Muchas filosofías y religiones hablan del agradecimiento. Y si queremos mejorar nuestro estado de ánimo y la visión de nosotros mismos, ésta actitud puede contribuir bastante. A continuación te explico:
Espiritualmente se sabe que para recibir, hay que dar, y no solamente hay que dar algo material, sino el dar GRACIAS por lo que tengo, me hace apreciar el valor de las cosas así como el goce de las mismas, por lo tanto, me hace una persona preparada para recibir más. ¿Cómo podrá alguien confiarme algo si no hago más que hablar pestes de lo que hay?
El agradecer ayuda a fortalecer relaciones interpersonales más positivas y empáticas, esto es, respetuosas de los sentimientos y necesidades de los demás. ¿Cómo te comportarías atendiendo a una persona que llegó con mala cara y actitud a pedirte algo en otra ocasión? ¿Cómo actúas con alguien que anteriormente se presentó de manera agradable y sobre todo, que te dio las gracias?
Ser agradecido también despierta nuestro lado humilde. Nadie es todopoderoso ni tiene derecho a pasar por encima de los demás. Cuando soy agradecido, reconozco el esfuerzo y la labor o servicio que otros hacen por mí y que me ayudan en mi vida diaria.
Ayuda a mantener una actitud más esperanzadora del futuro. Si doy gracias todos los días por lo que tengo, llego a sentirme confiado en que llegarán igualmente cosas buenas mañana. Eso ayuda mucho a la ansiedad.
Me ayuda a ser feliz. Si dejo de concentrarme en lo que me falta, ¿para qué preocuparme en exceso y sentido por lo que no tengo?
Te dejo de tarea, que cada día antes de dormir, anotes o por lo menos pienses, 5 cosas por las que estás agradecido este día. Practícalo todos los días, por lo menos durante dos semanas. Notarás la diferencia.
Espero tus comentarios y si asumiste el reto, ¿qué tal te fue? Comparte en tus redes sociales.