando que la mujer debe mantener una condición de sumisión frente a un hombre dominante, lo cual provoca que la aceptación de esos roles influya de forma determinante y negativa en la capacidad y comunicación asertiva de muchas mujeres, en este caso las mujeres.
En la cultura empresarial también puede ocurrir lo mismo, es difícil decir no a un alto puesto directivo, con todo lo que ello conlleva. En este caso el miedo al despido o a represalias es fundamental para coartar nuestro poder de asertividad.
Si tus padres han sido personas complacientes o solícitos y atentas ante demandas de otras personas, es más fácil que tu lo seas también heredando de esta forma sus roles ante las relaciones personales. Somos “monos de repetición” desde pequeñitos. Las creencias se van instalando en nosotros marcando el camino a transitar. Los genes también tienen mucha fuerza en este aspecto.
Solo aprendiendo a decir no podemos concentrarnos en las cosas que realmente importan. Steve Jobs #asertividad - ¡Compártelo!
Situaciones de estrés.
Cuando estás en estados de estrés o ansiedad tu visión de la realidad se altera, provocando estados alterados de consciencia que pueden disminuir tu autoestima.
Las 7 claves más efectivas de mejorar tu asertividad
1. Modifica tus pensamientos
Transformar los pensamientos negativos que aparecen en tu cabeza a la hora de defender tus derechos o posiciones en una situación determinada te ayudara a decir no con mayor facilidad.
Si ante una petición de un compañero, piensas que decir que no puedes cambiarle el turno de trabajo puede pasarte factura en tu relación con esa persona, cámbialo por otro de índole positivo pensando que tu pareja y familia te agradecerán que no lo hayas hecho pues pasaréis más tiempo disfrutando mutuamente de vuestra compañía en familia.
2. Técnica del sandwich
La técnica del sándwich es un camino que nos facilita decir “no” de forma educada y delicada. La forma en la que en la que expresamos una negativa o desacuerdo es fundamental, tanto para quedar nosotros contentos, como para que la otra persona reciba un trato adecuado y complaciente. asimismo esta técnica aumenta la posibilidad de que el cambio de conducta se haga efectivo.
Este proceso, como todo sandwich consta de 3 parte fundamentales:
1. Mensaje positivo o elogio sincero (El pan de abajo). Este ha de ser un elogio claro, conciso y sincero. Se trata de esa rebanada crujiente y aromática que ponemos para que la otra persona tenga mayor predisposición para escuchar lo que le queremos decir.
2. Negativa o desacuerdo (El contenido del sandwich). Damos el mensaje negativo (NO) que queremos dar.
3. Mensaje positivo (La rebanada de pan superior). Dejamos buen sabor del boca al interlocutor con la segunda rebanada.
Ejemplo de la técnica del sandwich:
1. Sabes que valoro y mucho la iniciativa y creatividad que tienes en el trabajo.
2. Aunque no es lo que necesitamos en este momento para el proyecto sobre el que estamos trabajando.
3. No obstante estoy deseando volver a disfrutar de tu iniciativa y creatividad en el siguiente proyecto.
Como has podido el contenido principal del mensaje, nuestra negativa, se digiere camuflado entre dos rebanadas de alegría y buen rollo, de forma que se disimula su sabor si el contenido no es del todo del gusto de nuestro interlocutor.
La técnica del sandwich es muy poderosa, no debes dejar de practicar y utilizarla. Cuanto más la utilices, más percibirás que se te hace cada vez más fácil decir lo que realmente piensas y esto redundará de forma positiva en tu asertividad y en tu autoestima.
3. Entender que si no lo dices, es complicado que te lean la mente.
Ninguno de nosotros somos el centro del mundo del cual todo el mundo está pendiente. tenemos que tener claro que expresando lo que queremos decir, facilitamos el camino al entendimiento y evitamos que se repitan muchas situaciones vividas que no son del todo de nuestro agrado. Por favor, expresa tus ideas, deseos, sentimientos y necesidades con claridad. No presupongas nada, es muy complicado conocer bien a alguien.
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4. Ten presente siempre tu objetivo.
Cuanto más claro tengas lo que quieres obtener, mucho más probable será que lo llegues a conseguir. En cualquier conversación o negociación tenlo siempre en mente. Tu objetivo es el que te has fijado, no el de ganar una discusión en muchos casos estéril. Se muy especifico para defender mejor tus necesidades. Una vez tengas un objetivo, no te apartes de él.
5. Añade razones a lo que estás solicitando.
Al dar a tu interlocutor motivos concretos, lograrás que tu mensaje sea mucho menos agresivo y con mayor poder de convicción. Motivos llenos de sentido común son muros de protección que levantarás en la defensa de tus derechos asertivos.
6. No acuses a la otra persona.
Defiende tus derechos desde tu punto de vista, no desde la posición de tu interlocutor. Si le acusas directamente se puede sentir atacado y no sería lo mejor para lograr tu objetivo.
Permíteme un ejemplo:
Has estado insoportable esta semana.
Me he sentido incómodo por como me has tratado esta semana.
Creo que todos tenemos claro que la segunda forma de decir lo mismo es mucho más adecuada ¿no crees?
La clave es usar “Yo” en lugar de “Tú”, y estar siempre focalizado en el problema que tienes, no en acusar o culpar a la otra persona. Normalmente cuando usas el “Yo”, este suele ir asociado a una emoción, y nadie podrá discutirte jamás como te sientes.
Las emociones crean procesos empáticos que podrán acercar posiciones y hacer una relación mucho más cercana y positiva.
7. Acompasa tus lenguaje verbal y corporal.
Si eres capaz de aunar tus palabras con tus movimientos y estados corporales tu mensaje se dotará de mucha mayor fuerza, lo cual será percibido por tu interlocutor.
También será percibido por tu mente por lo que el refuerzo será aún mayor. Es decir si quieres dar un mensaje asertivo, debes mantener una posición tranquila, erguida y firme que aderecen el mensaje.
El consejo que te doy es que vayas poco a poco, probando con interlocutores a priori más sencillos con problemáticas a resolver sencillas y que según vayas teniendo éxito subas de nivel. ¡No se gana un mundial en un partido!
8. Conoce y defiende tus derechos asertivos.
A continuación te dejo con una lista los derechos asertivos básicos de las personas. Todos los poseemos aunque alguno de ellos no los hayamos usado nunca y no tenemos que renunciar a ellos jamás.
Tener presente, manejar e implementar en nuestra vida estos derechos asertívos nos ayudará a relacionarnos mejor con los demás y situarnos a la misma altura que nuestros interlocutores.
Uno no siempre hace lo que quiere, pero tiene el derecho de no hacer lo que no quiere. Mario Benedetti - ¡Compártelo!
Como siempre me gusta hacer te invito a que los leas en tranquilidad, sin prisa, interiorizándolos. Piensa en momentos pasados donde te hubiera gustado ejercer estos derechos asertivos y trasládate al futuro pensando en situaciones en las que te podrán ser útiles.
Los derechos son estos:
1. El derecho a ser tratado con respeto y dignidad.
2. El derecho a tener y expresar los propios sentimientos y opiniones.
3. El derecho a reconocer mis propias necesidades, establecer mis objetivos personales y tomar mis propias decisiones.
4. El derecho a cambiar.
5. El derecho a decir “no” sin sentirme culpable.
6. El derecho a pedir lo que quiero, aceptando a la vez que me lo nieguen.
7. El derecho a pedir información y ser informado.
8. El derecho a cometer errores.
9. El derecho a obtener aquello por lo que pagué.
10. El derecho a ser independiente.
11. El derecho de gozar y disfrutar.
12. El derecho a triunfar.
13. El derecho a ser mi propio juez.
14. El derecho a decidir hacerme cargo, o no, de los problemas de los demás.
15. El derecho a dar o no explicaciones sobre mi comportamiento.
16. El derecho a no necesitar la aprobación de los demás.
17. El derecho de no ser perfecto.
18. El derecho a decidir no ser asertivo.
Lo más importante que aprendí a hacer después de los cuarenta años fue a decir no cuando es no. Gabriel García Márquez - ¡Compártelo! Vinculación de la asertividad y la empatía.
Ya sabemos en que consiste la asertividad ¿verdad? Bien, pues tiene una gran conexión con otra habilidad social, la empatía. Ya, pero… ¿Qué es la empatía?
Una habilidad humana, que hace que se comprenda a los demás, y se experimenten los diferentes puntos de vista ajenos, sin llegar a pensar de la misma manera que esa persona. La empatía motiva a quien la practica y a quien la recibe en la comunicación.
Se trata de tener esa habilidad o no, y de saber emplearla en el contexto adecuado, y con personas receptivas de ella.
Una persona empática sabe escuchar con atención, es flexible respecto a su entorno, es capaz de influir y modular sobre las emociones de los demás, intenta comunicar y sentir aquello que sabe que puede ayudar a los otros, y apoya casi incondicionalmente en cualquier ámbito que le implique.
Podríamos decir que la asertividad es un subconjunto de la empatía, ya que ésta de alguna manera es la asertividad en su grado más emocional y humano.
La asertividad se arranca en las palabras que se pronuncian, y la empatía se inicia en las palabras que los demás pronuncian.
Se trata de dos habilidades muy útiles para el aprendizaje y la comunicación, que se relacionan en algunos puntos, y que se diferencian en otros, por lo que se complementan pero pueden funcionar idependientemente.
Eso si, sumando a la asertividad la empatía, nuestro grado de comunicación habrá subido muchos enteros. Y tu grado de felicidad seguramente también.
Hasta aquí hemos llegado en el día de hoy, espero haber sabido ayudarte a conocer la asertividad y a dar pasos para mejorarla.
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