La rotación de la Tierra alrededor del Sol provoca ciclos de luz y oscuridad, cambios de la temperatura ambiental que tienen una duración de 24 horas. En los organismos, la evolución ha provocado que muchos de los procesos biológicos estén coordinados con estos ciclos periódicos de luz-oscuridad, para que nos adaptemos a las circunstancias de la mejor forma posible. Estos ciclos biológicos se conocen como ritmo circadiano.
En los humanos y en el resto de los mamíferos, los ritmos del reloj los regula la luz. Cuando nuestros ojos perciben luz, envían señales al cerebro comunicándole que es de día, y lo contrario ocurre cuando no detectan luz. Por tanto, el cerebro se comporta como el coordinador central de los procesos circadianos, pero no es el único responsable de que ocurran estos ciclos. Absolutamente todos los órganos (riñon, hígado) de los mamíferos tienen sus propios ritmos circadianos, y su regulación se lleva a cabo a nivel general por el cerebro, y a nivel local por el propio órgano. Por supuesto, la piel también tiene sus propios ritmos.
Como hemos comentado, la luz es el estímulo más importante a nivel central para regular los ritmos circadianos. Sin embargo, la piel está constantemente expuesta a otros factores ambientales como la temperatura, humedad o radiación UV, y por ello, no es raro que todos estos factores también tengan capacidad para cambiar las propiedades de la piel a lo largo del día.
Los factores ambientales pueden cambiar gran cantidad de situaciones metabólicas y fisiológicas. A continuación te muestro las más importantes:
Renovación de la epidermis
La piel está formada por una capa externa llamada epidermis que está en constante proliferación. Diariamente se forman nuevas células y otras ya muertas se van desprendiendo. Se ha observado que los ritmos diarios de la piel tienen capacidad para regular estos procesos. Durante el día, estamos expuestos a la radiación UV proveniente del sol, y hay una menor división celular (menor proliferación), y lo contrario ocurre por la noche.
Como todos sabemos, la luz UV es un agente pro cancerígeno. Cuando la luz UV incide sobre el ADN de las células de la piel, puede producir cambios en la secuencia e inducir los cánceres de la piel. Se sabe que cuando las células están proliferando, la probabilidad de que la luz UV induzca un problema en el ADN (una mutación) es mucho mayor.
Nuestro organismo se ha adaptado durante la evolución para que la proliferación celular se produzca mayormente por la noche, cuando la incidencia UV es baja o nula.
Reparación de la piel
Los procesos de reparación de la piel ocurren de forma muy acentuada durante la noche. Los ritmos circadianos regulan muchos procesos encaminados en este sentido:
aumenta la circulación sanguínea en la piel por la noche, de tal forma que mayor cantidad de nutrientes alcanzan la piel. Esto se hace evidente con el aumento de la temperatura de la piel nocturna.
aumenta la permeabilidad de la piel por la noche. Este hecho permite que los nutrientes alcancen el lugar concreto de la piel donde tengan que actuar.
aumenta la reparación del ADN. Todos los daños acumulados durante el día en el ADN se repararán por la noche.
La explicación de por qué esto es así, va un poco encaminada como el ejemplo anterior. Para la reparación del ADN, se tienen que dar una serie de procesos que lo hacen más susceptibles a la aparición de mutaciones, por ello, mejor que sea en circunstancias donde no haya radiación UV.
Añadido a esto, los procesos de reparación requieren gran cantidad de energía. Durante el día la actividad es mucho mayor, y por ello es mejor utilizar nuestras reservas de energía en otros menesteres. El organismo le da mayor prioridad a otros tareas.
Estas situaciones tienen su trascendencia fisiológica y sus desventajas. Por ejemplo, cuando un alérgeno o una sustancia irritativa interacciona con la piel, será por la noche cuando más pique, ya que la permeabilidad de la piel aumentará, y su efecto será mayor.
Sin embargo, tener estos conocimientos también puede suponer un arma a nuestro favor a nivel cosmético. Cremas nutritivas, reparadoras, redensificantes, antiarrugas debemos priorizar su utilización por la noche. El aumento de la permeabilidad de la piel permitirá que el efecto alcanzado con la misma dosis sea mucho mayor. Por ello, cuando nos pongamos una de estas cremas únicamente una vez al día, mejor por la noche.