Con respecto al ejercicio, seguro que intentas modificar tu horario para sacar un rato y poder ejercitarte (ya sea acudiendo al gimnasio o saliendo a caminar). En definitiva, que intentamos abordar todos los aspectos que implican perder grasa como es debido, cosa que está muy bien, pero hay algo que se nos olvida, y para mi representa el 80% de los casos de fracaso absoluto.
Y ojo, no estoy diciendo que los pasos anteriores sean inútiles, de hecho yo soy el primero que os habla de todo ello, de sacar las kcal diarias que necesitamos, de hacer un ejercicio realmente efectivo, etc. Solo que nos tenemos que preparar para algo que va a ocurrir sí o sí: Los momentos de debilidad.
En esos momentos es cuando se demuestra realmente si estás comprometido contigo mismo a alcanzar el peso que debes, o si por el contrario ese compromiso es débil y está abocado al fracaso.
Particularmente, esos momentos de debilidad han hecho que esté toda la vida subiendo y bajando de peso, sin llegar nunca a alcanzar el éxito. Llevo toda la vida “viéndome mal”, gordo, torpe, acomplejado … Bueno, qué os voy a decir que no sepáis ya. Resumiendo, que para mi esos momentos de debilidad han sido mi talón de Aquiles, lo que me ha hecho estar toda la vida igual … Así que he tenido que buscarme mis artimañas para vencerlos.
Los trucos que os voy a exponer puede ser que en algún momento os parezcan crueles e incluso infantiles, pero créeme que son muy poderosos (al menos a mi me funcionan muy bien). Lo único que quiero es que a vosotros también os echen una mano a conseguir vuestro peso perfecto.
Primer truco: Piensa en cómo está disfrutando tu peor enemigo
Todos tenemos a alguien en nuestra vida que nos ha jodido en algún sentido. Puede ser un compañero de trabajo que nos la jugó, puede ser un familiar que nos ha hecho la vida imposible, puede ser una ex que se acabó tirando a tu jefe … Vamos, que seguro que a todos se nos viene a la mente alguien así.
Cuando tengo ganas de comer algo prohibido, cuando estoy tan agusto en el sofá viendo la tele y se acerca la hora de ir al gimnasio … Pienso en que esa persona me está mirando a escondidas, y que sabe lo que pienso y en lo que debería hacer pero no hago, y en lo tremendamente alegre que se pone cuando ve que soy un fracasado, que no tengo los cojones necesarios para levantarme del sofá para ir al gym o para decir que “no” a esa comida.
En ese momento me sale como una furia interior que hace que me levante del sofá, que me ponga la ropa de deporte y tire para la calle. Hace que pueda decir que “no” a esa comida, con la boca bien grande, sin ningún remordimiento y sintiéndome orgulloso de mi mismo.
Es una forma de hacerle un “Zas! En toda la boca” a esa persona odiada por mi y que me está mirando a escondidas. Además, el hecho de imaginarme que algún día me lo cruce por la calle (en la vida real) y me vea tan delgado y estupendo … Oooh, es algo que me pone cachondo.
Segundo truco: Mira esa comida como lo que realmente es, veneno para ti
Veneno para ti en todos los sentidos.
Es “veneno” porque ahora mismo no te interesa comerla, va a hacer que no pierdas grasa, que estés igual de pesado siempre, que seas torpe, que te cueste abrocharte los cordones de los zapatos …
Además, esa comida que ahora vas a “disfrutar” va a impedirte disfrutarla sin ningún remordimiento en un futuro. Va a alargar tu plan de adelgazamiento indefinidamente (algunos llevamos años así) y en definitiva, va a hacer que estés siempre en ese terrible círculo vicioso de adelgazar-pecar-engordar.
Tiene buena pinta esa hamburguesa nueva que ha sacado una famosa cadena de comida rápida, ¿verdad? Pues está hecha a propósito para que piques, para que te envenenes, para que la comas y siempre estés igual (subiendo de peso, bajando …). Es veneno. Métetelo en la cabeza. VENENO.
Vale, seguramente no te mate como el veneno convencional, pero ¿no es una forma de quitarte vida?
Tercer truco: Mírate en perspectiva y comprueba por ti mismo lo increíblemente patético que resulta
Para mi este es el truco más cruel, pero a su vez efectivo.
Debo confesar que en mis malos tiempos, y siempre en más de una ocasión, he parado en un Mc Auto para pedirme todo lo que mi instinto cerdil demandaba. Así pues, me pedía el típico menú, más algún extra, para comerlo todo ello en el coche, de mala manera, casi sin masticar.
Y esto es solo un ejemplo, pero seguro que a vosotros queridos lectores en algún momento os ha pasado algo así, ya sea en el coche, comiendo un menú de comida rápida, o en casa, con algún atracón de comida nada beneficiosa para ti.
En esos momentos, me gustaría que os viéseis en tercera persona, como si otro “yo” saliese de vuestro cuerpo y os viéseis a vosotros mismos en esa situación.
¿No es realmente patético y triste ver esa estampa? Sí, patético y TRISTE. Y ojo, sois vosotros quienes estáis protagonizando la escena!
Imagináos mi caso: Un gordaco con muchos kilos de sobrepeso, comiendo como un cerdo dentro de un coche, aparcado en un descampado para que nadie le vea. Comiendo a espaldas de su familia a la que tantas veces ha jurado y perjurado que iba a cuidarse, que iba a comer bien, que iba a hacer deporte … ¿No os da lástima?
¿Os sentís identificados con mi caso? Estoy SEGURO de que en alguna ocasión habéis vivido en primera persona algo así, ya sea comiendo fuera, o en vuestra propia casa cuando no hay nadie.
De verdad, imagináos la estampa. ¿Queréis pasar toda la vida de esa manera? ¿No os avergonzáis? Pues la próxima vez que tengáis tentación de hacer algo así, haced este ejercicio de veros en tercera persona, ya veréis cómo tiráis esa basura de comida, ese veneno, muy lejos, lejísimos.
En resumen
¿Llevas toda la vida a dieta sin resultados? ¿Sabes que tu problema reside en esos atracones que te das a escondidas?
A partir de ahora, vas a dejar de envenenarte. No vas a darle el placer a tu mayor enemigo de ver cómo te autodestruyes, y en los momentos de mayor debilidad, vas a mirarte en tercera persona para vencer a esa tentación que está surgiendo de ti.
Te aseguro que estos trucos psicológicos son el secreto para llevar un estilo de vida 100% saludable. Si los incorporas a tu vida diaria, vas a comenzar a ver resultados desde el primer día. Comenzarás a ver la comida desde otra perspectiva, y en definitiva, solo será cuestión de tiempo el conseguir ese cuerpo libre de grasas tan molestas y antisaludables!
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