Gratitud: “estado de lucidez y presencia donde nos permitimos apreciar lo que siempre tuvimos”.
Ser agradecido es una de las formas más simples para sentirse mejor. Todos los días de la vida están llenos de experiencias, unas positivas y otras negativas. Sin embargo, se puede aprender de ellas con una actitud de agradecimiento al bien recibido y a la lección adquirida. Esto puede ser una fuente de salud y bienestar. Cuando se agradece hay una apreciación de los aspectos positivos de la situación que se está viviendo en la actualidad.
La gratitud ayuda en gran medida a transformar las emociones autodestructivas en curativas. Múltiples estudios sobre el agradecimiento han llegado a la conclusión de que los sentimientos de gratitud son sumamente útiles para ayudar a la gente a encarar las dificultades de la vida cotidiana –en particular el estrés– y para elevar la autoestima.
Se piensa que la gratitud es cuestión de buenos modales, pero no solamente con decir gracias a una persona se es alguien agradecido. Es tener una actitud de reciprocidad con el otro, con quien ha prestado un servicio o una ayuda. Es valorar todo aquello que nos hace sentir felices, completos, realizados, justos; voltear a ver la historia personal para tomar en cuenta las ayudas recibidas, las respuestas positivas que propiciaron un bienestar.
Las personas agradecidas tienden a ser más vitales y optimistas, padecen menos ansiedad y experimentan menos episodios de depresión que la población en general. El ser agradecido a e un abanico enorme de posibilidades, ya que se puede poner en práctica no sólo con las personas con las que se tienen lazos afectivos de simpatía, amor, o buena relación laboral, sino también con las que producen desagrado, mejorando así las relaciones interpersonales.
Se ha comprobado además que el agradecimiento aumenta la producción de los siguientes neurotransmisores: serotonina y norepinefrina (encargadas del estado de ánimo), testosterona (encargada de la reproducción), oxitocina (encargada de la cohesión social), dopamina (encargada del placer y la cognición), y cortisol (encargado de los niveles de estrés), entre otros; y que beneficia al cerebro de manera directa, pues al tener mejor estado de ánimo se engrandecen las relaciones interpersonales, se puede experimentar mayor placer y mejores niveles de estrés; como si se tomara un medicamento que regulara las funciones y transformara el estado de ánimo.
Vale decir, sobran evidencias de que ser agradecido no sólo ayuda en las relaciones personales, sino que proporciona salud y bienestar a nivel físico.
La gratitud nos eleva. El campo magnético se expande. Si queremos ser maestros en el arte de atraer debemos ser maestros en el arte de agradecer. Para ello resulta esencial vivir la gratitud en nuestro interior, reconocer cuando no lo estamos siendo; agradecer aquello que deseamos cuando lo vemos en otras personas; volvernos agradecidos con nuestro pasado y verlo como una oportunidad para crecer; agradecer el futuro antes de que suceda, por mantenernos inspirados; agradecer lo que ocurrió durante el día y que nos brindó la oportunidad de comprender, perdonar y aprender; agradecer nuestro presente porque ya somos quienes queremos ser: inocencia y amor.
La gratitud pone en coherencia nuestra mente, cuerpo y espíritu. Nuestra fe y gratitud antes de que el deseo suceda, hace que termine manifestándose. Estamos en la vida para aprender, disfrutar, dar. Cuando uno da un paso hacia Dios, él da cien pasos hacia nosotros. Demos ese paso agradeciendo en paz y compartamos la plenitud que ello nos brinda.
Les propongo un ejercicio que ayudará a desarrollar el sentimiento de agradecimiento, con el fin de alcanzar los beneficios antes mencionados. Es simple y requiere del compromiso diario durante un mes.
Consiste en escribir diariamente de 25 a 30 razones por las cuales se esté agradecido en ese día, en las diferentes áreas: dinero, salud, carrera o profesión, relaciones, recreación, etc.
Luego, se debe de hacer la siguiente pregunta ¿hubo algún problema para encontrar mínimo 25 razones? Si la respuesta fuera afirmativa, se realizará un ejercicio complementario para revelar las áreas de la vida en las cuales no se está completamente satisfecho.
Un ejemplo sería: el coche que no funciona, los movimientos de cuenta no aumentan, el jefe que llega con mala actitud, el proyecto que no aprueban, etc. A esta lista se hará una lista anexa cambiando la percepción y agradeciendo lo positivo que se observa, por ejemplo: agradecido porque se tiene un auto, agradecido porque se cuenta con un ingreso para pagar, agradecido porque se tiene empleo y así con todo lo escrito en esa lista.
El objetivo de hacer ejercicios es crear un hábito de agradecer por todas y cada una de las cosas que se viven. Si se toman en cuenta los beneficios que se obtienen a nivel físico y emocional, se puede ganar mucho con este simple acto de agradecer y gozar de una mejoría en todos los aspectos de la vida.
La biodescodificación prepara a la mente para vivir en un estado de gratitud. Nos muestra cómo usar la actitud mental de agradecer para sanar el pasado, crear el futuro y vivir el presente.
Aquí abajo encontrarás algunas preguntas que ayudarán a poner en práctica y experimentar los milagros que ocurren al sentir gratitud:
¿Qué es para ti la gratitud? ¿Por qué cosas te sientes agradecido/a hoy?
¿Qué cosas podrías empezar a hacer en tu vida diaria para incorporar un sistema de pensamiento dirigido por la gratitud?
¿Qué es lo que hacen las personas que tú conoces y consideras que están siendo personas agradecidas? ¿Qué puedes aprender de ellas?
Gracias por acompañarnos en este camino de amor y unidad.
Nota: El artículo ha sido publicado originalmente en Saludterapia.