Se trata de una planta que cuenta con varias especies - todas ellas pertenecientes a la familia Amaranthaceae - que, junto con la quinoa y maíz, fueron unos de los más populares y estaban presentes en la dieta de los incas y aztecas, ya hace más de 3000 años. El amaranto es, de hecho, uno de los alimentos que se utiliza desde la antigüedad a pesar de que fue olvidado durante mucho tiempo y más tarde redescubierto en los EE.UU., en los años sesenta. Además era considerado sagrado por los romanos y los griegos.
El amaranto hoy se cultiva en todo el mundo y es apreciado por sus múltiples características y calidad nutricional, pero también se utiliza con fines ornamentales.
¿Cuáles son sus propiedades beneficiosas, nutricionales, medicinales y terapéuticas?
El amaranto está libre de gluten, por lo tanto, es adecuado para aquellos que sufren de celíaca. Además es rico en fibra. Esta característica hace que sea altamente digestible y útil para aquellos que sufren de problemas intestinales, a la vez que lo hace muy adecuado para la alimentación de los niños y los ancianos.
Se trata de un alimento rico en proteínas que hace que sea perfecto para los vegetarianos y veganos, que siguen una dieta libre de productos animales.
El amaranto puede ser considerado como un aliado para el sistema inmunológico.
De acuerdo con algunos estudios como el que llevaron a cabo el Functional Foods Center de Dallas (EE.UU.), la Universidad Estatal de Voronezh (Rusia) y el Instituto Estatal de Nutrición de la Academia Rusa de Ciencias Médicas, en Moscú, que indican el valor preventivo y terapéutico del aceite de amaranto para el sistema cardiovascular. El amaranto es capaz de reducir el colesterol total y el LDL gracias a su contenido en fitosteroles, lo cual también lo convierte en un aliado para combatir la presión arterial alta.
Destaca sobretodo por su poder energizante y porque es fácilmente digerible, como he mencionado antes, y por tanto es adecuado para añadirlo en la dieta durante estados de convalecencia, trastornos gastrointestinales y cómo alimento de apoyo durante tratamientos de diversas enfermedades tales como el cáncer.
No debemos olvidar su capacidad para combatir la anemia. Sus hojas y sus semillas son ricas en hierro (contienen cantidades más altas que las espinacas) y es capaz de contrarrestar la escasez de este mineral.
Propiedades nutricionales
El amaranto contiene:
Sales minerales: hierro, magnesio, sodio, potasio, fósforo y calcio.
Vitaminas:las del grupo B y C.
Ácido glutámico, lisina, alanina, serina, arginina, ácido aspártico...
Proteínas.
Fitoesteroles.
Fibra.
Debido a su apariencia y su uso alimentario se suele asociar a los cereales pero en realidad pertenece a otra familia. 100 gramos de amaranto contienen, a continuación, alrededor de 371 calorías.
En el siguiente vídeo os dejo más información del amaranto y una receta:
Contraindicaciones
El amaranto no causa efectos secundarios particulares, excepto en el caso de alergias o intolerancias.
De todas formas, dado su alto contenido en proteínas, lo mejor es no excederse en su consumo, especialmente cuando se combina con productos de origen animal.
Además, la presencia de ácido oxálico es considerable y hace que este alimento no se recomiende para aquellos que sufren de enfermedad renal, gota o artritis reumatoide.
Por último recordar que es mejor optar por el amaranto de origen biológico, ya que no hay sustancias nocivas para la salud.