A la hora de tomar la decisión de vencer la pereza, debemos tener en cuenta que no es tarea sencilla. Instalarse en el aquí y ahora, en el tiempo en el que habitas realmente, que no es otro que el instante presente, es una ayuda para comenzar la labor de no dejar las cosas siempre para mañana. Detrás de esa pereza, está la procastinación y en ella un sentimiento oculto de miedo al fracaso. Vencer la pereza es un trabajo de conciencia. Nuestra constante rumia mental provoca un estrés psicológico que no facilita el encuentro ecuánime, pausado, sereno y consciente del instante presente, y por lo tanto, sumidos en un continuo estrés, tendemos a dejar todo para mañana porque, en el fondo, o tenemos instalado el chip del fracaso o sostenemos con nuestro tiempo una mala relación que hace que vencer la pereza sea una labor titánica que siempre estamos dejando para mañana. Desde la práctica de mindfulness o atención plena, es posible comenzar a ver que "dejar las cosas para mañana" no lleva más que a la acumulación de cosas que provocará que nos sintamos más estresados aún y con más miedo al fracaso. Te ofrezco 5 sencillas claves que te ayudarán a salir de la zona de confort (ver video) en la que la pereza se instala y te servirán para ver que lo del fracaso es un "autoinvento" para no sentir lo que verdaderamente nos ofrece la vida que es la libertad de SER, ESTAR y HACER desde el aquí y ahora.
Las cinco claves para vencer la pereza sin morir en el intento
1.- Instalarte en el aquí y ahora. El estado continuado de "rumia mental" en el que normalmente nos hayamos, nos sitúa en un continuo espacio de estrés mental que dificulta la toma de decisiones. Al estar constantemente entre el pasado que ya fue y el futuro que no termina de llegar, sumados a la constante aceleración del tiempo que vivimos, provoca un sentimiento de frustración y de miedo ante los que no disponemos de suficientes claves para salir. Dejar para mañana lo que tendrías que hacer hoy es, en realidad, un síntoma de que la pereza se ha instalado en tus días. Vencer la pereza que te atenaza es dar el paso para trabajar tu atención y situarla en el instante presente. Desde ahí podrás disponer de una mayor ecuanimidad, paz mental y equilibrio para gestionar mejor tu tiempo y abandonar el miedo al fracaso que, en realidad, es lo que hace que procastinemos constantemente. Es desde el aquí y ahora desde donde podemos alcanzar nuestros objetivos y metas
2.- Organiza tu tiempo. Vencer la pereza, tiene mucho de gestión del tiempo. En la era de la globalización en la que vivimos, la titánica lucha que establecemos contra el tiempo, hace que vayamos dejando todo para el día siguiente, porque no somos conscientes de nuestras acciones en el aquí y ahora. Piensa que dispones de 24 horas que tienes que aprender a gestionar, y que si quitas las que utilizas para dormir y las que vienen "empaquetadas" por las obligaciones, te restan no demasiadas para dedicártelas a ti. Entre todas esa horas, al verte cargado/a de actividades que muchas veces, ni siquiera elige, provoca una tensión acumulativa que te impide vencer la pereza en la que te encuentras. Por lo tanto, una de las primeras cosas que debes hacer para dejar de procastinar, es aprender a gestionar bien tu tiempo y a ser consciente de su paso. Te recomiendo un sencillo ejercicio para que empieces a aprender a parar y tomar conciencia del instante presente. (VER TÉCNICAS PARA VIVIR EL PRESENTE)
3.- Juega con las minimetas. Muchas veces procastinamos porque nos obligamos o nos ponemos metas y actividades demasiado ambiciosas (no está mal) pero las pretendemos realizar en pasos gigantes y no nos preocupamos de visualizarlas desde un punto de vista más humano; más de andar por casa. Si lo que quieres es vencer la pereza que te lleva a estar constantemente procastinando, lo mejor que puedes hacer es descomponer esas metas, acciones u objetivos en metas más pequeñas. Las "minimetas" serán tus aliadas para ir dejando de postergar actividades. Es la técnica Kayzen que, por ejemplo, se utiliza en la empresa y que tu puedes también instalar en tu forma de hacer. Aquí puedes ver una buena explicación (LA TÉCNICA KAIZEN)
4.- La técnica del pos-it. ¿Conoces esos papelitos de colores que, aunque dispongamos de móviles, tablets, ordenadores y otros dispositivos electrónicos, todos tenemos pegados en todas partes para no olvidar cosas?. ¡¡si claro!! Son los posits. Bien, cuando me trasladé a vivir a Granada desde Madrid allá por el verano del 2007, tuve que recomenzar mi vida en un lugar en el que apenas conocía a nadie y no tenía actividad ninguna. Había llegado para empezar de nuevo. Pues bien, cada tarde, en un posit, anotaba acciones, actividades y cosas que tenía que hacer, obligatoriamente, al día siguiente para escapar de caer en la zona de confort. Me hacía una pequeña lista de acciones sencillas e incluso que tuvieran que ver con la cotidianidad. Esa "simpleza" me ayudó a marcarme metas creíbles, sencillas, pero que me permitieron vivir con plenitud el inicio de una nueva vida. Te recomiendo que cada tarde/noche, antes de acostarte, realices un pequeño repaso por las cosas que tienes que hacer y te hagas una lista en un posit que habrás de cumplimentar al día siguiente. Será un pequeño juego que realizarás para vencer la pereza. Entre actividad y actividad, te recomiendo que establezcas alguna pausa para tomar conciencia de tu respiración y de tu cuerpo. Será tu antídoto contra el estrés.
5.- Pulsa el start de la acción. Como cuando llega el año nuevo o después de unas vacaciones y nos ponemos "las pilas" pensando en las cosas que vamos a hacer de nuevo y estableciéndonos metas y objetivos que pensamos cumplir durante el año, establécete un día en el que tomarás como inicio para vencer la pereza. Es el día en el que vas a dejar de procastinar. Es el día en el que vas a pulsar el botón de "start" de tu nueva vida. ¿Estás preparado o preparada?. ¡¡pues vamos a ello!!
Espero que estos sencillos pasos, te lleven por el camino de vencer la pereza que termina agobiándote por no ser capaz de llevar a cabo aquellas cosas que te propones. Al fin y al cabo, dejar que las cosas vayan pasando, es un acto de "avestrucismo" que, en vez de solucionar las cosas, las va complicando con el paso del tiempo. Instalarte en el aquí y en el ahora a través de la práctica de la atención plena, te reportará muy buenos beneficios para saber que no debemos "dejar para mañana lo que tenemos que hacer hoy" y hacerlo desde la serenidad y la paz interior que supone activar el foco de nuestra conciencia en lo que hago ahora mismo, porque lo extraordinario está en lo cotidiano.
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