En la siguiente entrada te enseñaremos a practicar algunos ejercicio de mindfulness para poder combatir la ansiedad. Recordemos que el mindfulness podemos interpretarlo como conciencia plena o atención plena, es la capacidad que tienen las personas de estar en el presente y de recordarnos el hecho estar ubicados en el ahora.
Gracias a esta disciplina se desarrolla la habilidad de estar en el aquí y en el ahora, evitando que nuestra mente viaje al pasado o al futuro. Gracias a esta habilidad podemos ser conscientes de hacia dónde queremos ir y cuáles serán nuestras metas.
Si algo que está sucediendo en nuestro presente nos disgusta, practicando esta disciplina iremos aprendiendo a no repetirlo. Uno de los problemas puede ser es que en muchos casos tenemos la tendencia a perdernos en el flujo de los pensamientos que corresponden a un pasado que ya dejó de existir, un pasado que no podemos modificar.
Otra tendencia que solemos tener es estar temerosos con los pensamientos de futuro, queriendo controlar lo que aun no ha pasado.
Gracias a la práctica del mindfulness aprenderemos a darnos cuenta que lo único real que tenemos es el presente, el ahora. El resto de los momentos, el pasado o el futuro, solo existen en nuestra imaginación. Así se podrá comenzar a sentir la experiencia inmediata, sin otorgarle un juicio de valor, solo aceptándola con los cinco sentidos, liberando las emociones que pueden ser innecesarias, como la preocupación al futuro o la culpa del pasado.
Comenzaremos por entender que la ansiedad no es mala. No deberemos juzgarla, sino entender su función y usarla para nuestro beneficio.
En primer lugar te invitamos a que tomes una ducha. Sabemos que esto no es un ejercicio de mindfulness, pero será una buena excusa para que puedas alcanzar la atención plena. Solo será necesario concentrarse y disfrutar de las sensaciones que dará el agua, el jabón, etc. Los pensamientos solo deberán estar enfocados en el acto de ducharte.
La idea es poner la mente en todo ‘principiante’, como si nunca en la vida se hubiera tomado una ducha, disfrutando de cada uno de los elementos, prestando atención en cada una de las cosas que implica este acto.