Los días pasan, el verano se termina y con él las vacaciones, hemos de retomar nuestra vida, nuestra rutina diaria y con ella nuestra vuelta al trabajo.
La vuelta al trabajo suele ser algo difícil, pues retomar de nuevo el horario laboral (a veces unos horarios disparatados), volver a retomar una disciplina qué en época vacacional olvidamos completamente, a veces nos resulta un poquito difícil y nos cuesta adaptarnos
De hecho la vuelta al trabajo ya se le conoce como síndrome postvacacional.
Parece que conforme vamos cerrando nuestras maletas, nos va invadiendo la nostalgia de las vacaciones que se nos van. Sentimos cierta tristeza, nos ponemos de mal humor, todo nos parece mal, estamos irritables y a veces intratables y es que las vacaciones… ¡Son tan cortas!
Veamos qué podemos hacer para evitar en lo posible el síndrome postvacacional
Empezaremos cambiando nuestra actitud, pensaremos en las cosas positivas que tiene retomar, nuestra rutina, nuestros horarios, nuestras prisas diarias, en definitiva: retomar nuestra vida!!!!
Piensa en el reencuentro con l@s amigas que no hemos visto en un mes y que son los que siempre están cuando les necesitamos, en los compañeros de trabajo, algunos no nos caen bien, discutimos con ellos un día sí y otro también, pero quizás sean los únicos constantes en nuestra vida, porque seguramente pasamos más tiempo con ellos que con nuestra familia.
Este año digamos: ¡Basta! ¡No al síndrome postvacacional!
Seguro que si lo pensamos, cada una de nosotras tenemos muchísimos motivos para poder retomar nuestra rutina sin síndrome postvacacional, con energía, con ganas, con buen humor, pues las vacaciones se acaban pero…El mundo gira…y nosotr@s con él!!!
También volveremos a retomar nuestros hábitos de vida saludable…
Empezáremos por organizar nuestra agenda pensando que nuestra prioridad somos nosotras mismas, nos pondremos metas, como por ejemplo hacer ejercicio al aire libre aprovechando los días de solecito que quedan, perder esos kilitos que cogimos en vacaciones, hacer una visita a nuestro peluquero, al salón de belleza y ¿por qué no? una tarde de SPA con nuestra pareja nos relajará, al tiempo que nos ayudará a mantener la buena salud de nuestra relación
Aprovecharemos que todavía están puestas las terracitas para disfrutar de estas tardes-noches de verano cercano al otoño, que son muy… muy deliciosas.
De esta forma “despacio pero sin pausa” veremos cómo casi sin darnos cuenta, volvemos a retomar nuestra vida habitual, con fuerzas renovadas, con buen humor, nos sentiremos realizadas y plenas, pero sobre todo nos instalaremos en nuestra rutina sin sufrir el síndrome postvacacional.
FELIZ VUELTA DE VACACIONES
Colaborar comentando
Un saludo
Mari Carmen
.