Todo ser humano sufre, de algún modo, los cambios propios de paso de estación del verano al otoño ya que este tiempo contrasta con el ambiente propio de la época estival. El trastorno afectivo estacional es una de las alteraciones del estado de ánimo más diagnosticadas durante este tiempo. En la mayoría de los casos, los síntomas del malestar otoñal quedan en una anécdota pasajera. Sin embargo, en algunos casos, el malestar puede tornarse más crónico. ¿Cuáles son los beneficios del ejercicio físico frente a esta depresión otoñal?
1. Disfrutar de la luz natural
Es cierto que los días de otoño son más cortos, sin embargo, puedes disfrutar de la luz natural durante un buen margen de tiempo. Y dar un paseo es una rutina sencilla y muy económica que puedes poner en práctica para motivarte a ti mismo.
2. El ejercicio físico eleva los niveles de felicidad
Más allá de la tentación del sedentarismo, el plan de quedarte en casa viendo una película bien abrigado con una manta, es apetecible cuando no se convierte en la rutina constante. Por tanto, el ejercicio físico nos da la vida en cualquier estación del año. Y el otoño te regala grandes oportunidades de paseo porque la ciudad y los lugares que recorres cada día se transforman por completo gracias a una alfombra de hojas.
3. Relación social
Un paseo es una rutina que puedes compartir en pareja, con amigos o incluso en solitario. En cualquier forma, salir a pasear es una rutina social muy agradable. Por tanto, disfrútala en todas las formas y matices ya que así también rompes el contraste. Durante el otoño, los tiempos de ocio son menos frecuentes que en verano. Sin embargo, quedar para pasear es un plan práctico para el encuentro. Y además, puedes aprovechar el trayecto para hacer algunos recados.
4. Recibir estímulos naturales
El hogar es un espacio de bienestar, sin embargo, el otoño no significa estar en casa durante todo el tiempo. Por tanto, salir a pasear significa recibir estímulos que te permiten disfrutar de placeres tan importantes como las emociones estéticas que nacen de la observación de la naturaleza. Incluso los aromas del otoño son diferentes, como por ejemplo, el olor a humedad en las calles.
5. Antídoto frente al estrés
Esta también es una buena terapia frente al estrés. La vuelta a la rutina del mes de septiembre puede ser especialmente agobiante puesto que esto significa retomar los compromisos profesionales, las exigencias laborales y el reto de la conciliación. Sin embargo, al pasear tienes un espacio para ti, te distraes porque tu mente se evade de las preocupaciones diarias y cuando vuelvas a casa, te sentirás mejor que cuando saliste. Esto es algo casi matemático. Y pasear es una medicina natural para el cuerpo y la mente, una medicina que practicada de forma positiva, no producen ningún efecto secundario adverso.
Los paseos ayudan a romper la apatía otoñal. Por tanto, fomenta la actividad, pon en práctica el hábito del deporte, disfruta.