Son muchas las veces que nos notamos más hinchados, nos pesamos y vemos que nuestro peso ha aumentado. Hemos comido saludablemente o hemos realizado mucho deporte y, aún así, no hemos conseguido mantenernos en nuestro peso o adelgazar.
La retención de líquidos (o hidropesía) y el sobrepeso se encuentran íntimamente relacionados. Así que es posible que no se deba a una mala alimentación, sino a una inadecuada ingesta de líquidos.
Es importante atender que no solo la comida afecta a nuestro peso, sino también lo que consumimos o no de líquidos. Realizar ejercicio, beber alrededor de dos litros diarios de agua y llevar una dieta baja en sodio nos ayuda a que nos encontremos sanos y pesemos lo que debemos.
Síntomas de la retención de líquidos
Es importante que, cuando estamos haciendo dieta, prestemos especial atención al consumo de líquidos. Si no aportamos a nuestro organismo el líquido suficiente, es probable que acabemos desanimándonos y dejando la dieta. Estamos comiendo sano y, aún así, nos sentimos hinchados y vemos que aumentamos de peso, o bajamos muy poco. Estas claves te ayudarán a saber si lo que te pasa está relacionado con la retención de líquidos.
Si apreciamos los siguientes síntomas, lo más probable es que estemos reteniendo demasiado líquido:
Abdomen hinchado
Pesadez en las piernas
Piernas hinchadas
Manos hinchadas
Párpados y labios hinchados
Causas de la retención de líquidos
En algunas ocasiones es común que se produzca una acumulación de agua a nivel intersticial debido a la permeabilidad de los capilares. Es decir, en este caso aumentaríamos de peso a expensas de un exceso de agua.
Un exceso de estrógenos también puede ser el responsable de una mayor acumulación de líquidos. Por ejemplo, es muy común en mujeres durante los días antes al periodo y entre aquellas que están comenzando la menopausia.
El estrés y el estilo de vida también pueden hacer que la báscula aumente debido a una mayor retención de líquidos.
Llevar una mala alimentación también puede provocar que nuestro organismo retenga una mayor cantidad de líquidos. Por ejemplo, llevar una dieta rica en grasas, sodio, bebidas alcoholicas y pobre en agua hace que tengamos mayor líquido retenido.
También puede ser que ciertas enfermedades nos causen la retención de líquidos. Por ejemplo: hipertensión arterial, patología epáticas y problemas de corazón.
Cómo combatir la retención de líquidos
Lo primero que debemos hacer es analizar los motivos por los que nos sucede esto. Si llegamos a la conclusión de que se trata a una mala alimentación deberemos reducir el consumo de sodio, es decir, reducir el consumo de sal en las comidas.
Realizar ejercicio no solo es importante para mantener nuestro cuerpo activo y en forma, no solo ayuda a quemas calorías, sino que también nos ayuda a reducir la cantidad de líquidos retenidos.
Debemos tomar alrededor de dos litros diarios de agua para que nuestro organismo se pueda depurar correctamente.
Consumir infusiones en ayunas es una buena solución a la retención de líquidos.
También debemos evitar mantenernos de pie demasiado tiempo para que la sangre pueda circular. Si nos sentamos, hacerlo con las piernas en alto es la mejor opción.
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