Los suplementos alimenticios, nutricionales o dietéticos, tal como indica su nombre, son productos que fueron creados con el fin de complementar a la alimentación o la dieta que estés manteniendo. Entre sus ingredientes, podemos contabilizar a los minerales, ácidos grasos, aminoácidos, vitaminas y enzimas.
Ten muy presente que estos suplementos nutricionales no son medicamentos y, por lo tanto, no deben ser utilizados como tales. Cierto es que, en algunas oportunidades, se comercializan de esa manera, haciéndose publicidades sobre ellos como que están habilitados para aliviar síntomas o también curar enfermedades. Lo real es que esto resulta falso.
Otro error muy común es que se los piensa a estos suplementos como para reemplazar a las comidas convencionales. Este sería un segundo error muy importante. Pues, como dice su nombre, son suplementos, no el nutriente principal que debe aportarnos una buena alimentación.
Ahora bien, este suplemento es sabido que se presentan como cápsulas, perlas, polvos y líquidos. Y en todos los casos se recomienda una dosis diaria de su consumo.
Seguramente, en este punto, te habrás preguntado si de verdad son efectivos estos suplementos nutricionales. Lo cierto es que como están indicados para el organismo humano, y las reacciones en él son muy diversas a los diferentes tipos de estímulos según cada persona, debemos cumplir con la obligación de decirte que los resultados de su eficacia pueden ser realmente muy altos en muchos casos, como también inexistentes en otros tantos.
Casos de alta eficacia son los del ácido fólico para embarazadas, así como también el calcio para ayudar a reducir la presión sanguínea. Y, por el contrario, el Omega 3 y el aceite de pescado ha demostrado muy poca evidencia de eficacia.
Los suplementos nutricionales suelen recomendarse para equilibrar una dieta, pero esto no significa que sean sustitutivos de ésta. Sí es cierto que pueden ayudar a suprimir deficiencias propias de la alimentación, ya sea por alguna enfermedad o porque esta alimentación no es la adecuada o resulta insuficiente en algún aspecto.
En el caso puntual de las mujeres embarazadas, existe un déficit del ácido fólico, que es la vitamina B9, y esto puede repercutir en problemas para el desarrollo óptimo del feto. Es por ello que es recomendable el consumo de ciertos suplementos, ya sea antes, durante y después de la concepción.
También, en estos casos, es aconsejable el consumo de hierro, con el fin de prevenir la anemia ferropénica, así como los suplementos de yodo, que ayudarán a un correcto desarrollo cerebral del bebé en gestación.
El caso de los ancianos y personas de la tercera edad también muchas veces es reconocido en este sentido. Es por ello que aparecen factores como la falta de apetito y la menor absorción de vitaminas y nutrientes, por lo que la suplementación alimenticia se vuelve un factor muy importante para el uso diario.