En el post de hoy vamos a continuar con nuestra colección de publicaciones sobre el cáncer.
** En esta colección empezamos hablando sobre la relación que hay entre la alimentación y el cáncer, artículo en el que vimos que la alimentación sí influye en esta enfermedad, tal y como hace sólo unas semanas nos recordaban algunos medios de comunicación en relación a un estudio de investigación llevado a cabo en Barcelona.
** También hemos publicado sobre cómo mejorar nuestro sistema inmunológico para ponerle trabas al cáncer.
**Hoy, en este tercer análisis, seguimos avanzando un poco más sobre esta enfermedad, que nos preocupa, y de la que todavía desconocemos muchas cosas.
Vamos a intentar explicar qué son los radicales libres, cómo nos afectan en algunas graves enfermedades, y cual es su relación con los antioxidantes, pues se oye mucho hablar sobre estos términos pero desconocemos si todo el mundo sabe a qué se refieren.
Para ello empezamos por el principio, con la definición de algunos conceptos de química básica, explicando qué es el átomo.
1.- El átomo
El átomo es la partícula más pequeña de un elemento, es lo que constituye la materia.
Dos o más átomos forman una molécula. Por ejemplo, una molécula de agua (H2O) está formada por 2 átomos de hidrógeno y 1 átomo de oxígeno.
Las moléculas forman las células, que son las únicas que tienen vida propia. Realmente la célula es el elemento más pequeño que tiene vida propia, pues ni los átomos ni las moléculas la tienen.
Pero volvamos a los átomos para explicar qué son los radicales libres.
Recordando cómo está formado nuestro sistema solar, un átomo está constituido por un núcleo que está rodeado de unos electrones (con carga negativa) que giran a su alrededor, igual que la luna gira alrededor de la tierra, únicamente que el núcleo tiene más satélites, que serían los electrones.
Un poco más allá: el núcleo está compuesto por protones (con carga positiva) y neutrones (sin carga, son neutros, como indica su nombre). Los electrones que giran alrededor del núcleo tienen carga negativa y por ello permanecen unidos al núcleo, por la fuerza electromagnética de los protones.
Ya sabemos que la carga positiva de los protones del núcleo es lo que une a la carga negativa del electrón que gira alrededor del núcleo. El problema viene cuando el número de protones y electrones del átomo no es el mismo.
Un átomo con el mismo número de protones que de electrones es eléctricamente neutro.
Si por el contrario el átomo posee un exceso de protones o de electrones, su carga neta será positiva o negativa, y se denomina ion.
¿Qué pasa en nuestro organismo cuando hay ese desfase entre electrones y protones? Ese desfase es lo que vamos a explicar con los radicales libres. Lo vemos en el siguiente apartado.
Sigue leyendo, …. Ahora es cuando vas a empezar a entenderlo todo…
2.- Los radicales libres
Así es, ya hemos visto que el problema se genera cuando los átomos no tienen el mismo número de protones y de electrones. En ese momento es cuando aparecen los radicales libres, que son los átomos que tienen falta de algún electrón y lo que hacen es ir por el organismo intentando robar un electrón a otro átomo para alcanzar su “estabilidad”.
A este proceso se le conoce como oxidación o estrés oxidativo.
Cuando un átomo coge el electrón que le hace falta lo que ocurre es que se genera un átomo inestable que será un radical libre que, a su vez, buscará otro electrón para “robar”. Y así se entra en una cadena que poco a poco va destruyendo nuestras células.
Si los átomos no son estables tampoco lo serán las moléculas y, por lo tanto, no lo serán las células, provocando tanto el envejecimiento de las mismas como graves enfermedades (como puede ser el cáncer, Parkinson, Alzheimer, enfermedades cardiovasculares, diabetes, …).
La pregunta que nos hacemos en este punto es ¿por qué aparecen los radicales libres? Pues bien, las respuestas pueden ser varias:
En primer lugar hay que decir que los propios radicales libres aparecen en el cuerpo por que nuestro propio sistema inmune así lo ordena, para atacar virus o bacterias. Es decir que forma parte del sistema de defensa de nuestro propio organismo. Ahora bien, el problema es grave cuando los radicales libres aparecen por otros motivos.
En ocasiones puede deberse a una mala alimentación (bajo consumo de frutas y verduras, o excesivo consumo de grasas poliinsaturadas, hidrogenadas, grasas trans, alcohol, … )
También en la contaminación atmosférica: combustión de los motores, incluso el humo de los cigarrillos, …
En las radiaciones, los rayos ultravioletas del sol.
El estrés físico y emocional también pueden generar radicales libres.
La falta de ejercicio.
Dormir mal, la falta de sueño produce radicales libres y con ello el envejecimiento prematuro.
Algunas enfermedades o medicamentos.
Biológicamente los radicales libres tienen una vida muy muy corta (son microsegundos), pero en ese poco tiempo son capaces de dañar a todo lo que encuentra a su alrededor.
Por ejemplo ¿os habéis dado cuenta que cuando dormimos mal nos levantamos con peor aspecto, la piel de la cara no brilla, incluso tenemos más arrugas, nos salen ojeras, …? Son los efectos que tienen los radicales libres en el colágeno de la piel y que hace que se acelere su envejecimiento.
Y es aquí cuando entran en función los llamados antioxidantes.
Seguimos. Ya vas entendiendo más, ¿verdad?
3.- Los antioxidantes
Como hemos mencionado, realmente las reacciones químicas de los radicales libres las tenemos constantemente en nuestras células y son necesarias para la salud, con ellos combatimos algunas bacterias y virus y, por lo tanto, enfermedades. Es decir, tener radicales libres en nuestro cuerpo es normal. Lo que ocurre es que este proceso debe estar controlado por la acción de los antioxidantes.
Los antioxidantes son sustancias capaces de liberar electrones en nuestra sangre. De este modo estos electrones serán captados por los radicales libres que los necesitan, convirtiéndose de nuevo en átomos estables.
Y ya hemos cerrado el círculo, los antioxidantes nos ayudan a luchar contra los radicales libres que son los que causantes de graves enfermedades y de nuestro propio envejecimiento.
Los antioxidantes se encuentran en nuestra alimentación.
¿Cuales son los alimentos con mayores antioxidantes? Sobre todo son aquellos que tienen en su valor nutricional altos contenidos en vitamina C, vitamina E, beta-carotenos (o pro-vitamina A), y vitamina A.
Frutas: kiwi, limón, naranja, pomelo, granada, frambuesas, arándanos, fresas, grosellas, aguacate, mango, cerezas, melón, manzanas,…
Vegetales: brócoli, coles de Bruselas, coliflor, tomate, pimiento, boniato, calabaza, remolacha, espárragos, espinacas, zanahoria, lechuga, …
Otros: aceite de oliva, frutos secos, cereales, germen de trigo, huevos, bacalao, ajo, …
Una alimentación variada, y sobre todo rica en frutas y verduras, nos permitirá cubrir nuestras necesidades de antioxidantes para combatir los radicales libres.
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